EEUU enfrenta cierre de Gobierno más largo de su historia tras nuevo fracaso en Senado

La parálisis administrativa supera los 35 días y rompe el récord de 2018-2019. Trump insiste en eliminar el filibusterismo para aprobar financiamiento, mientras crecen los temores por el impacto económico y social.

El cierre del Gobierno de Estados Unidos, vigente desde octubre, se convirtió oficialmente en el más largo de la historia al alcanzar su día 36, superando así la paralización que tuvo lugar entre finales de 2018 y comienzos de 2019, durante el primer mandato de Donald Trump. El récord se rompió tras una nueva votación fallida en el Senado para aprobar fondos que permitan reabrir la administración federal.

La Cámara Alta rechazó por decimocuarta vez una resolución de financiamiento ya aprobada por la Cámara de Representantes. La iniciativa obtuvo 44 votos a favor y 54 en contra, quedando lejos de los 60 apoyos necesarios para avanzar, en medio de la creciente tensión entre demócratas y republicanos.

El secretario de Transportes, Sean Duffy, advirtió que si la crisis se prolonga más allá de la próxima semana podría ser necesario cerrar “ciertas partes del espacio aéreo” estadounidense, lo que generaría “retrasos y cancelaciones masivas” de vuelos. La advertencia elevó la preocupación sobre el impacto económico y operativo del cierre, que ya afecta a millones de personas.

Desde la bancada demócrata, el líder Chuck Schumer aseguró que su partido está evaluando “todas las opciones” para destrabar la crisis. El conflicto se centra en la exigencia demócrata de extender los subsidios de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, frente a la resistencia republicana y las presiones del presidente Trump para modificar las reglas del Senado.

El mandatario volvió a exigir el fin del filibusterismo —mecanismo que exige 60 votos para aprobar la mayoría de los proyectos de ley— y defendió su postura en redes sociales. “Terminen ya con el filibusterismo, terminen inmediatamente con este ridículo cierre (…) y aprueben todas las maravillosas políticas republicanas”, escribió en Truth Social.

Mientras tanto, el impacto social crece. Programas clave como la asistencia alimentaria SNAP y subsidios de salud enfrentan tensiones presupuestarias, afectando especialmente a familias vulnerables. Tras polémicos dichos de Trump sugiriendo que los beneficios solo se entregarían cuando los demócratas “reabran el Gobierno”, la Casa Blanca debió salir a aclarar que las ayudas están siendo ejecutadas gracias a fondos de emergencia.

“Estamos cumpliendo plenamente con la orden judicial”, afirmó la portavoz Karoline Leavitt, subrayando que el Ejecutivo recurre a recursos de contingencia para evitar un daño mayor. Sin embargo, advirtió que el presidente “no quiere tener que usar este fondo en el futuro”, presionando así por una salida legislativa que hoy sigue bloqueada.

Con negociaciones estancadas y costos humanos y económicos en aumento, Estados Unidos encara un cierre sin precedentes que pone a prueba a su sistema político y golpea a sus ciudadanos más vulnerables.

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El Periodista