¿Una caries puede afectar tu corazón? La conexión entre infecciones dentales y salud sistémica

La boca no es un sistema aislado del cuerpo: una infección dental puede provocar más que dolor. Según especialistas, incluso podría afectar el sistema cardiovascular si no se trata a tiempo.

Durante años, la salud bucal fue tratada como un asunto separado del resto del cuerpo. Una molestia menor, una caries sin importancia, algo que se podía postergar. Pero la evidencia científica ha demostrado que lo que ocurre en nuestra boca puede tener un impacto directo en otros órganos, incluyendo el corazón.

Ciertas infecciones dentales mal tratadas pueden liberar bacterias que entran al torrente sanguíneo, generando respuestas inflamatorias sistémicas que afectan nuestra salud general.

“Un diente infectado no siempre duele intensamente, pero puede ser el origen de una inflamación persistente. Si no se trata a tiempo, esas bacterias pueden alojarse en otros tejidos, incluyendo el corazón o articulaciones, generando complicaciones mayores”, explica la Dra. Paula Pinto, especialista en Endodoncia y fundadora de Clínica Aires.

Infecciones dentales silenciosas: cómo se tratan

El caso más común es el de las caries profundas que afectan el nervio del diente. Cuando esto ocurre, se genera una infección interna que el cuerpo intenta aislar, pero que muchas veces encuentra vías para expandirse. La persona puede presentar dolor leve al principio, sensibilidad al calor o al frío, o incluso ningún síntoma evidente. Sin embargo, bajo la superficie, la pulpa dental puede estar necrosada, es decir, muerta, acumulando bacterias que tarde o temprano se diseminan.

Uno de los tratamientos indicados para estos casos es la endodoncia, también conocido como tratamiento de conducto, un procedimiento que permite conservar el diente eliminando el tejido infectado, desinfectando los conductos y sellándolos para evitar futuras infecciones.

“La gente asocia la endodoncia al dolor, pero en realidad es todo lo contrario: muchas veces es la solución que permite eliminar el dolor y salvar el diente. Con las técnicas actuales, puede ser incluso más tranquila que una tapadura común”, aclara la Dra. Pinto.

El vínculo entre salud bucal y enfermedades sistémicas

Según diversos estudios internacionales, existe una relación directa entre enfermedades bucales crónicas como la periodontitis o los abscesos dentales, y el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares o complicaciones en personas con diabetes. Aunque no todas las infecciones dentales derivan en estas situaciones, la evidencia apunta a que mantener una buena salud oral es una forma efectiva de cuidar la salud general.

Además, los tratamientos dentales postergados pueden volverse más complejos y costosos. Lo que podría haberse resuelto con una restauración simple o una endodoncia preventiva, a veces termina en extracciones o rehabilitaciones más extensas y complejas.

El miedo al dentista, una barrera a superar

En Chile, aún persiste el miedo al dentista como una de las principales razones para evitar el control oportuno. Muchas personas postergan sus chequeos por temor al dolor, malas experiencias anteriores o inseguridad respecto al estado de su salud bucal.

“Nos pasa seguido: pacientes que vienen por un dolor que se repite desde hace meses. Algunos han postergado su salud bucal porque han tenido malas experiencias previas, y hoy buscan una atención más tranquila y guiada, sin el temor de ser juzgados por el dentista”, comenta la especialista.

¿Cuándo consultar?

Algunas señales que pueden indicar una infección que requiere evaluación profesional:

-Dolor intenso al morder o al consumir alimentos calientes/fríos.
-Inflamación o sensibilidad persistente en una zona específica.
-Mal aliento que no desaparece con higiene regular.
-Protuberancias o “granitos” en la encía.
-Cambios en el color del diente (tono más oscuro o grisáceo).

Si se experimenta alguno de estos síntomas, no hay que ignorarlo.

“No es normal vivir con dolor. Y muchas veces, llegar a tiempo marca la diferencia entre salvar un diente o perderlo”, concluye la especialista.

El cuerpo humano es un sistema interconectado. Cuidar la sonrisa no es solo una cuestión estética: es una inversión en salud, bienestar y calidad de vida.

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El Periodista