ME-O tras su quinta derrota presidencial: “Se cierra un paréntesis democrático, comienza una nueva era”

En su quinta incursión presidencial, Marco Enríquez-Ominami reconoció sin matices una de sus derrotas más contundentes. Con un 1,2% de los votos y superado ampliamente por figuras como Franco Parisi, Johannes Kaiser y Evelyn Matthei, el fundador del PRO hizo un crudo balance del resultado electoral y de lo que considera “el fin de una época” para el mundo progresista chileno.

“No es un resultado, es un veredicto”, sentenció en su discurso de cierre. “Es una campaña que no comunicó con las grandes mayorías, es evidente. Asumo en eso las consecuencias y también quiero decir que este no solamente es el fin de una candidatura, de un ciclo, es también el fin de una época para el mundo humanista y progresista”, añadió, aludiendo al avance de candidaturas conservadoras y al triunfo de José Antonio Kast y Jeannette Jara en primera vuelta.

Para Enríquez-Ominami, el resultado fue más que una derrota electoral: “El país ha expresado en un 72% un respaldo a opciones que están más bien vinculadas a valores que son trágicos para Chile. Por tanto, lo que viene es una reflexión muy de fondo: se cierra un paréntesis democrático. Durante 35 años se intentó reformar las estructuras políticas y económicas de la dictadura. No se logró, no se quiso, no se pudo”.

También tuvo palabras duras para el actual Gobierno, al que responsabilizó del colapso del sector progresista. “Eso me incluye a mí. No solamente asumo la responsabilidad, sino también invito a que, desde esta tragedia, habrá que refundar este sector. El sector quedó desnudo, ha sido duramente castigado, también producto de un Gobierno extremadamente incompetente”, declaró.

El excandidato lamentó lo que calificó como una desconexión profunda entre la ciudadanía y la administración de Gabriel Boric. “Nunca antes en la historia de Chile tantos chilenos habían confiado en un Gobierno como el del Presidente Boric, y nunca antes habían sentido tanta rabia y decepción”, apuntó.

En cuanto a la magnitud de la derrota, fue enfático: “Este domingo ha arrasado el cambio: más de dos tercios del país votaron por valores de cambio y de ultraconservadurismo. Lo que viene ahora es muy complejo y me preocupa. Nunca he visto una derrota mayor, y eso incluye nuestro resultado. Nunca antes habíamos estado tan, tan abajo”.

Finalmente, Enríquez-Ominami cerró su declaración con una reflexión sobre el futuro de su sector político. “El resultado de esta primera vuelta no marca solo la derrota de un sector: marca el fin de una época. Esta noche, Chile cierra el paréntesis democrático que intentó abrir durante 35 años. La derecha dura se impone porque aprovechó el colapso total del campo reformista. El país entra en una nueva era marcada por la tensión, el control y la autoridad. La izquierda tendrá que reconstruirse desde las ruinas, con otras herramientas, otros relatos y otras personas. Este momento es trágico, pero también puede ser el punto de partida de una refundación necesaria”.

La historia, al parecer, le reserva a ME-O un papel más reflexivo que protagónico en los próximos años de la política chilena.

Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.

El Periodista