El financiamiento de TVN

Por Rodrigo Reyes Sangermani, ex Director Regional de TVN.

Contra lo que muchos creen, incluso algunos políticos, la operación de TVN no se financia con impuestos ni con aportes del presupuesto nacional, y precisamente eso constituye parte de su problema. Su financiamiento proviene exclusivamente del mercado publicitario y de negocios afines, tal como ocurre con cualquier canal de propiedad privada: con ingresos del mercado y aportes de sus accionistas.

Esta situación obliga a TVN a competir por audiencias como cualquier otro canal para generar ingresos, lo que lo aleja de su misión original. Sin embargo, esta competencia tampoco garantiza recursos suficientes: la programación suele ser similar a la de sus competidores y el rating, por lo general, es bajo. Se trata de un desafío especialmente complejo para un canal de televisión abierto y masivo, que implica costos elevados.

No es un problema exclusivo de la televisión chilena, pero el modelo vigente ya no se ajusta a los tiempos actuales. Si bien sigue siendo fundamental contar con un canal público, hoy ya no es sostenible mantener uno de carácter masivo y competitivo en el mercado, como lo fue el exitoso modelo de TV pública de los años noventa.

Lo que se requiere ahora es una televisión orientada a «intereses especiales» propios de un canal público: contenidos regionales, cultura, periodismo independiente, reportajes en profundidad, noticiarios centrados en la noticia más que en el espectáculo o el morbo y con enfoque ciudadano, promoción de contenidos infantiles y deportivos, así como la preservación de la identidad cultural y el arte. Y para sostener este modelo, el financiamiento debe provenir principalmente del Estado, no de la publicidad.

Esto implica redimensionar la empresa: sincerar un presupuesto eficaz y austero dentro de los estándares de la industria, eliminar gastos en grandes rostros o formatos costosos que no reditúan económicamente y enfocar los recursos en la misión pública del canal. El modelo de la BBC es un ejemplo de referencia, aunque los británicos no son chilenos y nuestra realidad exige un enfoque adaptado a nuestro contexto.

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El Periodista