
COP30 arranca en Belém con llamado urgente a la acción climática y críticas a los combustibles fósiles
La cumbre climática más importante del mundo comenzó este lunes en la Amazonía brasileña con un llamado a convertir los compromisos en acciones concretas. El evento, encabezado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y el diplomático André Corrêa do Lago, busca hacer de Belém la “COP de la implementación”, en medio de tensiones por las recientes decisiones energéticas del propio gobierno brasileño.
La 30ª Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático comenzó este lunes en Belém do Pará, al norte de Brasil, con un fuerte énfasis en la adaptación al cambio climático y el desarrollo tecnológico como herramientas para mitigar los efectos del calentamiento global.
En su jornada inaugural, el Gobierno brasileño anunció que el primer día de la cumbre estaría dedicado a la “adaptación y tecnología”, con la participación de bancos multilaterales y organismos internacionales que presentaron nuevos modelos de financiamiento para convertir los planes de acción climática en proyectos escalables.
También se reveló un “paquete billonario” de apoyo a la innovación agrícola, destinado a fortalecer la resiliencia de los productores rurales de bajos ingresos frente a los impactos del cambio climático. Además, se discutió la “Declaración de Belém sobre Hambre, Pobreza y Acción Climática Centrada en las Personas”, suscrita recientemente por 44 países.
COP30: no es la Tierra la que está en peligro, somos nosotros
Uno de los momentos centrales del día fue la mesa redonda sobre el “futuro digital verde”, donde se expusieron los avances en el uso de tecnologías digitales para la sostenibilidad. En ese contexto, se anunció el lanzamiento del Instituto de Inteligencia Artificial para el Clima, una iniciativa global que formará especialistas en la aplicación de IA para la acción climática.
El presidente de la COP30, el diplomático André Corrêa do Lago, subrayó en su discurso de apertura que esta debe ser la cumbre “de la implementación”.
“Tenemos que repetirlo: esta es una COP que tiene que presentar soluciones. La agenda de acciones que estructuramos mostrará muchos caminos”, afirmó.
Corrêa do Lago también recordó que cuando se firmó el Acuerdo de París en 2015, el pronóstico era un aumento de cuatro grados en la temperatura global; hoy, la lucha se centra en mantenerla por debajo de 1,5 grados.
“Reducimos bastante las emisiones, pero tenemos que trabajar con humildad y realismo porque aún falta mucho. Tenemos una responsabilidad inmensa”, agregó.
La ceremonia concluyó con un cántico de representantes del pueblo indígena Guajajara, subrayando el papel histórico de la Amazonía y la mayor participación indígena en una COP hasta la fecha.
Lula: “La Tierra no aguanta más este modelo de desarrollo”
Durante la sesión de alto nivel, hace dos días, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva llamó a los líderes mundiales a abandonar el modelo energético basado en los combustibles fósiles, pese a las recientes decisiones de su propio gobierno de autorizar la exploración petrolera en el delta del Amazonas.
“La Tierra no aguanta más el modelo de desarrollo basado en el uso intensivo de combustibles fósiles que ha estado en vigor en los últimos 200 años”, dijo Lula, quien destacó que el 75% de las emisiones globales provienen de la producción y el consumo de energía.
El mandatario lamentó que, desde el Acuerdo de París, la participación de los combustibles fósiles en la matriz energética mundial solo haya disminuido del 83% al 80%, y criticó que los 65 mayores bancos del mundo otorgaran el año pasado 869.000 millones de dólares en financiamiento al sector petrolero y gasífero.
Aun así, defendió una transición energética “justa y equilibrada”, recordando que el 90% de la matriz energética brasileña proviene de fuentes renovables, principalmente hidroeléctricas. Sin embargo, su reciente autorización a Petrobras para explorar nuevas reservas frente al litoral amazónico ha generado fuertes críticas de organizaciones ambientales.
Una COP en el corazón de la Amazonía
Por primera vez en su historia, una Conferencia de las Partes se celebra en una ciudad amazónica, simbolizando el papel clave de la región en la regulación climática global.
La COP30 también marca el décimo aniversario del Acuerdo de París, ocasión en la que los países deberán rendir cuentas sobre sus compromisos de reducción de emisiones y definir las próximas metas (NDCs) para el período 2026-2030.
La comunidad científica coincide en que el aumento de la temperatura media global está directamente vinculado al efecto invernadero, causado por la acumulación de gases resultantes de la quema de combustibles fósiles.
Belém, convertida en epicentro del debate climático, se enfrenta al desafío de demostrar que las promesas de transición ecológica pueden transformarse en acciones concretas, incluso en un país que, como Brasil, oscila entre su discurso verde y su dependencia del petróleo.
Fotos: agencia Brasil
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