
Reportaje de The New York Times revela pacto entre Bukele y líderes de la Mara Salvatrucha
Según la investigación, Estados Unidos devolvió recientemente a El Salvador a nueve cabecillas de la temida Mara Salvatrucha, como parte de un oscuro acuerdo político y migratorio.
Un explosivo reportaje de The New York Times ha puesto en evidencia una presunta negociación entre el gobierno de El Salvador, liderado por Nayib Bukele, y la pandilla MS-13, con la complicidad del actual gobierno de Donald Trump.
Según la investigación, Estados Unidos devolvió recientemente a El Salvador a nueve cabecillas de la temida Mara Salvatrucha, como parte de un oscuro acuerdo político y migratorio.
Una negociación encubierta
Durante su primer mandato, Trump prometió “desmantelar y erradicar” a la MS-13. Sin embargo, desde su regreso a la Casa Blanca en enero de 2025, su administración habría impulsado una serie de acuerdos con Bukele que contravienen esa promesa.
De acuerdo con más de 30 fuentes entrevistadas por el Times y documentos judiciales revisados, Estados Unidos aceptó repatriar a líderes pandilleros encarcelados en su territorio, pese a su historial criminal, a cambio de que Bukele recibiera migrantes deportados —principalmente venezolanos— en la megacárcel CECOT, inaugurada como símbolo de su política de mano dura.
A cambio, El Salvador habría recibido cerca de 6 millones de dólares en pagos, incluyendo descuentos por cada migrante preso acogido. Además, CNN reveló correos electrónicos que involucran al hermano del presidente salvadoreño en la operación, con detalles logísticos y económicos de los traslados.
Silencio a cambio de inmunidad
Lo más alarmante del acuerdo es que la repatriación de los cabecillas de la MS-13 habría buscado garantizar su silencio, ya que podrían poseer información comprometedora sobre presuntos pactos previos entre Bukele y la organización criminal.
Según The New York Times, fiscales estadounidenses ya estarían investigando estos vínculos y algunos incluso han comenzado a retirar discretamente los cargos contra los líderes pandilleros, lo que ha generado inquietud sobre la independencia del sistema judicial en este contexto.
Este no sería un acuerdo reciente. El Times recuerda que desde 2020 existían indicios de un pacto entre el gobierno de Bukele y la Mara Salvatrucha para reducir la violencia a cambio de beneficios penitenciarios y apoyo político. La actual repatriación de los líderes podría ser la culminación de ese entendimiento, ahora con el aval de Washington.
Un giro que expone contradicciones
La revelación golpea tanto al gobierno salvadoreño como al estadounidense. Mientras Trump alardea de combatir el crimen organizado, su gobierno habría negociado en secreto con los jefes de una de las pandillas más violentas de América, como “Greñas”, “Crook”, “Rojo” o “Vampiro”, facilitando su regreso a un entorno donde podrían operar con mayor protección política.
La operación también ha sido cuestionada en tribunales de Estados Unidos, donde abogados de derechos humanos han advertido sobre el carácter irregular y peligroso de deportar a criminales de alto perfil a contextos donde podrían obstaculizar investigaciones.
¿Y ahora qué?
Pese a la gravedad de los hechos, analistas coinciden en que las consecuencias políticas podrían ser mínimas, al menos en el corto plazo. Trump ya ha salido ileso de reportajes similares en el pasado, mientras Bukele mantiene altos niveles de popularidad interna, incluso entre sectores críticos de su estilo autoritario.
Sin embargo, esta vez la denuncia va más allá de lo político: implica posibles actos de corrupción transnacional, colaboración con estructuras criminales y obstrucción de la justicia internacional. Una historia que apenas comienza a develarse y que podría tener impacto en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina en materia de seguridad, migración y derechos humanos.