Ucrania detiene en Odesa un buque de la “flota fantasma” rusa cargado con toneladas de cereal

El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) detuvo este miércoles en el puerto de Odesa a un buque perteneciente a la llamada “flota fantasma” rusa, utilizado —según las autoridades— para transportar de forma ilegal toneladas de cereales y otros productos agrícolas desde la península de Crimea hacia países africanos.

De acuerdo con el SBU, el propietario del barco figura en la lista negra del sector de defensa ucraniano y ha intentado durante años evadir sanciones mediante el cambio constante de nombre, bandera y tipo de carga declarada. En el momento de la intervención, el capitán y 15 tripulantes —todos procedentes de diversos países de Oriente Próximo— se encontraban a bordo.

Antes de la invasión rusa iniciada en febrero de 2022, las autoridades ucranianas habían registrado al menos siete atracos de este mismo buque en el puerto de Sebastopol, desde donde habría exportado miles de toneladas de cereal hacia países del norte de África.

La operación en Odesa coincidió con un ataque ucraniano en el mar Negro contra un petrolero con bandera de Islas Comoras, también vinculado a esta red de transporte marítimo paralela. El buque, ya sancionado por la Unión Europea y Reino Unido, navegaba con el transpondedor apagado en la zona económica exclusiva de Ucrania rumbo al puerto ruso de Novorosísk cuando fue alcanzado por drones. Según fuentes citadas por la agencia Ukrinform, el petrolero “viajaba a máxima velocidad” y sufrió daños “significativos”.

Este sería el tercer buque de estas características atacado en dos semanas, en un esfuerzo de Kiev por desarticular esta estructura marítima que, según el presidente Volodimir Zelenski, estaría compuesta por al menos 400 embarcaciones con las que Rusia intenta sortear las restricciones internacionales todavía no aplicadas a parte de su flota.

Ucrania ha reiterado que toda exportación de cereal procedente de Crimea —anexada por Rusia en 2014— o de los territorios ocupados en Donbás es ilegal. La península, subrayan las autoridades, cumple un rol clave como plataforma logística para el movimiento de mercancías que Moscú intenta posicionar en mercados extranjeros pese a las sanciones vigentes.