Dictan acusación contra Pedro Barrientos, militar expulsado de EEUU, por el asesinato de Víctor Jara y Littré Quiroga

La ministra en visita Paola Plaza González dictó acusación contra el exteniente del Ejército Pedro Barrientos Núñez, imputándolo como autor de los delitos de secuestro calificado y homicidio calificado en perjuicio del cantautor Víctor Jara Martínez y del entonces director nacional de Prisiones Littré Quiroga Carvajal, crímenes cometidos entre el 12 y el 15 de septiembre de 1973 en Santiago.

La determinación marca un nuevo avance en un proceso judicial que se ha extendido por más de cinco décadas y que hoy enfrenta a Barrientos, por primera vez, ante la justicia chilena.

Barrientos vivió durante años en Estados Unidos, donde llegó en 1989, al término de la dictadura. En 2013 la Corte Suprema chilena autorizó su extradición, pero esta nunca se concretó. En 2016, un jurado civil en Florida lo declaró responsable de tortura contra Víctor Jara y otros prisioneros en el Estadio Chile, en un histórico juicio civil.

Su presencia en EE.UU. terminó el 14 de julio de 2023, cuando se le revocó la nacionalidad estadounidense por haberla obtenido mediante información falsa. Por esa infracción migratoria fue deportado el 30 de noviembre de 2023 a Chile.

A su llegada, fue notificado de las órdenes de procesamiento dictadas en 2012 y 2014 por el ministro Miguel Vásquez, quien dirigió la investigación durante años y lo había sobreseído temporalmente debido a su ausencia.

“El principio del fin de un juicio de 50 años”

Para el abogado querellante Nelson Caucoto, representante de las familias Jara y Quiroga, la acusación marca un punto de inflexión:

“Desde nuestro punto de vista, la suerte del señor Barrientos no puede ser distinta a la de los otros militares ya condenados en esta causa. Las penas deben ser proporcionales a la gravedad de los delitos, como ha establecido unánimemente la Corte Suprema”, señaló.

Añadió que:

“Esta acusación constituye el principio del fin de un juicio que ha durado más de 50 años y que hace realidad el anhelo de justicia de las familias de Víctor y Littré. La justicia será posible a pesar del tiempo transcurrido”.

Los otros condenados

En agosto de 2023, la Segunda Sala Penal de la Corte Suprema condenó a siete exoficiales del Ejército por su participación en los mismos delitos. Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Haase Mazzei, Ernesto Bethke Wulf, Juan Jara Quintana y Hernán Chacón Soto recibieron 15 años y un día por los homicidios y 10 años y un día por los secuestros.

El exfiscal militar Rolando Melo Silva fue sentenciado a 5 años y un día como encubridor de los homicidios y 3 años y un día por encubrir los secuestros.

Nelson Haase Mazzei permanece prófugo, mientras que Juan Jara Quintana huyó tras la sentencia, siendo capturado en mayo de 2024.

44 impactos de bala y múltiples fracturas: así fue el asesinato de Víctor Jara

El informe judicial establece que Víctor Jara fue detenido el 12 de septiembre de 1973 en la Universidad Técnica del Estado y trasladado al Estadio Chile, convertido en centro de detención y tortura. El 15 de septiembre fue visto con vida por última vez. Su cuerpo apareció al día siguiente en las inmediaciones del Cementerio Metropolitano, junto a otros cinco cadáveres.

La autopsia es estremecedora: 44 impactos de bala y múltiples fracturas causadas por golpes.

El destino de Littré Quiroga

Littré Quiroga, director nacional de Prisiones, se presentó voluntariamente ante carabineros el 12 de septiembre tras ser requerido por autoridades militares. Esa noche fue trasladado al Regimiento Blindado Nº 2 y luego al Estadio Chile, donde permaneció detenido y fue brutalmente torturado por personal del Ejército.

Fue ejecutado el 16 de septiembre de 1973. Su cuerpo apareció en el mismo lugar que el de Víctor Jara, con 23 impactos de bala y fracturas severas.

Barrientos enfrenta ahora su etapa final en la justicia chilena

Con la acusación formal de la ministra Paola Plaza, el exteniente Pedro Barrientos queda a la espera de la resolución final del tribunal. Tras décadas de impunidad, la causa vuelve a avanzar con fuerza.

Para las familias y organismos de derechos humanos, esta etapa representa la posibilidad concreta de cerrar —por fin— uno de los capítulos más dolorosos de la represión en dictadura.