
Bayrou asume el «irrevocable» fin de su Gobierno
"He elegido dirigirme a ustedes como si el destino no estuviese escrito, como si la respuesta de la Asamblea Nacional (...) no hubiese sido anunciada por todos", ha dicho Bayrou, consciente de que está viviendo las que parecen sus últimas horas en el cargo.
El primer ministro de Francia, François Bayrou, ha lanzado este lunes un último alegato para tratar de sumar apoyos a la cuestión de confianza que él mismo ha promovido, reconociendo sin embargo que la caída del Gobierno era ya «irrevocable» desde el mismo momento en que anunció la votación y advirtiendo de que, al margen de las diferencias políticas, todos los partidos deberían entender que «el pronostico vital (del país) está en peligro».
«He elegido dirigirme a ustedes como si el destino no estuviese escrito, como si la respuesta de la Asamblea Nacional (…) no hubiese sido anunciada por todos», ha dicho Bayrou, consciente de que está viviendo las que parecen sus últimas horas en el cargo, habida cuenta de que los números no le salen.
Sin embargo, «el mayor riesgo era no tomar ningún riesgo, dejar que las cosas siguieran como están sin cambiar nada», ha explicado Bayrou, advirtiendo de que esta doctrina pasa también por asumir que, en algún momento, la situación económica sería ya «irreparable». «No es una cuestión política, es una cuestión histórica», ha apostillado.
El principal temor de Bayrou gira en torno a la economía, en un país que «no ha tenido un presupuesto equilibrado desde hace 55 años». Desde entonces, ha advertido, «los gastos aumentan, los déficits se repiten y las deudas se acumulan», un escenario que el Gobierno aspira a combatir con un plan de recortes cercano a los 44.000 millones de euros que critican por igual la izquierda y la ultraderecha.
Bayrou, que ha reconocido que su plan requiere de «esfuerzos moderados», aspira a que Francia reduzca el nivel del déficit público al 3 por ciento en el año 2029, «el umbral a partir del cual la deuda ya no aumenta» y, entonces, el país puede aprovechar todo su potencial. Francia es a sus ojos «una magnífica catedral que hay que reconstruir para un pueblo que lo merece».
En este sentido, ha lamentado que los jóvenes se sientan «la generación sacrificada» y ha llamado a liberarles de la «esclavitud», en una comparecencia con momentos de tensión, interrumpida en varias ocasiones por los gritos de las bancadas opositoras que han obligado incluso a Bayrou a detener su alocución.
MENSAJES A LA OPOSICIÓN
El jefe de Gobierno ha evitado referirse de manera directa a los distintos partidos, aunque sí que ha cargado contra las ideas que ven en los migrantes extranjeros «la causa de todo» o las que se limitan a decir que «son los ricos quienes deben pagar», en alusiones veladas a los dos extremos del espectro político.
Ha admitido no obstante la necesidad de una «optimización fiscal» que haga «que las rentas y los patrimonios muy altos participen específicamente en el esfuerzo nacional» y ha abierto la puerta a reducir la Ayuda Médica del Estado (AME), tal como le han solicitado en estos últimos días la izquierda y la ultraderecha, respectivamente.
Además, en un último intento por sumar apoyos y salvar la «caída irrevocable», ha apelado a la «conciencia personal» de los diputados, al derecho «personal» de voto de todos ellos, para que no sigan las líneas marcadas por su partidos.