
Juicio a Bolsonaro y sus aliados continúa con defensa de acusados
La defensa de Mauro Cid ha abierto la fase de alegatos orales tras el resumen procesal llevado a cabo este martes por el juez Alexandre de Moraes, relator del caso, y el fiscal general, Paulo Gonet, en el marco del juicio contra el expresidente Bolsonaro y otros siete acusados en el llamado núcleo central del complot golpista.
La defensa del que fuera ‘mano derecha’ del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, Mauro Cid, ha defendido en la primera audiencia del juicio por el intento de golpe de Estado que su cliente, figura clave de la trama golpista, no fue coaccionado para aceptar colaborar con la Justicia a cambio de una posible reducción de condena.
La defensa de Cid ha abierto la fase de alegatos orales tras el resumen procesal llevado a cabo este martes por el juez Alexandre de Moraes, relator del caso, y el fiscal general, Paulo Gonet, en el marco del juicio contra el expresidente Bolsonaro y otros siete acusados en el llamado núcleo central del complot golpista.
«No hay ni un solo mensaje suyo que proponga, aliente o valide ningún atentado contra la democracia o el sistema electoral. Lo que sí hay es la recepción pasiva de mensajes en su WhatsApp, que ni siquiera reenvió», ha señalado uno de sus abogados.
La defensa de Mauro Cid –figura clave en la trama por haberse encontrado en su teléfono móvil indicios del golpe presuntamente liderado por Bolsonaro– también ha revelado que el teniente coronel ha solicitado su baja del Ejército, aludiendo a que «ya no tiene las condiciones psicológicas» para continuar dentro de la autoridad castrense, según han recogido los medios brasileños.
En la primera vista del juicio, que ha sido inaugurado este martes por el presidente de la primera sala del Supremo, Cristiano Zanin, solo ha estado presente el exministro de Defensa Paulo Sergio Nogueira, uno de los ocho acusados por hasta cinco delitos, entre ellos participación en una organización criminal armada o abolición violenta del Estado democrático de derecho.
El juez Alexandre de Moraes ha defendido durante su turno de palabra que el papel del Supremo es juzgar con imparcialidad independientemente de amenazas o coerciones internas en una aparente alusión velada a Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente y quien está acusado por un delito de obstrucción a la justicia.
El plan urdido presuntamente por Bolsonaro, bajo el nombre ‘Puñal Verde y Amarillo’, preveía el asesinato de autoridades públicas como el vicepresidente brasileño, Geraldo Alckmin y De Moraes, además de a Lula, a quien los golpistas pretendían envenenar.
El expresidente Bolsonaro, según la Fiscalía, habría participado directamente en la elaboración de un decreto ‘golpista’ que fue presentado a altos mandos de las Fuerzas Armadas en una supuesta reunión llevada a cabo en casa del exministro de Defensa Walter Braga Metto con el objetivo de presionar a los militares y cuyo borrador fue encontrado en el domicilio del exministro de Justicia Anderson Torres.
El supuesto documento establecía un estado de sitio en Brasil «dentro de los límites» de la Constitución, una técnica utilizada para intentar dar un aire de legitimidad al intento de golpe de Estado, si bien parte de la cúpula militar se opuso a la propuesta y, por tanto, el complot acabó fracasando.
De los ocho acusados solo uno, el que fuera exdirector de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) Alexandre Ramagem, está acusado por únicamente tres delitos: participación en una organización criminal armada, intento de abolición del Estado de derecho e intento de golpe de Estado.