Último debate presidencial: más tensión, duelos cruzados y mensajes para las redes

El encuentro de Anatel marcó el cierre de los cara a cara televisivos antes de las elecciones del 16 de noviembre. Kast, Jara, Matthei y Kaiser endurecieron posturas en un debate donde la seguridad, la economía y los gestos políticos dominaron la escena.

Un verdadero debate de campaña presidencial. Tras tres encuentros más contenidos, el debate de Anatel devolvió la intensidad al escenario electoral y ofreció el cruce más tenso de la temporada entre los ocho candidatos. A seis días de las elecciones, el espacio televisivo sirvió como cierre de campaña y termómetro de las estrategias finales.

El primer bloque, dedicado a seguridad, mostró las diferencias más marcadas. Evelyn Matthei apostó por un tono duro: “Tenemos que tener ministros y subsecretarios que los pongan o en la cárcel o en el cementerio”, dijo en referencia al crimen organizado y el Tren de Aragua. José Antonio Kast reafirmó su discurso de orden y acusó al Gobierno de “no recorrer Chile ni conocer la realidad del delito”, mientras Johannes Kaiser propuso un “biministerio” de Seguridad y Defensa.

Jeannette Jara, en tanto, buscó mantener equilibrio entre firmeza y experiencia. Defendió el levantamiento del secreto bancario como herramienta contra el narcotráfico y respondió a las críticas de Kast: “Gobernar no es gritar más fuerte. Gobernar requiere experiencia”.

En el bloque económico, la candidata del oficialismo destacó la próxima alza de 1,6 millones de pensiones y defendió su reforma previsional, lo que dio pie a un duro intercambio con Kast, quien replicó que “el Gobierno no ha sido capaz de ordenar el presupuesto en tres años”. Kaiser y Parisi sumaron críticas por el “populismo fiscal”, mientras Eduardo Artés intervino con una clase de economía “a la vieja usanza”, advirtiendo sobre el riesgo inflacionario del alza salarial.

La gobernabilidad también encendió la jornada. Matthei reiteró su promesa de “terminar con el narco-terrorismo en un año” y Kast insistió en que “la falta de carácter” es lo que mantiene al país en crisis. Jara buscó marcar distancia del Presidente Gabriel Boric —“no somos idénticos”—, y anunció que suspenderá su militancia en el Partido Comunista si llega a La Moneda.

El bloque de derechos humanos dejó frases que destacaron por contraste: Matthei defendió continuar el Plan de Búsqueda “pero bien hecho”; Jara recordó que “quienes hicieron desaparecer personas no fue el Tren de Aragua”, mientras Kast y Kaiser mantuvieron posturas tradicionales en defensa de “la vida desde la concepción”.

El debate también tuvo espacio para los guiños mediáticos. Algunos candidatos aprovecharon sus intervenciones mirando directamente a cámara, con frases cortas y efectistas, buscando viralización inmediata. “Parecía más una carrera de influencers que un debate presidencial”, comentó el escritor Cristián Warken en la previa.

Con encuestas ya prohibidas por ley, el encuentro dejó una imagen clara: la disputa por el liderazgo de la derecha sigue abierta, mientras Jeannette Jara consolida su posición como la carta del oficialismo. A partir de ahora, el cierre de campaña y la jornada del 16 de noviembre definirán si la tensión del set se traduce en votos.

Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.

El Periodista