Netanyahu rechaza comisión independiente por el 7-O

El primer ministro atribuye a altos exfuncionarios una “campaña de presión” para forzar una investigación autónoma sobre los ataques del 7 de octubre de 2023. La oposición, exjefes de Inteligencia y asociaciones de víctimas cuestionan la decisión y advierten que el mecanismo propuesto por el Gobierno “carece de independencia”

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, defendió este jueves su decisión de descartar la creación de una comisión independiente para investigar los ataques perpetrados por milicias palestinas el 7 de octubre de 2023 —que dejaron 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados— y denunció la existencia de una “campaña de presión organizada” para forzar a su Gobierno a cambiar de postura.

“En los últimos días, hemos visto una campaña de presión organizada por altos exfuncionarios que buscan distorsionar los hechos y dictarle al Gobierno cómo debe actuar”, señaló el mandatario en un comunicado difundido por su oficina. Según afirmó, estas presiones “socavan la cohesión del Ejército” y buscan influir en la revisión oficial sobre los fallos que permitieron el ataque.

Netanyahu insistió en que la comisión gubernamental creada por su gabinete será “amplia” y “profesional”, con representación de todos los sectores, incluida la oposición. “Garantizaremos que la comisión esté comprometida con una sola cosa: la verdad, por el bien de la seguridad de Israel”, sostuvo, comparando este mecanismo con la comisión bipartidista creada en Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Las declaraciones del primer ministro llegan tras el llamado de Ronen Bar, exjefe del servicio de Inteligencia Nacional (Shin Bet), quien esta semana instó públicamente a establecer una comisión estatal independiente durante un evento en la Universidad de Tel Aviv. Bar sostuvo que solo un organismo autónomo permitiría una investigación “exhaustiva” capaz de esclarecer los hechos, disipar conspiraciones y evitar fallos similares en el futuro.

La destitución de Bar en junio fue cuestionada por la oposición y parte de la ciudadanía, al interpretarla como un castigo por investigaciones internas que habrían revelado supuestas irregularidades en la relación entre el Gobierno, Qatar y la financiación del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).

El líder opositor Yair Lapid acusó al Ejecutivo de “poner en peligro la seguridad nacional” al negarse a una investigación independiente, calificando la decisión como un “insulto” y una “evasión de responsabilidad” hacia los soldados y las familias afectadas. En la misma línea, Yair Golan, líder de Los Demócratas, criticó que “quien es investigado no nombra a sus propios investigadores” y aseguró que trabajará para garantizar que el proceso tenga verdadera autonomía.

A las críticas se sumó también el Consejo de Octubre, que agrupa a unas 2.000 víctimas y familiares de víctimas del ataque, acusando a Netanyahu de querer “decidir sobre los hechos” y restar legitimidad a la revisión de uno de los episodios más graves de la historia reciente de Israel.

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El Periodista