
Priscila Escobar: “Para conservar, primero hay que conocer y emocionarse con la vida marina”
En conversación con Lo Justo y Necesario, la veterinaria, ilustradora y autora de La vida secreta de los cetáceos relata cómo nació su vínculo con ballenas y delfines, la importancia de estos mamíferos para la salud del planeta y la urgencia de acercar la ciencia a la ciudadanía a través del arte y la educación.
En una nueva edición de Lo Justo y Necesario en El Periodista TV, Francisco Martorell conversó con la veterinaria e ilustradora Priscila Escobar, autora del libro La vida secreta de los cetáceos, publicado por Catalonia. La obra mezcla ciencia, divulgación y arte para acercar al público —especialmente a niños y jóvenes— al fascinante mundo de ballenas y delfines.
Escobar recordó que su conexión con la fauna marina comenzó en la infancia. “Desde niña sentía un llamado a conocer a los animales y protegerlos. Los cetáceos generan fascinación por su misterio y porque sabemos poco del ambiente marino, que aún guarda especies por descubrir”, explicó.
La autora trabajó en organizaciones dedicadas a la conservación de ballenas y delfines en Chile, donde constató que el país —con más de 5.000 kilómetros de costa— es un verdadero santuario. “Más del 50% de las especies de cetáceos del mundo transitan por nuestras aguas. Mucha gente no lo sabe. Tenemos ballenas azules, jorobadas, delfines… incluso se pueden ver desde la costa”, afirmó.
El arte como puente entre ciencia y emoción
Uno de los ejes de la entrevista fue el rol del arte en la divulgación científica. Para Escobar, ilustrar y narrar la vida marina es una forma de conectar emocionalmente con el público.
“Para conservar es esencial conocer. Y para conocer, hay que interesarse. El arte es un medio poderoso para unir ciencia y educación y llegar a las personas de forma emocional”, señaló.
Su libro, diseñado como un “objeto para volver a mirar”, incluye ilustraciones, datos científicos, códigos QR con información adicional y referencias para el avistamiento responsable de ballenas y delfines en Chile y el mundo.
Durante la conversación, Escobar destacó el rol ecológico de estos mamíferos marinos.
“Las ballenas son los árboles del océano: a lo largo de su vida pueden capturar más de 33 toneladas de CO₂. Además, son centinelas de la salud de los ecosistemas marinos”, explicó.
Pero las amenazas son múltiples: tráfico marítimo, contaminación acústica y química, pesca industrial, pérdida de hábitat y efectos del cambio climático. “Los cetáceos están sometidos a presiones enormes. Cuidarlos es cuidarnos: los océanos producen más del 50% del oxígeno que respiramos”, advirtió.
El desafío educativo: recuperar el vínculo con el mar
Para Francisco Martorell, la entrevista también permitió reflexionar sobre la distancia cultural que existe en Chile con el océano. Escobar coincidió:
“Los niños vienen más abiertos y sensibles. Muchas veces son ellos quienes educan a los adultos. La educación marina debe partir temprano para que entendamos el valor del mar más allá de la playa como panorama”.
La autora recomendó buscar siempre turismo regulado y responsable. Zonas como Chañaral, parte norte del país y sectores del sur ofrecen buenas condiciones de avistamiento en temporada estival. “Chile es un hotspot por la corriente de Humboldt. A lo largo de toda la costa podemos ver delfines y ballenas”, indicó.
Para cerrar, Escobar explicó por qué su obra es una invitación abierta a todo público.
“Este libro es para cualquiera que quiera maravillarse, aprender y conectar con el océano. Los cetáceos se parecen a nosotros en su vida social, en cómo se comunican y en el rol que cumplen en el planeta. Entenderlos es entender nuestra propia historia”, señaló.
Martorell definió el libro como un regalo ideal para introducir a nuevos lectores al mundo marino. La vida secreta de los cetáceos ya está disponible en librerías y plataformas digitales.
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