
Por Miguel Reyes Almarza*
Cada cierto tiempo la industria musical vuelve sobre sí misma, desempolva archivos y arma lanzamientos que apelan a la memoria afectiva de sus audiencias. Cuando ese ejercicio involucra a los Beatles, la discusión adquiere otra densidad. Anthology 4, la nueva entrega musical y audiovisual del cuarteto, revive la pregunta sobre qué tan “nuevo” y “necesario” puede ser el material audiovisual y gráfico publicado en 2025 de una banda que dejó de grabar en 1970.
La primera línea de análisis, es la novedad discutible del contenido. Dentro de la entrega musical, se ofrecen 36 versiones alternativas de canciones, de las cuales 13 serían inéditas, dato inexacto para un coleccionista, ya que pocas de ellas no habían visto la luz en algún bootleg anterior -edición no oficial- o reedición de algún álbum, de estas se destacan la toma temprana de I’ve Just Seen a Face (Take 3) con John rompiendo la cuerda de su guitarra al final, la primera toma de In My Life con una vocalización distinta en el primer verso y una idea casi definitiva del concepto, además de los aprontes creativos de If I Fell y Nowhere Man respectivamente; demostrando una precisión superlativa de la banda en el trabajo de estudio. De todos modos, y en la suma grande, la calidad de sonido de la entrega total (ya que incluye también los tres discos previamente editados) mejora bastante cuando la IA permite aislar con una limpieza cuidadosa las armonías y sonidos que para 1995 -dada la tecnología del momento- se oían opacos y poco definidos. En otros casos, la recuperación de grabaciones históricas como Free As a Bird contiene mejoras evidentes, superando en claridad y balance a la original editada en 1995, sin embargo, el trabajo digital sobre Real Love deja mucho que desear, considerando que la elección de incluir un doble track vocal, implicó una sobre digitalización que termina por destruir la potencia y el sentimiento de la voz de John. Sí, no es llegar y meterle software a todo: un recado para el líder de la ELO y productor de este trabajo, Jeff Lyne.

Todo esto, en una primera lectura, tiene un valor evidente para quien sigue la historia técnica y musical de la banda. Sin embargo, el lanzamiento no deja de estar orientado, en gran medida, a quienes completan cada reedición como parte de un ritual. El gesto sigue siendo hacia el coleccionista, hacia quien se interesa en los matices y en las piezas que completan el rompecabezas histórico. En ese sentido, Anthology 4 continúa la tradición iniciada en 1995, aunque con herramientas tecnológicas que empujan los límites del archivo de otro modo. No obstante, decir que este material “no impactará a los jóvenes” ya no es una afirmación sostenible. A diferencia de 1995 —cuando el documental se emitió por televisión abierta y dependió de formatos físicos—, la versión 2025 aparece directamente en Spotify y Disney Plus, este último que mantiene en catálogo los documentales Get Back (2021) dirigido por Peter Jackson y Beatles 64’ (2024) producido por Martin Scorsese, todos, en los espacios donde hoy ocurre el consumo cultural real. El gesto es claro: situar a los Beatles en las plataformas que moldean las preferencias de generaciones que no vivieron su legado en tiempo presente. Puede que su efecto no sea masivo ni inmediato, pero sí existe. La presencia del catálogo en lugares donde se descubre música por algoritmo no es un detalle menor.
La comparación con el documental de 1995 también ayuda a entender el cambio de intención. Aquella primera Anthology era un relato monumental de más de 11 horas de metraje, casi enciclopédico, narrado por los propios Beatles y centrado en su historia interna. El nuevo documental de 2025 es más breve -apenas 8 horas- y fragmentado; trabaja desde otro lenguaje audiovisual, más dinámico, pensado para un público acostumbrado a ver contenido por capítulos y no por largas sesiones. Entre sus ventajas está el acceso a material visual restaurado —como nuevas tomas de los conciertos en la azotea y grabaciones caseras mejoradas digitalmente—, pero también tiene pérdidas: menos entrevistas originales, más reconstrucciones y un tono que por momentos roza el didactismo, son los Beatles explicados con peras y -por supuesto- manzanas. El saldo depende de lo que uno busque: archivo puro o contextualización contemporánea.
La segunda línea argumental de este análisis aparece justamente ahí. Independientemente de cuán “nuevo” sea lo que se nos entrega, el material beatle sigue teniendo una urgencia cultural que no se agota en el coleccionismo. El uso de inteligencia artificial —que permitió aislar la voz de Lennon desde tres demos distintos grabados en cinta y de muy mala calidad—abre una discusión relevante sobre cómo la tecnología puede ampliar los límites de la restauración sin reemplazar la creación original y así mantener y masificar toda forma de vanguardia creativa por los siglos de los siglos.
Además, reaparece con fuerza un aspecto central del legado beatle: su mensaje pacifista. En un contexto global marcado por conflictos bélicos activos, la inclusión de nuevas imágenes restauradas de las sesiones relacionadas con All You Need Is Love (incluye en audio el ensayo para la primera transmisión mundial vía satélite a cargo de la BBC en el programa Our World de 1967) y Revolution vuelve a situar ese discurso en un presente donde las potencias parecen ignorar sus propias escaladas militares. Esto se suma a las entrevistas hechas a cada Beatle por separado y obviamente en conjunto, poniendo siempre el amor y el entendimiento por sobre otras mezquindades. Esto no resuelve nada, pero sí reintroduce una sensibilidad que hoy escasea, no solo en la música, sino en la humanidad entera.
En su conjunto, Anthology 4 convive con sus contradicciones: no es una revolución ni un descubrimiento masivo, pero sí aporta piezas que ayudan a completar —y actualizar— la lectura de un legado todavía vigente. Es un lanzamiento que responde tanto al impulso del coleccionista como al interés de mantenerse presente en plataformas donde se forman los nuevos hábitos culturales.
Quizás la pregunta no sea si necesitábamos o no otro volumen antológico Beatle, sino por qué seguimos volviendo a los Beatles. La respuesta, al menos esta vez, es simple: porque todavía tienen algo que decir, ya sea desde la restauración técnica, desde la memoria histórica o desde ese mensaje antibélico que el mundo parece empeñado en olvidar. Incluso cuando lo novedoso no lo es tanto, su presencia sigue siendo absolutamente necesaria y movilizadora.
Disponible en Spotify y Disney +
*Periodista e investigador en pensamiento crítico.
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