
Un famoso secuestro sacude la escena con humor negro y ficción
María Gracia Omegna debuta en la dramaturgia con “Cautivo (lado A)”, ficción basada en el secuestro de Cristián Edwards por el Frente Patriótico que profundiza en la intimidad del encierro.
El hijo del dueño del diario El Mercurio, Cristián Edwards, estuvo secuestrado por 145 días, en un hecho que conmocionó a un país que entraba en la democracia en los noventa. Treinta y cuatro años después, este hecho es el punto de inspiración de “Cautivo (lado A)”, primera dramaturgia de la actriz María Gracia “Bacha” Omegna, creada a partir del libro “Jóvenes pistoleros” del periodista Juan Cristóbal Peña.
Con tintes de comedia absurda, el montaje busca reflexionar sobre la humanidad de un momento histórico crucial de nuestro país, lleno de contradicciones y preguntas en medio de una sociedad polarizada.
En una casa de villa cualquiera, en un Chile aún tambaleante tras la dictadura, se desarrolla una historia que incomoda e interpela. La obra se sitúa en 1991 para ficcionar el secuestro de uno de los hijos de Agustín Edwards. “Cautivo (lado A)” -que se remonta a los casetes, pensando en las distintas perspectivas, que tienen un lado A y un lado B- llevará al espectador a confrontarse con las paradojas de la violencia y el heroísmo, y también a preguntarse sobre quién está realmente cautivo.
“La obra presenta este acontecimiento con una visión más humana, innovadora y provocadora, alejándose de los enfoques tradicionales llenos de slogans, doctrinas y estigmas. Se rescata desde la perspectiva de una protagonista mujer, cuestionando las nociones tradicionales de heroísmo y explorando las contradicciones ideológicas de una sociedad marcada por la violencia”, cuenta la dramaturga y actriz María Gracia Omegna.
La puesta en escena imagina este episodio desde la intimidad del primer piso de esa casa, en donde la tensión se entrelaza entre lo cotidiano y el contexto histórico, el desgaste humano, la clandestinidad y la paranoia, en una convivencia forzada cargada de contradicciones y preguntas sobre qué es Chile y qué va a ser de él.
“Me pregunto cómo es ese espacio íntimo, más humano, más cotidiano, menos rígido, menos discursivo. Y ahí surgen otras preguntas como si son héroes o terroristas, cuál es el sentido de las cosas en ese tiempo, cuánto se resolvió la herida histórica”, agrega Omegna.
Andreina Olivari (“Eloísa”, “Estampida Humana”, “Temis”, entre otras) dirige al elenco compuesto por Rodrigo Pérez, Catalina Saavedra, Gabriel Urzúa, Rodrigo Soto, Pablo Manzi, María Gracia Omegna, Andrew Bargsted y Yair Juri. Se incorporan también dos enfoques innovadores para el teatro: el diseño integral de Francisca Correa, que aporta un lenguaje cinematográfico único, y la música de Sergio “Tilo” González, fundador de la banda Congreso, quien por primera vez se integra a esta disciplina.
“La obra no retrata el hecho que ocurrió, sino que imagina y ficciona, a partir de ese hecho, qué es lo que ocurrió en esa casa durante más de cinco meses y medio de encierro”, comenta Olivari. “La dirección está abordada desde la intención de profundizar en las relaciones cotidianas que pueden ocurrir en ese encierro”.
Luego de tres años de investigación, que incluyó entrevistas a exintegrantes del FPMR, Omegna optó por abordar la narrativa desde la comedia. “Cuando investigué sobre este caso, sentí que era una especie de comedia de las equivocaciones, una lista de decisiones contradictorias y equivocadas por todos lados, y eso me pareció muy importante de poner en escena. Nada sale como ellos esperan, todo lo que se dice no es, todo es incoherente, como en el contexto real. Y eso es lo que se busca exacerbar”, finaliza.