
80 años de Hiroshima: Chile conmemora aniversario del lanzamiento de primera bomba atómica
Con actividades en el Congreso Nacional y en el Museo de la Memoria y los DDHH.
Con muestras fotográficas y actos conmemorativos recuerdan hoy en Chile el aniversario 80 del bombardeo nuclear de Estados Unidos contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, ocurridos el 6 y 9 de agosto de 1945.
En la Cámara de Diputados está abierta una exposición donada por la embajada del país asiático, donde es posible ver las devastadoras consecuencias del ataque que mató a cientos de miles de personas.
Los bombardeos ordenados por el entonces presidente Harry S. Truman marcaron un punto de inflexión en la historia de la humanidad, por ser el único uso de armas nucleares en un conflicto armado, precisa la página del órgano legislativo de Chile.
Durante la apertura de la exposición, realizada ayer, el presidente de la Cámara Baja, José Miguel Castro, señaló que además de las muertes, los ataques dejaron secuelas profundas e irreversibles en las comunidades afectadas.
La conmemoración, dijo, representa un acto de respeto hacia las víctimas y una reafirmación del compromiso histórico con la paz, la dignidad y la no repetición de tragedias como esa.
Por su parte, la embajadora de Japón en Chile, Itao Takako, acompañó un minuto de silencio de los diputados y confirmó el compromiso de su país con la paz.
Este miércoles en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos también se realizará un acto por la trágica efeméride.
En el emblemático lugar quedó abierta una exposición desde el 19 de julio hasta el 31 de agosto, donde los interesados podrán observar por medio de diferentes registros lo ocurrido en las ciudades japonesas.
Vestigios de objetos dañados, literatura y memoria escrita por quienes vivieron, o sufren aún las consecuencias, dibujos de niños y documentos sobre la búsqueda de familiares y la lucha por la abolición de las armas nucleares, están a la vista del público.
La bomba arrojada sobre Hiroshima en 1945 dejo un saldo de 80 mil muertos y secuelas por la radiación que duran hasta hoy en los descendientes de los sobrevivientes.