“Me fui solo, porque nadie me iba a echar”: Rubén Oyarzo, el diputado rebelde que juega de local en el distrito más duro de Chile

Creció entre pasajes de Maipú, vivió la crisis migratoria desde dentro y hoy es el único diputado que ha pisado la toma más grande de la RM. Rubén Oyarzo, ahora en las filas del Radicalismo, va por la reelección en el distrito 8, donde los partidos tradicionales no pisan sin permiso.

Rubén Oyarzo no necesita GPS para recorrer el distrito 8. Lo camina desde niño. Vivió en Maipú, su papá fue Carabinero, su mamá dueña de casa y creció viendo cómo cambiaba el rostro de las comunas más populares del país. Hoy representa a 1,7 millones de personas que viven en Maipú, Estación Central, Quilicura, Pudahuel, Cerrillos, Colina, Lampa y Til Til, y va por la reelección con una credencial que pocos pueden mostrar: conoce el territorio porque siempre ha vivido en él.

“Soy el único parlamentario que ha entrado a la toma La Nuevo Amanecer”, dice con firmeza, refiriéndose al asentamiento irregular más grande de toda la Región Metropolitana. Sabe lo que es conversar con los vecinos que viven entre calles sin pavimentar, sin luz, sin agua. “Ahí no entran las promesas, ahí hay que entrar con soluciones”, agrega.

Pero su historia no es sólo territorial. También es política y personal. Se enfrentó al Partido de la Gente (PDG), donde fue una de las caras más visibles. No lo echaron: se fue solo, con diferencias profundas con Franco Parisi.

“Nadie me iba a echar, me fui porque el proyecto dejó de representar lo que le prometimos a la gente”, afirma. Hoy milita en el Partido Radical, y desde ahí construye puentes con sectores diversos.

Lo suyo no es el sectarismo. Tiene buena relación con Tomás Vodanovic, alcalde de Maipú y figura clave del Frente Amplio, aunque él no es del mismo lote. También conversa con Ítalo Bravo en Pudahuel, Felipe Muñoz en Estación Central y con Isabel Valenzuela de la UDI en Colina. «Aquí no se gana gritando en Twitter, se gana trabajando con todos», lanza.

¿De izquierda? ¿De derecha? Su voto ha sido para Carolina Tohá en las primarias del oficialismo, pero también guarda afecto por Jeannette Jara, a quien conoció cuando eran chicos en Maipú. La política – dice – no puede perder la humanidad.

En medio de una elección marcada por el hastío ciudadano y la desconexión con los territorios, Rubén Oyarzo ofrece una apuesta distinta: un político que no se esconde detrás de una bancada, que se embarra las zapatillas y que juega de local en el distrito que representa.

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