A propósito de la serie Los 80: El recuerdo de una historia vivida

“Lo importante es saber mirar al futuro y reconocer los errores. En el Chile actual sigue vigente nuestro reclamo social y que fueron los argumentos por los que luchamos hace un par de décadas atrás. El movimiento estudiantil, valiente y certero, ha dejado en claro hoy, que la mayoría de los chilenos queremos un cambio en lo medular  del sistema”

Escribe Dr. Enrique Villanueva Molina, ex dirigente y combatiente del FPMR

No sé si los lectores vieron o siguieron con tanto interés como lo hicimos una buena parte de chilenos, la serie de Canal 13 Los Ochenta. Para los más jóvenes quienes reclaman hoy en las calles por una mejor educación y por un sistema social y económico más justo, tuvieron la oportunidad de ver en imágenes reales y recrear, lo que en verdad sucedió y lo que significó ese pasado para una familia común y corriente, como  la de la mayoría de nosotros, vivir bajo una dictadura,

El desmembramiento familiar, el temor, la incertidumbre, el abuso de poder, la tortura como una forma de atemorizar a la población, la brutalidad humana expresada en grado máximo, cuando un oficial de ejército roció con combustible y quemó vivos a dos jóvenes estudiantes. El mostrar esto no tuvo nada que ver con “despertar pasiones” ni con un espíritu revanchista, fue recordar nuestra historia y es un aporte necesario que permite dar claridad al reclamo aun vigente, de que en chile está pendiente la restitución moral del país logrando que la justicia se imponga sobre la impunidad.

Si para algunos todo eso es justificable porque son los “excesos” de una guerra que nunca existió, un aforismo que se usa para esconder estos crímenes en el “manto de la justicia de lo posible” y de los “acuerdos entre cuatro paredes”, para la mayoría de chilenos y para nosotros, que vivimos esa realidad, que sufrimos el dolor físico y síquico al estar días y meses en distintas cámaras de tortura, todo esto simplemente es parte de una memoria histórica que no se debe olvidar.

El otro acierto de esta serie de televisión, fue que mostró al Chile que nunca se humilló ante la dictadura, un Chile que encontró la manera de hacerle frente al terrorismo de estado y cuyos combatientes arriesgaron todo por la libertad y la democracia. En esas imágenes apareció un actor, entre otros, importante de la lucha antidictatorial y de la resistencia social y política a la dictadura, que nació como una reserva moral de los chilenos y actuó por que las condiciones históricas así lo exigían y no como se ha dicho como una apología a la violencia.

Me refiero al Frente Patriótico Manuel Rodríguez, que con todas sus imperfecciones y errores tal cual se muestra en “Los Ochenta”, aportó cuando había que hacerlo y de la única forma posible en esos momentos históricos. Cuando se fundó el FPMR nos acogimos al derecho de rebelión consagrado  por Santo Tomas de Aquino en el año 1250, por la Declaración de Virginia, en 1776 de la independencia de las colonias americanas, por la Declaración de los Derechos del Ciudadano, en Francia en 1789 y sobre todo por el ejemplo libertario de  uno de los patriotas olvidados de nuestra independencia: Manuel Rodríguez.

Lo hicimos cuando el régimen imperante en ese momento, la dictadura  de Pinochet, dejó  de ser legitimo y cuando sobrepaso todos los límites legales, cuando este régimen fue cuestionado y aislado a nivel mundial por los atropellos atroces a los derechos humanos, cometiendo crímenes que por su magnitud se conocen en la historia universal como de lesa humanidad, es decir, cuando el diálogo y la palabra ya no eran útiles ni escuchadas por la tiranía pinochetista.

En este largo proceso fueron miles los jóvenes que se unieron a nuestra filas, también trabajadores, artistas, profesionales, chilenos y chilenas, cuya decisión común fue la de luchar para ser libres. Otros tantos dejaron sus carreras universitarias y sus familias para unirse a nuestras filas y capacitarse en mejor forma, para volver luego a integrarse a la lucha clandestina y fueron muchos, quienes murieron y fueron asesinados junto a  cientos de héroes anónimos los que dejaron sus vidas durante esta noble lucha por un Chile más humano y justo.

La dictadura de Pinochet no dejó el poder porque quiso hacerlo, o porque los convencieron “de que lo estaban haciendo mal”,  lo hizo producto de la presión que se le ejerció con una lucha frontal, expresada en el fenomenal despliegue del exilio chileno el que logro aislar  al régimen militar en el mundo, por la unidad del movimiento político que en un momento logro avizorar un objetivo común y que nos guió a todos en ese  proceso, pero sobre todo, por la lucha valiente que día a día se dio en Chile, en las protestas, en las calles, con los paros y por la  lucha y los combates que dimos en todos los terrenos  y que demostraron que el dictador no era invencible.

Recuerdo que el Jefe del FPMR, el Comandante José Miguel o Rodrigo, (Raúl Pellegrin) en una conferencia clandestina en plena dictadura, refiriéndose a nuestra organización, afirmaba que habíamos desarrollado la idea del rodriguismo, como una concepción de un alto contenido ético y moral, enraizado en la historia de nuestra patria. Esto significaba que pensábamos en una organización que fuera capaz de recoger nuestra historia, de enriquecerla, que impregnara al movimiento popular de un carácter ofensivo, validando la lucha en todos los terrenos, políticos y militares, y que aportara a crear una base de pensamiento y acción unitaria que trascendiera a la revolución chilena.

Por eso es que si bien es cierto nacimos como una respuesta a la dictadura de Pinochet, tuvimos claro que el horizonte era la revolución chilena, por todo esto es muy injusto como se nos aisló después de 1990 y no se nos permitió participar de la construcción  de una democracia por la cual luchamos durante años, y no solo a nosotros, sino que también a combatientes de otros partidos y movimientos, quienes también se la jugaron, en distintas etapas de la lucha antidictatorial por los objetivos antes enunciados. Es cierto que también nosotros aportamos a ese aislamiento con nuestros propios errores, pero eso no es un argumento suficiente para hacer olvidar o tergiversar una historia que siempre estará en la memoria histórica de nuestro pueblo.

Pero lo importante es saber mirar al futuro y reconocer los errores, en el Chile actual sigue vigente nuestro reclamo social y que fueron los argumentos por los que luchamos hace un par de décadas atrás. El movimiento estudiantil, valiente y certero, ha dejado en claro hoy, que la mayoría de los chilenos queremos un cambio en lo medular  del sistema: Cambiar la Constitución, el sistema electoral y  las reglas  de funcionamiento del sistema económico para realmente ir hacia una sociedad más justa y humanitaria.

En los momento duros de la lucha en contra de Pinochet la izquierda supo imponer sus justas ideas y se puso valientemente al frente de ellas, hoy en un mundo tan heterogéneo, políticamente tan disperso y económicamente tan unido, estamos desaparecidos y aislados, siendo participes de una política que es insuficiente para frenar los gérmenes de una sociedad descompuesta: el individualismo, el abuso, el lucro y la especulación.  Por tanto hace falta y mucho, un pensamiento y una visión de izquierda del mundo.

Quizás entonces, el aporte más importante de “Los Ochenta” es que llegó el momento para que a partir de la heterogeneidad debamos luchar por la unidad de los que tenemos los mismos objetivos.

Imagen: Serie «Los 80». Canal 13.

1 comentario
  1. WASHINGTON HERRERA dice

    Leido el comentario sobre lo ocurrido en los 80, me parece que viajar al pasado y mostrar los hechos ocurridos en nuestra sociedad es irrenunciable,vivimos muchos los que estamos vivos aún de cambios de nuestra forma de vivir, ya sea en lo Cultural, en lo Económico, trabajo, Salud, Previsión y Politico.Un Regimen que trataba de concretizarse mediante politicas duras, enfatizandose en los cambios extructurales que mediante la doctrina del Libre Mercado se fue acrecentando en el tiempo, que aún están vigentes, como la Constitución de Chile, la privatización de las mayores riquezas de Chile,( El Cobre,Empresas Estatales ya sean de producción o de Servicio), tambien tenemos el cambio del sistema de seguridad social, por lo estatal por uno privado (AFP) y que decir de la Educación, un cambio que a la distancia del tiempo está repercutiendo hoy en día con la fuerza de la juventud, en lo politico los 80 fuerón cruciales en donde MDP y la AD y los partidos de Derecha, buscaban el protagonismo de liderar toda acción en esa linea,pero los acontecimientos de esa epoca eran más vertiginosos, las protestas afloraron como una forma de expresión ciudadana y la reacción fue dura por parte del regimen, muchos quedaron en el camino y los medios cumplieron según en la vereda que estaban,unos defendiendo el regimen y otros denunciando los atropellos en las personas y organizaciones sociales.
    Los 80 fuerón los años de más incertidumbre para el pueblo de Chile, pero conociendo la indiosincracia de mi compatriotas esta serie televisiva nos mostro una parte de lo ocurrido en nuestro Chile y como eramos en esa epoca y las dos vías planteadas, se tubo el consenso por aquella en que la mayoria dijo «NO»,ojala el testimonio dado por la TV, sobre estos hechos que mirado a la distancia sean de reflexión por lo que estamos hoy soñando.

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