
Eduardo del Castillo, la carta de salvación de la izquierda boliviana
El MAS se enfrenta a una prueba de fuego; las encuestas de intención de voto le dan, en promedio, apenas un dos por ciento, y la normativa boliviana establece que si un partido no obtiene un mínimo del tres por ciento, perderá su personería jurídica.
Eduardo del Castillo, un abogado de 37 años, candidato a la presidencia de Bolivia por el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), tiene el desafío de salvar a su partido de la extinción en las elecciones nacionales que se celebran este domingo.
El MAS se enfrenta a una prueba de fuego; las encuestas de intención de voto le dan, en promedio, apenas un dos por ciento, y la normativa boliviana establece que si un partido no obtiene un mínimo del tres por ciento, perderá su personería jurídica.
«Estamos cargando una mochila muy pesada de 20 años de gobierno», admitió Del Castillo, sobre las críticas al MAS por la difícil situación económica que afecta al país, producto de la falta de combustibles y divisas y de una inflación que las autoridades no logran controlar.
Del Castillo nació en 1988 en Santa Cruz de la Sierra (este), región agroindustrial del país, se formó como abogado y actualmente está casado y tiene dos hijas.
En 2020 fue designado como ministro de Gobierno (Interior), por el presidente, Luis Arce, y desde entonces tuvo una activa participación en algunos de los episodios políticos más relevantes del país.
En junio de 2023 fue interpelado y censurado por el Congreso, por la denuncia de una red de robo de vehículos que operaba entre Chile y Bolivia. Pese a las denuncias, que databan de 2022, la banda no fue desarticulada.
La censura parlamentaria implicó su destitución inmediata, pero el presidente Arce lo restituyó en el cargo.
Del Castillo fue quien hizo cumplir la orden de detención contra la presidenta de facto Jeanine Añez (2019-2020) y el gobernador de la provincia de Santa Cruz (este), Luis Fernando Camacho, por el papel que desempeñaron en el golpe de Estado contra Evo Morales en 2019.
Además, tuvo que hacer frente al intento de golpe de Estado el 26 de junio de 2024 por un grupo de militares de alto rango.
Asimismo, tanto legisladores opositores como afines a Morales lo acusan de proteger al narcotráfico, en especial tras la huida del narcotraficante uruguayo Sebastian Marset, en julio de 2023, en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en medio de un operativo de captura de la Policía boliviana.
Morales lo acusa de ser el responsable del atentado que sufrió en octubre de 2024, cuando el vehículo que lo trasladaba fue atacado a tiros.
Del Castillo ha dicho que en dos oportunidades evitó que el exmandatario, acusado de trata y tráfico de personas, fuera detenido, cancelando los operativos para su aprehensión.
Las autoridades concluyeron que un despliegue de ese tipo hubiera causado un enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad del Estado y los partidarios del exmandatario, con varias decenas de muertos.
Organismos internacionales de derechos humanos también lo cuestionaron porque incurrió en la práctica de presentar públicamente a los sospechosos de delitos, incluso antes de que los detenidos llegaran a su audiencia cautelar.
En cuanto a su propuesta electoral, Del Castillo presentó el plan «Bolivia Primero», con el que, asegura, se estabilizará la economía del país.
El candidato explicó a la Agencia Sputnik que su propuesta consta de dos partes, el Plan Plata y el Plan Vida.
«El primero significa Programa para tener Liquidez y para la Transformación de la Arquitectura económica y el segundo, Visión Inteligente de Derechos Ambientales. Entre ambos planteamos recuperar la economía y también proteger el medio ambiente de manera eficiente», expresó Del Castillo en respuesta a un cuestionario de esta agencia.
Además, propone dar continuidad a los logros del MAS, como la industrialización, el pago de bonos sociales, la estabilización de la economía y la consolidación del «proceso de cambio» que se inició en 2006.
El postulante oficialista considera que el país necesita una nueva generación de líderes que mantengan las conquistas sociales de las últimas dos décadas.
Del Castillo se muestra optimista, pese a las encuestas, y cree tener posibilidades reales de ganar el 17 de agosto, con el apoyo de las organizaciones sociales y campesinas.
Casi ocho millones de ciudadanos están habilitados para votar este domingo en las elecciones generales en Bolivia.
Si ningún candidato obtiene el 50 por ciento más uno de los votos, habrá una segunda vuelta el 19 de octubre.
Dos candidatos de derecha, Samuel Doria Medina y Jorge «Tuto» Quiroga, se perfilan como los favoritos para pasar a segunda vuelta, según la mayoría de las encuestas de opinión.
Quien resulte electo asumirá el 8 de noviembre, por un periodo de cinco años.
Este domingo también se eligen los 130 diputados y 36 senadores de la Asamblea Legislativa Plurinacional, y nueve representantes ante organismos supraestatales como el Mercosur y el Parlamento Andino.