Uruguay aprueba ley de eutanasia y se convierte en el tercer país latinoamericano en legalizar la «muerte digna»

Con 20 votos a favor en el Senado, Uruguay se suma a Colombia y Ecuador como las únicas naciones de la región que permiten la eutanasia. La norma reconoce el derecho de los pacientes con enfermedades incurables o sufrimientos insoportables a decidir sobre el final de su vida.

La Cámara de Senadores de Uruguay aprobó en la noche del miércoles la ley que regula la eutanasia, conocida como «ley de muerte digna», convirtiendo al país en el tercero de América Latina —tras Colombia y Ecuador— y el undécimo en el mundo en reconocer legalmente este derecho.

La iniciativa, respaldada por 20 de los 31 senadores, fue impulsada por el oficialismo del Frente Amplio y contó además con el apoyo de los legisladores Graciela Bianchi (Partido Nacional) y Ope Pasquet y Heber Duque (Partido Colorado). El texto establece como objetivo «regular y garantizar el derecho de las personas a transcurrir dignamente el proceso de morir».

Podrán solicitar la eutanasia todas las personas mayores de edad, psíquicamente aptas, que padezcan una enfermedad incurable e irreversible, o sufran dolores insoportables que deterioren gravemente su calidad de vida. La solicitud deberá presentarse por escrito ante un médico, quien verificará las condiciones y confirmará la voluntad libre y consciente del paciente. Luego, un segundo profesional revisará el caso antes de que se concrete el procedimiento ante testigos.

El secretario de la Presidencia, Alejandro Sánchez, celebró la aprobación de la norma destacando que Uruguay “vuelve a ser pionero en la agenda de derechos”. “La aprobación de la ley de muerte digna habla de un profundo compromiso con la dignidad humana y con la libertad. Elegir es dignidad”, escribió en la red social X.

También el senador Daniel Caggiani afirmó que el país “es hoy un poco más libre y más humano”, enviando un saludo a las personas que “desde hace tiempo vienen luchando por el derecho a decidir sobre su propia vida y el final de sus padecimientos”.

Entre los opositores, el senador Martín Lema (Partido Nacional) cuestionó el nombre de la ley, asegurando que “quien lucha por su vida no pierde dignidad”. Pedro Bordaberry (Partido Colorado), en tanto, criticó el texto por sus “errores de redacción” y por centrarse en la perspectiva médica, sin considerar la jurídica, además de señalar que la falta de cuidados paliativos en todo el país limita la libertad de elección.

El colorado Ope Pasquet, uno de los impulsores históricos de la propuesta, defendió la aprobación al plantear que “una persona adulta, en su sano juicio, tiene el derecho a morir cuando lo decida”. Concluyó que la ley “hace honor a la mejor tradición libertaria y humanitaria de Uruguay”.

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El Periodista