Experiencia inspiradora

Por Ricardo García Holz, economista, CEO de Camanchaca

Después de meses de trabajo, asumí el desafío de completar el Gran Fondo Nevados de Chillán, una carrera de ciclismo de aproximadamente 120 kilómetros, unos 300 ciclistas y 1.800 metros de ascenso, que va desde Chillán hasta el centro de esquí Nevados de Chillán, en la Región de Ñuble.

Aunque he participado en varias carreras, esta fue —por lejos— la más demandante, haciéndola una experiencia inspiradora, digna de aplicarse a otras dimensiones de la vida.

El frío, la distancia y sobre todo el ascenso final, pusieron a prueba no sólo mi cuerpo, sino sobre todo mi mente. En medio del esfuerzo al límite, me di cuenta de cuánto se parece esto a los desafíos que enfrentamos en la empresa.

Hay tres elementos fundamentales:

1️⃣ La planificación y preparación para conocer las condiciones del camino, anticipando los obstáculos y el contexto, y siendo constante y perseverante en el entrenamiento que se hace con disciplina diaria. Sin planificación, el esfuerzo corre el riesgo de dispersarse. En la empresa, esto equivale a conocer los mercados, los proveedores, las comunidades, el curso de la economía, y en general, riesgos externos que pueden alterar el plan y el objetivo.

2️⃣ La determinación y la firmeza en el rumbo para no cejar en la persecución del objetivo. Cuando las fuerzas flaquean, o hay dolores e incomodidades, lo que sostiene el avance no son las piernas, sino la mente; no es el deseo, sino la voluntad firme. Tener claridad de propósito mantiene el rumbo cuando las condiciones se vuelven adversas y el deseo de detenerse acicatea el espíritu; la mente entonces da una orden: prohibido detenerse.

3️⃣ El trabajo en equipo y la compañía en el desafío. Tuve el privilegio de hacer toda la ruta con mi hijo Domingo, quien bien podría haber ido mucho más rápido por su estupenda condición, pero él eligió acompañarme y jalar mi ánimo y fuerza para avanzar y lograr el propósito que era alcanzar la cumbre. En ello, no cejó en ninguna de las etapas, especialmente el ascenso final, el más difícil.

Ese verdadero líder es quien empujó y nos permitió llegar a la meta. Esa actitud me recordó que liderar es más que empujar, jalar, inspirar para avanzar juntos, sostener el ritmo del equipo y celebrar los logros colectivos. Por eso, y muchas otras cosas, lo admiro y sé que será un gran líder más allá del ciclismo.

Al cruzar la meta, después de cinco horas y cuarenta minutos, entendí que las grandes metas —en el deporte, en la empresa o en la vida— se alcanzan con visión de dónde queremos llegar, con preparación advirtiendo las condiciones de la ruta, con firme determinación de avanzar y, sobre todo otro factor, con un buen equipo y un líder que extraiga lo mejor de cada uno.

Quizás hoy, cuando en Chile y las empresas enfrentamos nuevas etapas y desafíos, sea momento de refrescar estas lecciones: planificar, enfocarse y pedalear. Avanzar juntos hacia la cima; la prosperidad.

¡Gracias Domingo García Gutiérrez!

#Liderazgo #TrabajoEnEquipo

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El Periodista