Macron reelige a Sébastien Lecornu como primer ministro en medio de una creciente crisis política en Francia

La decisión del presidente francés de mantener a Lecornu al frente del Gobierno, tras su renuncia días atrás, ha desatado duras críticas desde la izquierda y la derecha. La oposición ya prepara mociones de censura y denuncia una "burla democrática".

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, volvió a nombrar este viernes a Sébastien Lecornu como primer ministro, apenas cuatro días después de que este presentara su renuncia junto con la composición de un nuevo gabinete. La designación, que ha sido anunciada mediante un escueto comunicado del Elíseo, se produce en un clima de fuerte tensión política y ha sido ampliamente criticada por partidos tanto de izquierda como de derecha.

«Acepto, por deber, la misión que me ha confiado el presidente para entregar un presupuesto antes de fin de año y responder a los problemas cotidianos de los franceses», escribió Lecornu en redes sociales. También hizo un llamado a «poner fin a esta crisis política» y a frenar la «inestabilidad que perjudica la imagen de Francia y sus intereses».

El nuevo primer ministro sostuvo que la restauración de las cuentas públicas es una prioridad ineludible y aseguró que el próximo equipo de gobierno deberá representar «renovación y diversidad de competencias». Además, dejó la puerta abierta al debate parlamentario respecto a los temas abordados durante las consultas previas.

La oposición no tardó en reaccionar. La presidenta del bloque parlamentario de La Francia Insumisa (LFI), Mathilde Panot, llamó a toda la izquierda a firmar una moción de censura contra Lecornu y otra contra Macron. «El presidente gobierna desde la indignación y el desprecio. Reelige a alguien que renunció hace solo días. Está posponiendo su salida inevitable», acusó.

Desde la extrema derecha, Jordan Bardella, presidente de Agrupación Nacional, calificó el anuncio como «una broma» y «una humillación para los franceses». Afirmó que su partido censurará de inmediato al nuevo gabinete. En la misma línea, Marine Tondelier, secretaria general de Los Ecologistas, reaccionó con un escueto «increíble» en redes sociales, mientras que otros dirigentes conservadores y comunistas también condenaron duramente la medida.

El vicepresidente de Los Republicanos, Julien Aubert, consideró que la reelección de Lecornu «es una provocación», mientras que el líder comunista Fabien Roussel la calificó de «inaceptable» y reclamó elecciones anticipadas. Desde el Partido Socialista, Rémi Cardon desmintió cualquier acuerdo para apoyar al nuevo primer ministro y advirtió que, si sus propuestas no son consideradas, respaldarán la moción de censura «sin dudarlo».

Macron, quien insiste en que agotará su mandato hasta 2027 y rechaza disolver la Asamblea Nacional, se reunió recientemente con líderes de los principales partidos, a excepción de LFI y Agrupación Nacional. Las formaciones de izquierda le habían solicitado nombrar a un primer ministro progresista, pero sus demandas fueron ignoradas.

Esta es la cuarta baja en el gabinete de Macron en menos de un año, tras las salidas de Gabriel Attal (septiembre 2024), Michel Barnier (diciembre 2024) y François Bayrou (septiembre 2025). La reelección de Lecornu, lejos de calmar los ánimos, parece haber intensificado la crisis institucional que atraviesa el Ejecutivo francés.

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El Periodista