Ángela Merkel, de seda y hierro

MerkelCapaz de escuchar a dios y al diablo sin cambiar el tono de su mirada azul, es líder mundial por excelencia. Impenetrable, la canciller alemana ha estructurado una forma de ejercer el poder de tal forma que tiene a sus pares sin palabras.

Por Mate Guerra (desde Europa)

Nadie que pretenda comprender el actual panorama político internacional, lo puede hacer sin intentar a lo menos acercarse un mínimo al personaje de Ángela Merkel. Y no es tarea fácil. La canciller de Alemania desde 2005, ha estructurado por sí misma una manera de ejercer el poder alejada de todo convencionalismo. No responde a los cánones del político tradicional, a los de antaño, ni tampoco a los de diseño. Ella es Ángela Merkel, la que nunca levanta la voz.

El valor del silencio

Hace 64 años, en Hamburgo, Ángela Dorothea Kasner nació en el seno de una familia profundamente religiosa y se educó bajo un régimen autoritario, junto a dos hermanos menores. Nada quedó al azar en su formación rígida y ordenada, dentro y fuera del hogar. Su padre fue un pastor luterano, Horst Kasner, y su madre una profesora de latín e inglés, Herlinda Jentzsch. De ellos aprendió muy pronto el valor del silencio, en una sociedad hostil para quienes opinaban de forma distinta al régimen de la República Democrática Alemana, RDA, donde creció y estudió, en plena guerra fría, y oscura. ¨Lo que se habla en casa, queda en estas cuatro paredes ¨. Supo desde joven adaptarse a su entorno. Militó en las Juventudes Libres de la RDA. Actuó, observó y no le gustó. Hoy en día es la dirigente conservadora con mayor poder en el mundo.

Ángela Merkel es doctora en física. Estudio en la Universidad de Leipzig. Se doctoró con una tesis sobre química cuántica, con una calificación de sobresaliente. Se casó en primeras nupcias con el físico Ulrich Merkel, de quien adoptó su apellido. No tiene hijos ni hijas, hace de abuela de los nietos de su actual marido, Joachim Sauer, catedrático de química en Berlín.

Más que política, es científica y así ejerce el poder. Su estilo es la observación y la aplicación de la ciencia. Como científica sabe estar cara a cara frente a un problema, en estado de análisis permanente. Lo hace y lo dice: ¨Hay que dar un paso, analizar sus efectos y afrontar entonces el siguiente problema. Así es como se deben encarar los retos inéditos ¨.

La Alemania suprema

¿Cómo esta mujer ha logrado imponer su criterio, vencer un sinfín de obstáculos y triunfar frente a todo adversario que se ha cruzado en su camino sin la menor bulla, siempre tranquila, calmada, precisa? La prensa internacional la define como un personaje que sólo cree en sí misma y que desconfía de todos. No existe rastro de ella en el triste prontuario de una clase política europea desgastada por la corrupción, el derroche y el fracaso. Lleva una vida privada celosamente protegida de curiosos y miradas indiscretas. Ni rabietas ni insidias políticas se le conocen. Eso sí, su autoridad hace temblar hasta al más cercano de sus colaboradores.

Sus biógrafos coinciden en describir a una Ángela Merkel tímida, sin aspiraciones de protagonismo y ejecutora de una forma de trabajar calculada y efectiva con sus intereses. Serena y severa, para cada encuentro se prepara hasta la última línea del tema en cuestión. Desde iniciada la Gran Crisis en 2008, es la única jefa de Gobierno que se ha logrado mantener en el poder, y nada menos que al mando de la principal potencia económica de Europa y la cuarta economía del mundo. Mientras sus socios europeos del sur se desangran a través de una crisis económica marcada por el desempleo y la pobreza, la política económica llevada a cabo por la Canciller contra viento y marea mantiene a Alemania en la cima del poder.

En su libro ¿Qui est Charlie? (¿Quién es Charlie?), Emmanuel Todd habla del fracaso de Europa como unión de naciones. ¨Europa no es una asociación de países libres e iguales. Europa es un sistema jerárquico dominado por una sola nación, Alemania¨, asegura el historiador y antropólogo francés. La gestora de esa realidad es Ángela Merkel. Es ella quien lleva las riendas del poder en la Unión Europea, por encima de la debilitada situación francesa en el eje Berlín-París.

Según la revista Forbes, en 2015 fue la segunda persona más poderosa en el concierto internacional, sólo por detrás del presidente ruso, Vladimir Putin. También en 2015, la revista Time eligió a Merkel como el personaje más relevante e influyente de la actualidad mundial. Siempre ataviada con una chaqueta americana y pantalones, sin mayores artilugios, Merkel se mantiene alejada de controversias menores.

Pulcra en la práctica y dura en sus decisiones, ha sido comparada con el propio Hitler por muchos ciudadanos europeos lanzados a las calles, hambrientos y sin trabajo, durante las medidas de austeridad impuestas con su sello para hacer frente a la dura crisis económica europea. Su imagen en pancartas convertida en Hitler recorrió las calles de Europa sin la menor alteración por parte de la Canciller. Ella está segura de cada una de sus medidas y no da su brazo a torcer.

Astuta y siempre discreta, la mandataria ha aplicado su propia lógica para el rescate de los países sumidos en la desesperación económica, como Grecia, Portugal, Irlanda y España. Ha sido Merkel la que ha impuesto la urgente necesidad de medidas como la reducción del sector público y la aplicación de reformas estructurales. Los llamados recortes sociales que ha ahogado a la clase media europea han sido apuntados a los haberes de la conservadora ¨Mutter¨ de Europa.

¨Sólo el que se someta a los programas de ahorro, de reformas y a su control, podrá contar con dinero alemán (…). Decidí acceder a la solidaridad sólo cuando estuve plenamente convencida de que se reconocían las causas de la crisis ¨, confesaba en una de las pocas entrevistas que ha ofrecido. Alemania es el contribuyente más importante de la zona euro, con un índice de cesantía que no supera el 7% y con resultados macroeconómicos positivos durante el 2015. Merkel ha sabido sacar partido a esa situación.

Acostumbrada a hablar poco y escuchar todo lo que sea necesario, no tiene quien le haga sombra en la Gran Coalición que preside y con la que gobierna, formada por la Unión Demócrata Cristiana de Alemania -CDU-, la Unión Social Cristiana CSU, y el partido socialdemócrata, SPD, un universo político masculino y conservador.

 La materia en movimiento

En el ámbito internacional ha ejercido su mandato de igual forma. Partidaria del diálogo, no ha tenido problemas para conversar con los líderes mundiales de turno. Tampoco le ha importado viajar fuera de su terreno para sentarse al lado de quien necesite escuchar y luego imponer sus intereses de forma prudente, seca y convencida.

Así lo ha hecho para enfrentar situaciones tensas como el escándalo del espionaje de Estados Unidos sobre su Gobierno. La respuesta fue corta, aguda: ¨ En Alemania y en Europa no prevalece el derecho del más fuerte, sino la fuerza del derecho”. En el conflicto sirio y la lucha contra el terrorismo del ISIS, ha mantenido el equilibrio en sus relaciones con Estados Unidos y Rusia, consciente de una Europa carente de recursos energéticos. Con Israel ha fortalecido el intercambio bilateral, haciendo de ese país uno de sus compradores de armas más importantes.

Cuando aún Europa se encuentra bajo la sombra de la Gran Crisis, Ángela Merkel se enfrenta ahora a la situación de miles de refugiados que arrancan del conflicto sirio en condiciones infrahumanas con destino a Europa. Partidaria de abrir las puertas de forma ordenada y con el compromiso comunitario, se enfrenta al resto de países europeos que, deprimidos por la situación económica y atemorizados por el terrorismo, se resisten a recibir a los refugiados. Para Merkel es una crisis humanitaria de carácter permanente y no temporal. Hay que hacer frente a la presión de la materia en movimiento. No hay otro camino, de seda y hierro.

1 comentario
  1. miguel araya dice

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