
Fallece Nurieldin Hermosilla, destacado abogado penalista y padre de Luis y Juan Pablo
El Cuarto Juzgado de Garantía decidió levantar temporalmente el arresto domiciliario total de Luis Hermosilla por tres días, para que pudiera acompañar a su madre durante este difícil momento familiar.
El abogado Nurieldin Hermosilla, de 92 años, padre de los también penalistas Luis y Juan Pablo Hermosilla, falleció hoy dejando un legado tanto en la justicia como en la cultura nacional.
Reconocido por haber formado a gran parte de los abogados que hoy defienden los grandes casos de la contingencia en Chile, Hermosilla fue un referente del derecho penal y penal comercial.
«No soy abogado del diablo. De repente, a uno le toca defender casos que aparecen como terribles: padres que son acusados de abusar de hijas, violadores, curas acusados también de abusos sexuales. Algo hay que dejar claro: no puede juzgarse por la opinión pública, sino que por tribunales independientes», escribió en La Tercera.
Más allá de su carrera jurídica, Hermosilla fue un apasionado coleccionista y estudioso de la obra de Pablo Neruda, participando activamente en la edición de sus libros y en la Fundación que lleva su nombre. También destacó por su cercanía con figuras del arte y la música chilena, como Violeta Parra, de quien acompañó a su familia en los momentos más difíciles de su vida.
Hermosilla se caracterizó por su independencia y la profundidad de sus convicciones. En su juventud, fue dirigente socialista y luego comunista, aunque luego se distanció de la militancia política activa para enfocarse en su familia y su carrera profesional. Su enfoque laico y reflexivo lo llevó a valorar la autonomía de sus hijos, incluyendo la decisión de Luis de seguir un camino religioso distinto al suyo, manteniendo siempre una relación de respeto y consulta con ellos, sin imponer su autoridad como padre.
En su trayectoria profesional, Hermosilla atendió numerosos casos emblemáticos del país, defendiendo a personas en causas complejas y polémicas. Entre sus clientes estuvieron figuras como Michelle Bachelet en sus años de juventud, a quien asesoró con discreción y dedicación.
«Cuando Michelle Bachelet salió de Villa Grimaldi, inmediatamente concurrió a mi oficina profesional. Llegó sola y a media tarde. Me contó de su prisión y, principalmente, su preocupación por su madre, al mismo tiempo en que estaba asumiendo la muerte de su padre. Su preocupación era decidir si se quedaba en Chile o tomaba la decisión de viajar a Australia, donde había parientes que podían protegerla. Todo lo hicimos considerando qué era lo mejor para la defensa de su mamá. Entonces, estimamos que era mejor que ella viajara y así se decidió», confidenció.
Su fallecimiento marca el cierre de una vida intensa dedicada al derecho, la cultura y la enseñanza, dejando un legado que trasciende el ámbito legal.
Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.