Japón conmemora los 80 años del fin de la IIGM

"Nunca más debemos repetir los horrores de la guerra. Nunca más debemos perder el rumbo", ha declarado el primer ministro Shigeru Ishiba durante la ceremonia del 80 aniversario de la rendición japonesa celebrada en el estadio Nippon Budokan de Tokio.

El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, ha conmemorado el final de la Segunda Guerra Mundial y hablado de «remordimiento» — un término que ningún jefe de Gobierno había usado en más de una década — para recordar los crímenes de su país durante el conflicto, en un día caracterizado también por una protesta formal de Corea del Sur por una ofrenda enviada por el propio Ishiba al santuario de Yasukuni, lugar de sepultura de criminales de guerra.

«Nunca más debemos repetir los horrores de la guerra. Nunca más debemos perder el rumbo», ha declarado Ishiba durante la ceremonia del 80 aniversario de la rendición japonesa celebrada en el estadio Nippon Budokan de Tokio. «Debemos ahora volver a guardar en lo más profundo de nuestro corazón el remordimiento y también las lecciones aprendidas de aquella guerra», ha añadido.

El emperador Naruhito, acompañado por la emperatriz Masako, también ha declarado su «profundo remordimiento» durante la ceremonia, como lo hizo en años anteriores, y deseó que «los estragos de la guerra nunca más se repitan». «Nuestro país disfruta hoy de paz y prosperidad gracias a los incansables esfuerzos realizados por el pueblo japonés», ha afirmado el emperador.

Ishiba, sin embargo, no ha abundado en detalles sobre el rol de Japón durante el conflicto ni crímenes como el uso de decenas de miles de niñas y mujeres como esclavas sexuales durante el dominio japonés de Corea.

En este sentido, el Gobierno surcoreano ha protestado enérgicamente este viernes contra la decisión de Ishiba de enviar una ofrenda ritual al santuario sintoísta de Yasukuni. Ningún primer ministro ha visitado en persona el lugar desde Shinzo Abe en 2013, origen de una tormenta diplomática. En su lugar, como ha ocurrido este año, suelen acudir ministros del gabinete — para apelar a la base conservadora del Partido Liberal Democrático –. Este año ha sido el ministro de Agricultura, Shinjiro Koizumi, rodeado de simpatizantes del partido ultraderechista Sanseito.

Tras conocer la ofrenda simbólica de Ishiba, el portavoz del Ministerio de Exteriores surcoreano, Lee Jae Wong, ha expresado en nombre del Gobierno su «profunda decepción» por lo ocurrido.

«Lamentamos que los líderes japoneses hayan vuelto a enviar ofrendas y a visitar el lugar, e instamos una vez más a afrontar la historia con franqueza y a mostrar con acciones una humilde reflexión y una genuina voluntad de solucionar los problemas históricos», ha manifestado en un comunicado recogido por la agencia oficial de noticias surcoreana Yonhap.

El roce ha ocurrido, además, a menos de dos semanas de una visita del presidente Lee Jae Myung a Tokio, el 23 y 24 de agosto para conversar con Ishiba, antes de viajar a Washington para una cumbre con el presidente estadounidense Donald Trump.

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