
La historia detrás del comentado vestuario de 31 minutos en Tiny Desk
Catalina Devia, académica de la escuela de Teatro de la Universidad Finis Terrae, fue la responsable de diseñar las prendas que lograron “camuflar” y que han dado qué hablar luego del exitoso paso del elenco de 31 minutos en Washington.
Este 6 de octubre se estrenó uno de los Tiny Desk más esperados de los chilenos, que fue el de 31 minutos. La banda hizo historia con su presentación en la NPR, grabada en Washington, Estados Unidos y que ya lleva más de 6 millones de reproducciones.
Más allá del setlist con muchos clásicos como “Baila sin cesar”, “Objeción denegada” o “Mi Muñeca me habló”, lo que más llamó la atención de los fanáticos y fanáticas, fue el vestuario utilizado por los músicos, con los que buscaban mimetizarse dentro de la escenografía.
Todo esto fue posible gracias a la diseñadora de vestuario de la banda, Catalina Devia, quien además es académica de la Escuela de Teatro de la Universidad Finis Terrae, precisamente en el ramo llamado Diseño Escénico, para los estudiantes de segundo año de la carrera Actuación y Creación Teatral.
Fue ella la que llevó a cabo las ideas de Álvaro Díaz y de Francisco Schultz: “La idea nace de los creativos de 31 Minutos, desde la dirección, Pancho me llama la segunda semana de agosto creo, y me dice «se nos ocurrió esto», le digo que entretenido, acepto. Lo primero que pensé fue que era fácil, con el avance de los días entendí que no era así. Esa intuición genial que tiene el equipo de 31 Minutos sabía que iba a ser gracioso, que era un buen chiste, pero sin duda no a este nivel de análisis que ha tenido”.
Devia contó que este proceso de creación fue bastante largo: “demoró harto, un mes estudiarla, volver a verla. Costó un par de semanas o más que nos llegara desde Washington una foto en buena calidad, que nos asegurara que cualquier tipo de impresión saldría buena. Además, a mí nunca se me ocurrió pedir las medidas de altura de la pared; confié en que podría trabajar entendiendo la proporción que yo creí que tenía al mirarla. Me tuve mucha confianza”.
“Intenté imprimir en poleras blancas, comprarlas listas, pero ninguna de las empresas de estampado que consulté hacía ese trabajo. Así es que ahí decidí imprimir la tela y confeccionar. Luego de pasar por tres diseños de camisa, decidí que la manga kimono era lo que necesitaba para lograr la continuidad de la imagen y el efecto visual de camuflaje. Entonces encontré finalmente un lugar donde imprimir y decidí un tipo de tela para las camisas —pensando en el calor y la caída de esa tela— y otra para los vestidos, porque en la formación original Jani (Dueñas) iría de pie; luego eso se modificó”, continuó diciendo.
Además, agradeció la ayuda de Sergio Aravena en el proceso de confección con quien tiene la suerte de contar como realizador de vestuario hace años: “Sergio es Premio a la Excelencia en las Artes Escénicas 2017, un señor de la escena nacional que comenzó su carrera en los ballets universitarios en la década del 60 y aún sigue muy vigente; y este tipo de proyectos desafiantes le hacen muy feliz, y a mí compartirlos con él”.
“Inteligencia artesanal”
La diseñadora, también comentó que para este show, hubo un gran trabajo que lo catalogó como “inteligencia artesanal”: “es importante entender que, para este show que vimos por YouTube, trabaja un gran equipo. Hay mucho trabajo manual, y eso es fascinante: el triunfo de la inteligencia artesanal es notable en este caso. En mi calidad de diseñadora escénica, fui convocada específicamente como diseñadora de vestuario a colaborar este año, y ha sido un muy feliz encuentro”.
Uno de los hitos más comentados de la presentación de 31 minutos, fue el vestuario de Marcelo Wilson, pianista de la banda, quien además tomó la decisión de utilizar una máscara con su rostro para que, al estar de espalda, igual lo pudieran reconocer . En sentido, la académica comentó que fue un proceso de ensayo y error: “El vestuario de Marcelo también fue decisión de la dirección, y entender la lógica de que no debía tener corte —ninguna de las camisas—, pero particularmente esta, que tiene esta imagen continua horizontal, pasó por un proceso de ensayo y error, hasta hacer una de manga continua”.
Ahora el desafío de Catalina Devia es la presentación de las obras “Los que van quedando en el camino” de Isidora Aguirre y “Una corona en el fondo de una piscina” de Marcelo Leonart, mientras que para el equipo de 31 minutos, es el estreno de su próxima película llamada “Calurosa Navidad”, a estrenarse en noviembre próximo a través de Prime Video.
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