FACh pierde contacto con helicóptero Black Hawk con cuatro tripulantes en Campos de Hielo Sur

El último contacto se tuvo precisamente sobre el sector de dicho refugio, un área de difícil acceso y condiciones climáticas extremas, donde la aeronave realizaba una misión de apoyo institucional

La Fuerza Aérea de Chile (FACh) informó la tarde de este jueves 16 de octubre la pérdida de comunicación con un helicóptero institucional en una remota zona de la Región de Aysén. Según el comunicado oficial difundido por la institución, se trata de un helicóptero Sikorsky MH-60M Black Hawk del Grupo de Aviación N°9, que despegó desde el aeródromo de Villa O’Higgins con destino al refugio Eduardo García Soto, en Campos de Hielo Sur, llevando cuatro tripulantes a bordo.

El último contacto se tuvo precisamente sobre el sector de dicho refugio, un área de difícil acceso y condiciones climáticas extremas, donde la aeronave realizaba una misión de apoyo institucional.

En su comunicado oficial, la FACh detalló la activación inmediata de sus protocolos de emergencia tras la desaparición del helicóptero. “Posterior a la pérdida de contacto, se activó el SAR (Servicio de Búsqueda y Salvamento), disponiéndose de inmediato la búsqueda de la aeronave por parte de un equipo de rescate compuesto por helicópteros, aviones y efectivos PARASAR institucionales”, señaló la Fuerza Aérea.

Estos comandos PARASAR (Paracaidistas de Salvamento y Rescate) son unidades élite especializadas en operaciones de búsqueda y rescate en terreno adverso. La institución agregó que continuará informando oportunamente a la opinión pública a medida que surjan nuevos antecedentes sobre el incidente y la situación de la tripulación.

El helicóptero MH-60M Black Hawk y su rol en la FACh

El MH-60M Black Hawk es un helicóptero utilitario mediano de fabricación estadounidense (Sikorsky Aircraft) y representa uno de los modelos más modernos en la flota de la FACh. Chile adquirió estas aeronaves en 2016, llegando las primeras unidades al país en 2019 para integrarse al Grupo de Aviación N°9. Se trata de una variante avanzada del UH-60 Black Hawk, equipada con dos motores turboshaft General Electric T700 y con múltiples mejoras tecnológicas para misiones en entornos exigentes. Posee una velocidad máxima de alrededor de 296 km/h y una autonomía de vuelo estándar de unos 560 km, la cual puede extenderse hasta aproximadamente 1.600 km utilizando estanques de combustible externos. Puede operar a gran altitud –volar hasta 6.000 metros y aterrizar hasta en 4.800 m– gracias, entre otras prestaciones, a un sistema de rotor y motores optimizados para altura. Además, cuenta con un sistema de deshielo/anti-hielo para volar en condiciones gélidas, característica crucial para operar en climas extremos como la Antártica.

Con capacidad de transporte y rescate notable, el MH-60M puede llevar hasta 16 soldados equipados en configuración de tropas, o evacuar hasta 20 personas en configuraciones de rescate de emergencia. Está diseñado para misiones multirrol, incluyendo búsqueda y rescate en combate (CSAR), evacuación médica y apoyo en desastres. Dispone de electrónica moderna, compatibilidad con visores de visión nocturna (NVG) para operaciones nocturnas, y un malacate de carga capaz de izar hasta 4.000 kg, útil en rescates verticales. Desde su incorporación, estos helicópteros han ampliado las capacidades operativas de la FACh, participando en misiones de alto riesgo y alcance –por ejemplo, en 2019, un Black Hawk chileno alcanzó el Polo Sur en apoyo a operaciones antárticas– y en numerosos operativos de emergencia y apoyo humanitario dentro del país. Hasta ahora no se habían reportado incidentes graves con los Black Hawk en servicio de la FACh, subrayándose su confiabilidad y aporte en tareas críticas para la institución.

Condiciones meteorológicas en la zona del incidente

La zona del Campos de Hielo Sur, donde desapareció el helicóptero, es conocida por su geografía extrema: se trata de la tercera mayor extensión de hielo continental del mundo después de la Antártica y Groenlandia, abarcando vastos glaciares en la cordillera patagónica chilena. Esta región presenta clima frío, húmedo y muy variable, con frecuentes precipitaciones, fuertes vientos y nubosidad baja que puede dificultar la visibilidad aérea. En octubre, Villa O’Higgins (la localidad de despegue) suele registrar temperaturas promedio máximas de apenas 5°C y mínimas cercanas a -2°C, con un ambiente invernal que perdura entrado el inicio de la primavera.

En particular, durante esta jornada del 16 de octubre, los servicios meteorológicos habían advertido el paso de un sistema frontal menor en la zona austral, que estaría generando algunas precipitaciones débiles pero persistentes en Aysén. El meteorólogo Jaime Leyton (Megatiempo) indicó que localidades como Coyhaique, Puerto Cisnes, Villa O’Higgins, Cochrane y Puerto Edén experimentarían lluvias durante el día jueves producto de esta inestabilidad post-frontal. Si bien se trata de un frente de menor intensidad, la presencia de lloviznas o chubascos, cielos cubiertos y ráfagas de viento frío añade dificultad a las operaciones de búsqueda. Las condiciones en Campos de Hielo Sur suelen cambiar abruptamente, combinando lluvia o nieve, neblina y fuertes vientos katabáticos provenientes de los glaciares. Este escenario meteorológico complejo podría desafiar la labor de las cuadrillas de rescate, obligando a aprovechar las ventanas de mejor tiempo para sobrevolar la zona en busca de la aeronave desaparecida.

Antecedentes de incidentes aéreos en zonas extremas

El incidente actual evoca anteriores tragedias aéreas ocurridas en zonas aisladas o extremas de Chile que involucraron a aeronaves institucionales. Un caso relevante fue el del C-130 Hércules de la FACh siniestrado en diciembre de 2019 durante un vuelo hacia la Antártica. En aquella ocasión, la tripulación perdió contacto radial con el avión cuando sobrevolaba el Mar de Drake (pasaje oceánico entre Sudamérica y la Península Antártica) y, tras un masivo operativo binacional de búsqueda, se confirmó la caída de la aeronave dos días después al hallarse restos en el mar, sin sobrevivientes entre sus 38 ocupantes. Esa tragedia enlutó al país y evidenció las dificultades de volar en entornos tan australes, donde el clima severo y la lejanía complican las tareas de rescate.

Más recientemente, otro accidente aéreo golpeó a la FACh en 2023: el 31 de julio de ese año, un helicóptero Bell-412 de dotación del Grupo de Aviación N°5 se estrelló en la Región de Los Lagos (zona sur de Chile) durante un vuelo de entrenamiento nocturno. El impacto ocurrió en un área rural boscosa del sector La Cumbre (comuna de San Juan de la Costa) y provocó un incendio; lamentablemente, los cinco miembros de la tripulación –dos pilotos, dos tripulantes mecánicos y un comando Parasar– fallecieron en el lugar. Investigaciones posteriores atribuyeron el accidente a una combinación de factores que aún se indagan (posiblemente desorientación espacial en la oscuridad y mal clima local). Este hecho, al igual que el sucedido en Aysén, puso de relieve los riesgos inherentes a las operaciones aéreas militares en entornos difíciles, ya sea sobre el mar austral, en montañas patagónicas o en vuelos nocturnos sobre terrenos complejos.

Chile ha sufrido además otros siniestros aéreos de alto perfil en zonas remotas –como el accidente de un CASA 212 de la FACh en el archipiélago Juan Fernández en 2011, o la reciente caída de una avioneta civil en la misma Región de Aysén en 2024 con siete víctimas fatales– que muestran que la geografía y el clima pueden convertirse en factores determinantes. Cada emergencia de este tipo ha dejado lecciones en protocolos de seguridad y búsqueda, subrayando la importancia de contar con medios adecuados y cooperación interinstitucional para enfrentar la adversidad del territorio nacional más apartado.

Operativo de búsqueda y rescate en desarrollo

Actualmente se encuentra en pleno desarrollo un amplio operativo de búsqueda y rescate (SAR) encabezado por la Fuerza Aérea de Chile para dar con el helicóptero desaparecido y sus cuatro ocupantes.

Tras activarse el protocolo SAR al conocerse la emergencia, la institución desplegó aeronaves de exploración y equipos especializados hacia la zona del último contacto. Helicópteros y aviones FACh equipados con sensores de búsqueda barren la zona de Campos de Hielo Sur, mientras que equipos terrestres de emergencia se preparan para ingresar por vía terrestre o aerotransportada en cuanto las condiciones lo permitan. En apoyo al esfuerzo aéreo, personal de Parasar (comandos de rescate de la FACh) se encuentra listo para ser inserto en áreas de difícil acceso, con el fin de llegar al punto donde pudiera hallarse la aeronave siniestrada o sus sobrevivientes. Estos rescatistas de élite cuentan con entrenamiento para operar en alta montaña, glaciares y climas extremos, lo que resulta crucial dada la accidentada geografía de Campos de Hielo Sur.

Hasta el cierre de esta edición, no se ha establecido aún contacto con los tripulantes ni se han encontrado restos del helicóptero perdido. El puesto de mando del operativo se ha instalado en las cercanías de Villa O’Higgins, coordinando las comunicaciones y esfuerzos logísticos en terreno. Autoridades regionales de Aysén y organismos como la ONEMI permanecen en alerta, brindando apoyo en la planificación de rutas de acceso y en la coordinación con equipos de rescate adicionales, incluyendo potencial ayuda de las Fuerzas Armadas y de seguridad que operan en la zona austral. La FACh, por su parte, enfatizó que mantendrá informada a la ciudadanía sobre cualquier novedad significativa del caso. Familias y colegas de los tripulantes esperan noticias con preocupación, mientras las labores de búsqueda continúan sin pausa en uno de los rincones más inhóspitos del país. Por ahora, las esperanzas se centran en que las condiciones meteorológicas permitan avanzar con el rastreo aéreo y que el entrenamiento de la tripulación, sumado a las capacidades de supervivencia del Black Hawk, contribuyan a un resultado positivo en esta delicada situación.

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El Periodista