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El ministro de Justicia de Francia, Gérald Darmanin, justificó este domingo su visita al expresidente Nicolas Sarkozy en la prisión donde cumple condena, afirmando que actuó dentro de sus funciones y respetando plenamente la independencia del Poder Judicial.
“Hago mi trabajo como ministro”, declaró a la prensa, señalando que su intención fue constatar “in situ” las condiciones de detención de “un antiguo presidente”, figura que, recalcó, está “especialmente protegida por la República”. Darmanin habló del tema durante una visita a otro centro penitenciario en el departamento de Aube.
El ministro recordó que el código penitenciario establece que el titular de Justicia debe supervisar el funcionamiento del sistema carcelario. “Supongo que si no hiciese mi trabajo y le ocurriese algo en prisión al presidente Sarkozy, el Parlamento y quizás otras instancias podrían pedir cuentas”, apuntó, evitando pronunciarse sobre el recurso presentado por el exmandatario para solicitar su excarcelación, que será revisado el próximo 10 de noviembre por “un juez independiente”.
La visita ha generado controversia en Francia. Cerca de una treintena de abogados ha presentado una denuncia contra Darmanin por presunto conflicto de interés, aumentando las tensiones en un caso sin precedentes: nunca antes un expresidente francés había ingresado a prisión.
Nicolas Sarkozy fue condenado a cinco años de cárcel por asociación ilícita, tras confirmarse que su campaña presidencial de 2007 recibió financiación del régimen libio de Muamar Gadafi. Su defensa mantiene un recurso activo para intentar revertir su situación.
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