A los 87 años fallece Premio Nobel de Literatura José Saramago
El escritor portugués, autor de La balsa de piedra y que recibió el máximo galardón de la literatura mundial en 1998, dejó de existir en la madrugada de hoy en su residencia de la localidad de Tías en las Islas Canarias.
El autor de La balsa de piedra, José Saramago, único portugués en obtener el máximo galardón de la literatura mundial y que unió durante su vida –como lo recordó el diario El País de España– “la preocupación social con la exigencia estética”, dejó de existir a los 87 años en su residencia de las Islas Canarias, España.
“Fue poeta antes que novelista de éxito y antes que poeta, pobre. Unido el periodismo a esos otros tres factores (pobreza, poesía y novela) se entenderá la fusión entre preocupación social y exigencia estética que ha marcado la obra del único Premio Nobel de la lengua portuguesa hasta hoy”, señaló el matutino español.
Saramago fue miembro del Partido Comunista Portugués desde 1969.
Nacido en 1922, en el seno de una familia de campesinos sin tierra de la localidad de Azinhaga, Ribatejo, a 100 kilómetros de Lisboa, Saramago llegó a la capital lusitana a los 3 años, “donde las penurias rurales se tornaron en penurias de ciudad”, dice El País. “Así, el futuro escritor se formó en la biblioteca pública de su barrio mientras trabajaba en un taller después de abandonar la escuela para ayudar a mantener una casa en la que ya faltaba su hermano Francisco, dos años mayor que él y muerto poco después del traslado”, señala el matutino europeo.
La Academia Sueca destacó su capacidad para “volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía”.
Su primera gran novela fue Levantado do chão (1980) pero, aunque escribe sin descanso en todos esos años, es El Evangelio según Jesucristo (1991) el texto que lo catapulta a la fama a causa de una polémica sin precedentes en Portugal (que se considera una república laica), cuando el gobierno veta su presentación al Premio Literario Europeo de ese año, alegando que “ofende a los católicos”.
A causa de esto, el escritor abandona su Portugal natal y se establece en la isla de Lanzarote (Canarias), lugar en el que fallece.