
Netanyahu tacha de «mentira descarada» las acusaciones contra su Gobierno por una «campaña de hambre» en Gaza
El primer ministro alega que Israel defiende a los cristianos pese al ataque contra la única iglesia católica del enclave.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha calificado este domingo como una «mentira descarada» que se acuse a su Gobierno de «aplicar una campaña de hambre en la Franja de Gaza», tras las reiteradas denuncias de organizaciones humanitarias y gobiernos internacionales por la creciente hambruna en el enclave, que ha provocado ya más de 130 muertes.
«No hay ninguna política de hambre en Gaza, y no hay hambre en Gaza. Permitimos que la ayuda humanitaria entre en Gaza durante toda la guerra; de lo contrario, no habría habitantes en Gaza», ha afirmado el mandatario israelí en un encuentro con la pastora evangélica y responsable de la Oficina de Fe de Estados Unidos –creada bajo el actual mandato del presidente Donald Trump–, Paula White-Cain.
En su entrevista, en la que ha afirmado «haber permitido que entre la cantidad exigida por el derecho internacional», ha culpado al Movimiento de Resistencia Islámica Hamás de «robar la ayuda humanitaria y acusar a Israel de no suministrarla», a la vez que ha señalado a las organizaciones humanitarias y a Naciones Unidas por, supuestamente, no entregar alimentos en el enclave palestino a causa de los combates.
En este sentido, ha insistido en su compromiso de alcanzar sus objetivos bélicos. «Seguiremos luchando hasta lograr la liberación de nuestros rehenes y la destrucción de las capacidades militares y de gobierno de Hamás. Ya no estarán allí. No habrá más masacres, no habrá más atrocidades», ha manifestado, alegando defender «la libertad y la vida humanas, que no es compatible con Hamás, Irán u otros apoderados iraníes».
Asimismo, el dirigente ha denunciado «una campaña de mentiras» impulsada por «fundamentalistas islámicos» que pretendería faltar a la verdad, ya que, según él, Israel es «el guardián del cristianismo en Oriente Medio» y «protege a los cristianos como ningún otro lugar de Oriente Próximo».
Netanyahu ha argumentado de este modo la protección de su Gobierno a «los lugares sagrados cristianos», pese al ataque lanzado por el Ejército de Israel hace diez días contra la Iglesia de la Sagrada Familia de la ciudad de Gaza, la única existente en la Franja, en el que resultó herido un cura y murieron tres personas.
El mandatario israelí ha tratado así de proteger la imagen de su Gobierno ante las comunidades cristianas en el día en que el Ejército de su país ha anunciado el inicio de «pausas humanitarias» de diez horas y «rutas seguras permanentes» para facilitar las entregas de ayuda humanitaria en el enclave palestino, donde hasta 133 gazatíes han muerto por hambre o desnutrición .
La ofensiva israelí sobre este tras los ataques del 7 de octubre de 2023 ha causado al menos 59.821 víctimas mortales, según el Ministerio de Sanidad de la Franja, controlado por Hamás. Entre ellas se encuentran al menos 1.132 personas han muerto durante las últimas siete semanas de operaciones de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), respaldada por Estados Unidos e Israel.