
Rusia acusa a Ucrania de usar sicarios de los carteles de la droga de América Latina
"La contratación de los matones corre a cargo de la empresa Segurcol, con sede en Medellín", aseguró el expresidente Dmitri Medvédev.
A Estados Unidos debería preocuparle que Ucrania contrata a sicarios de cárteles de la droga colombianos y mexicanos para su guerra contra Rusia, opinó el exmandatario ruso y hoy vicepresidente del Consejo de Seguridad nacional, Dmitri Medvédev.
Desde su cuenta de Telegram, Medvédev afirmó que el régimen de Kiev, «agonizante» y «presa del pánico», «está reclutando para el frente la peor escoria de la humanidad», «sicarios de los cárteles de Colombia y México cuyos nombres son conocidos en el mundo entero por los reportajes y las series sobre narcodelincuentes: el Clan del Golfo, Jalisco Nueva Generación, y otros».
«La contratación de los matones corre a cargo de la empresa Segurcol, con sede en Medellín», agregó.
Como soldados, estos asesinos no valen nada, a juicio del político que ocupó la jefatura del Estado ruso de 2008 a 2012 y fue primer ministro de 2012 a 2020.
«Lo único que saben hacer esos salvajes es decapitar a civiles en su trance de drogas; nuestros combatientes los eliminan tan rápido que quienes los mandan no dan abasto para recoger ataúdes», comentó Medvédev.
Según el alto cargo ruso, Washington sí debiera alarmarse por la presencia de estos mercenarios en Ucrania.
«Son adiestrados en todo, particularmente el manejo de los UAV, lo cual podría resultar muy útil para el transporte de drogas hacia EEUU. Son mucho más eficaces que aviones y submarinos», argumentó.
El diario The New York Times publicó el 8 de agosto que el presidente Donald Trump firmó una directiva secreta instruyendo al Departamento de Defensa que empiece a usar la fuerza militar contra algunos cárteles de la droga latinoamericanos que son designados terroristas en EEUU.
Para Medvédev, a los estadounidenses «más le vale enviar sus comandos a Kiev donde podrían ejecutar una brillante operación antiterrorista fulminando a los mercenarios de la droga sin riesgo alguno para la vida» y, de paso, «disparar un poco en [la calle] Bankovaya [sede de la administración presidencial de Ucrania] donde no faltan seguidores devotos de Pablo Escobar y Fabio Ochoa Vásquez».