Francia incorpora falta de consentimiento en la definición legal de violación

El Parlamento francés aprobó una histórica reforma que reconoce cualquier acto sexual sin consentimiento como agresión o violación, inspirada en el caso de Gisele Pelicot y en la legislación española del “solo sí es sí”.

El Parlamento de Francia aprobó este miércoles un proyecto de ley que integra la ausencia de consentimiento en la definición penal de violación y agresión sexual, en una reforma considerada histórica por organizaciones feministas y defensores de los derechos de las víctimas.

La votación definitiva en el Senado —que pone fin a un prolongado proceso legislativo— contó con 327 votos a favor y 15 abstenciones. Con esta decisión, Francia se suma a otros países europeos, que ya han incorporado el consentimiento explícito en su legislación con la conocida ley del “solo sí es sí”.

El Ministerio de Igualdad y Lucha contra la Discriminación destacó que la reforma “pretende introducir explícitamente el concepto de consentimiento en la definición de violación”. El nuevo texto establece que “cualquier acto sexual no consentido” constituye agresión sexual, modificando el Código Penal que hasta ahora exigía violencia, coacción, amenaza o sorpresa para tipificar el delito.

El consentimiento deberá ser “libre, informado, específico, previo y revocable”, y no podrá deducirse del silencio o la falta de resistencia de la víctima, especialmente si se encuentra dormida, inconsciente, bajo influencia o en estado de shock.

“¡Esto es histórico!”, celebró el ministro encargado de las relaciones con el Parlamento, Laurent Panifous, quien subrayó que la aprobación representa “un importante paso adelante para los derechos de las víctimas”.

La iniciativa fue presentada en enero, tras el juicio por el caso de Gisele Pelicot, en el que más de 50 hombres fueron condenados por violar y abusar de la víctima entre 2011 y 2020 mientras estaba bajo sumisión química. Su marido recibió una pena de 20 años de cárcel, y los demás implicados, condenas de entre tres y quince años.

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El Periodista