José Bengoa: “Tenemos una obligación en Chile de poner a nuestros jóvenes a pensar”

El historiador y antropólogo, recién galardonado con el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2025, reflexiona sobre su trayectoria académica, la necesidad de reponer la educación cívica y las humanidades en la enseñanza media, y la complejidad histórica del conflicto mapuche.

A poco más de un mes de haber recibido el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2025, el historiador y antropólogo José Bengoa conversó sobre el valor de este reconocimiento, su paso por la Universidad de Chile, la creación de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y su permanente defensa del pensamiento crítico y las humanidades como pilares de la formación en Chile.

“Propongo reponer la educación cívica, la filosofía y las humanidades. Creo que tenemos una obligación en Chile de poner a nuestros jóvenes a pensar en nuevas formas y no quedarse en el teléfono celular, en la inteligencia artificial”, dijo Bengoa, quien dedicó su vida a investigar la ruralidad y el mundo mapuche.

Una vida ligada a la Universidad de Chile

Bengoa recordó sus años como profesor del Centro de Estudios Socioeconómicos (CESO) de la Universidad de Chile y de la Escuela de Economía, hasta su exoneración en 1973. Desde allí impulsó investigaciones pioneras sobre el mundo agrario, la hacienda chilena y la estructura social del país.

“Mi primer trabajo empírico lo hice con tarjetas perforadas en el CESO. Era un ambiente de gran efervescencia intelectual, donde la economía se entendía como una ciencia social. Se formaban ideas que influirían en toda América Latina”, rememora.

Entre sus colegas, destaca a figuras como Eduardo Hamuy, Mario Góngora, Tomás Vasconi y Pedro Vuskovic, arquitecto del programa económico de la Unidad Popular.

De la exoneración a la creación de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano

Tras el golpe militar, Bengoa partió a enseñar en Perú y regresó a Chile en 1979. De vuelta, junto a un grupo de académicos sin cabida en las universidades públicas, fundó la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, con el apoyo del Cardenal Raúl Silva Henríquez.

“El Cardenal nos dijo que era necesario tener un espacio para los intelectuales, una especie de vicaría. Él mismo le puso el nombre de Academia de Humanismo Cristiano, y así quedó hasta hoy”.

Durante los años 80, esa institución se convirtió en un refugio del pensamiento libre, donde se desarrollaron investigaciones sociales y se formaron nuevas generaciones en sociología, economía y antropología.

Un pensamiento desde el campo y el pueblo mapuche

Su extensa obra sobre el mundo rural y la cuestión indígena ha sido central para comprender la historia social chilena. Bengoa identifica la reforma agraria como una revolución profunda que cambió la estructura de clases en Chile y la relación con el territorio.

“El inquilinaje fue suprimido, se transformaron las relaciones sociales en el campo y eso modificó la cultura nacional. En paralelo, el tema mapuche estaba siempre latente: la frontera étnica, humana, más que física, ha sido un elemento decisivo en nuestra historia”.

Respecto al conflicto mapuche, el académico advierte que no existen soluciones simples:

“Llevamos 500 años de balazos en el sur de Chile y no creo que se vaya a terminar a balazos. Hay que ponerle cabeza, hay que pensar. Es un conflicto que no se resuelve, pero sí se puede manejar con inteligencia y respeto”.

Humanidades para el futuro

A sus 78 años, Bengoa insiste en que el pensamiento crítico y las humanidades deben volver al centro del sistema educativo:

“La enseñanza media debe recuperar el espacio del pensamiento, de la reflexión cívica y filosófica. Necesitamos jóvenes capaces de pensar por sí mismos, no solo de repetir lo que ven en una pantalla”.

Su mensaje final resume su legado intelectual:

“Usar la cabeza para pensar, no solo para ponerse un sombrero. Eso es lo que necesitamos en Chile”.

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El Periodista