Lula ordena investigar la “matanza” policial que dejó 121 muertos en Río

El presidente brasileño cuestionó el operativo de seguridad en el Complexo do Alemão y la Penha, donde 117 sospechosos y cuatro policías murieron. “Era una orden de prisión, no de matanza”, dijo Lula, quien pedirá la intervención de peritos federales.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció este martes que el Gobierno federal impulsará una investigación sobre la operación policial realizada hace una semana en Río de Janeiro, que dejó 121 muertos, entre ellos cuatro agentes. El mandatario calificó el operativo como una “matanza” y aseguró que la actuación de las fuerzas de seguridad debe ser revisada.

“Vamos a ver si conseguimos hacer esa investigación, porque la decisión del juez era una orden de prisión; no había una orden de matanza, y hubo una matanza”, afirmó Lula en una entrevista con medios internacionales, recogida por el portal G1.

El comentario del presidente contrasta con la postura del gobernador de Río, Claudio Castro, quien defendió la operación como un “éxito” en la lucha contra el narcotráfico. Para Lula, la cifra de muertes revela el fracaso del Estado en garantizar una acción proporcionada y respetuosa de los derechos humanos.

“El dato concreto es que la operación, desde el punto de vista de las muertes, las personas pueden considerarla un éxito, pero desde el punto de vista de la acción del Estado creo que fue desastrosa”, subrayó el jefe de Estado.

Lula adelantó que el Gobierno trabaja para que peritos de la Policía Federal participen en la investigación, que también está siendo seguida de cerca por el Tribunal Supremo Federal. La corte ordenó al Gobierno de Río preservar todos los elementos materiales vinculados al operativo.

El 28 de octubre, más de 2.500 agentes de la Policía Militar y la Policía Civil irrumpieron en las favelas del Complexo do Alemão y el Complexo da Penha, consideradas bastiones del Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más poderosas del país. La incursión buscaba cercar a presuntos narcotraficantes en una zona elevada, resultando en 117 sospechosos abatidos, cuatro policías fallecidos y decenas de heridos y detenidos.

La operación reabrió el debate sobre la política de seguridad pública en Brasil y los límites del uso de la fuerza en acciones policiales masivas en favelas, donde viven cientos de miles de personas en situación de vulnerabilidad social.

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El Periodista