
Noboa ironiza con los presos de su nueva cárcel de máxima seguridad
El presidente ecuatoriano celebró el traslado de 300 reclusos, incluido el exvicepresidente Jorge Glas, al nuevo penal de Santa Elena, construido al estilo del modelo salvadoreño de Nayib Bukele y destinado a pandilleros y criminales de alta peligrosidad.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, volvió a generar polémica tras ironizar en redes sociales sobre las condiciones que enfrentarán los 300 presos trasladados a la nueva cárcel de máxima seguridad de Santa Elena, inspirada en el modelo carcelario impulsado por el mandatario salvadoreño Nayib Bukele.
“Ya empezarán con la quejadera”, escribió Noboa en su cuenta de X, acompañando su mensaje con una fotografía del supuesto cabello de los reclusos recién rapados. En otras imágenes difundidas por el Gobierno se aprecia a los internos —entre ellos el exvicepresidente Jorge Glas— siendo trasladados bajo fuerte custodia militar y formados en fila, con la cabeza afeitada, para ingresar a la denominada Cárcel del Encuentro.
El complejo, construido en una zona boscosa y aislada de la costa suroeste ecuatoriana, fue una de las promesas de campaña de Noboa en 2023. Levantado en apenas dos años con un presupuesto cercano a los 45 millones de euros, el penal se extiende sobre 16,2 hectáreas y tiene capacidad para más de 730 internos, muy lejos de los más de 14.000 reclusos que alberga el megacentro Cecot de El Salvador.
El traslado de los primeros presos se realizó apenas horas después de una nueva masacre carcelaria en Machala, provincia de El Oro, donde una treintena de internos murieron y decenas resultaron heridos. El hecho volvió a evidenciar la grave crisis penitenciaria y de seguridad que atraviesa Ecuador, país que se mantiene bajo un estado de conmoción interna decretado por Noboa.
Al igual que el modelo de Bukele, la Cárcel del Encuentro está destinada principalmente a miembros de bandas criminales y a reclusos considerados de alta peligrosidad. Su construcción enfrentó la oposición de comunidades rurales cercanas, preocupadas por el impacto ambiental y social de la obra. Otro proyecto similar, previsto en la provincia amazónica de Napo, fue descartado tras el rechazo de las comunidades locales.
Con su publicación, Noboa reafirma su estrategia de mano dura contra el crimen, en medio de un país que vive una de las etapas más violentas de su historia reciente.
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