Rally “Dakar 2014” y La Haya

Daniel Ramirez, philosopheNuestros países, que deberían entenderse de manera civilizada, inteligente y creativa para compartir los recursos de la tierra y el mar, para cuidar juntos los equilibrios preciosos, los ciclos del agua y la vida, el bienestar de los pueblos, siguen querellándose en cortes internacionales y aferrándose a adquisiciones ilegítimas mientras abren la vía a esta ruidosa pantomima y farándula del exceso.

Escribe Daniel Ramírez

¿Qué significa un país, un territorio, un continente? En realidad somos ciudadanos del mundo, de la Tierra y de la biósfera. Un día tal vez del espacio. Sin embargo, el ser humano tiene necesidad profunda de sentir un lugar determinado como propio, de sentirse de alguna manera “como en su casa”. Quizá alguna vez pasará, pero por lo pronto, la humanidad que conocemos se compone de pueblos y territorios que tienen memoria, se proyectan en el tiempo y en el espacio, reconocen antepasados (o los niegan), linajes, herencias. Esta es una larga historia que también evoluciona. Lo que ayer se negaba hoy se reconoce, así también lo que ayer se glorificaba hoy se relativiza. Pienso en las glorias militares, en las guerras ganadas con las que nos llenaban de orgullo nuestros profesores de historia. Poquísimo sobre los pueblos que antes que nosotros habitaban los mismos territorios.

Hoy en día, felizmente, la historia, la arqueología, la etnología, las ciencias en general y el arte nos permiten tomar conciencia mucho más aguda y concreta del riquísimo pasado de civilizaciones y culturas precolombinas, algunas de las cuales sobreviven, otras no nos dejaron más que trazos, restos, vestigios. Son como ecos de mundos que se han ido. Y es por ello que son aún más preciosos.

¿Cómo podría decirse que habitamos un territorio si no respetamos, admiramos y cuidamos conscientemente estos vestigios, estas voces calladas de los antiguos pueblos?

Cualquiera que haya estado frente a los dibujos monumentales (geoglifos) y restos de construcción en las pampas de Atacama no puede más que recogerse en un silencio profundo.

¿Y qué está pasando ahora? Un estruendo de motores, polución, despilfarro de energía y de recursos, exhibición del poderío de tecnologías de un pasado en el cual no entendíamos la fragilidad de la naturaleza ni el valor de las culturas.

Hace algunos años , cuando se supo que el rally-raid, llamado entonces “Paris-Dakar” se trasladaba a Chile y Argentina, algunos intentamos alertar. Decir que desde hacía mucho tiempo que esta empresa lucrativa y publicitaria era rechazada por todos los grandes intelectuales africanos y europeos, denunciada por las ONG, porque dejaba un reguero de muertos por accidente y una huella inmensa de tubos de escape, piezas rotas, neumáticos y mugre tecnológica en los magníficos desiertos de Africa. Rechazado como una muestra de la arrogancia de las antiguas potencias coloniales, para las cuales África se convertía en una pista de carrera y en una gigantesca fiesta del dinero y el poder.

Pero nadie escuchó. Todos estaban entusiasmados con los beneficios que habría para el turismo, la popularidad y la farándula que esta operación traería. Seis años se han necesitado para que un comienzo de consciencia se haga un pequeño lugar en la opinión.

En momentos en que antiguas enemistades y conflictos limítrofes son utilizadas para atizar una vez más falsos orgullos, la posesión de hecho de un mar adquirido en dudosas condiciones, y cuya explotación privada está acaparada por pocas manos. Tiempos en que el nacionalismo más ridículo se vuelve de actualidad, sabiendo que los pueblos, las culturas y los habitantes de esas regiones no corresponden en nada a nuestros trazados de fronteras y que solo el uso de abusivos privilegios nos permite decir “esto es nuestro”, y separar a “ellos” de “nosotros” en una vergonzosa persistencia de sentimientos de superioridad.

En ese mismo momento, una extraña forma de “internacionalismo”, una superación espectacular de las fronteras tiene lugar: el “Dakar”. Escuderías internacionales, sobre todo europeas, pasan alegremente las fronteras con estruendo, humo, polvo, bencina y hollín. Y pisotean nuestros vestigios arqueológicos .

Digámoslo de la manera más clara posible: Sea cuanto sea la ganancia que ello aporte (Por cierto, ¿a quiénes?), es un escándalo y una vergüenza nacional abrir de par en par las puertas de nuestros territorios a esta empresa de la vanagloria prepotente, destructora, anti-ecológica y anti-cultural.

Lo que la digna Africa rechazó, nuestros países, de rodillas ante el dinero, lo han aceptado.

El superficial cálculo a corto plazo y la estúpida fascinación por el espectáculo vulgar y machistadel poder del hombre y la máquina por sobre la tierra, engañando con una falsa idea de la aventura y el pretexto del deporte, ilusionando con la remota posibilidad que un compatriota gane (¡como si eso cambiara algo!), ha largado hordas aullantes de aparatos de despilfarro que ensucian nuestros territorios, atraviesan senderos milenarios, pisotean colinas y valles, manchan la memoria de nuestros pueblos, desprecian el patrimonio cultural y la belleza natural y aplanan la dignidad bajo sus enormes neumáticos.

Nuestros países, que deberían entenderse de manera civilizada, inteligente y creativa para compartir los recursos de la tierra y el mar, para cuidar juntos los equilibrios preciosos, los ciclos del agua y la vida, el bienestar de los pueblos, siguen querellándose en cortes internacionales y aferrándose a adquisiciones ilegítimas mientras abren la vía a esta ruidosa pantomima y farándula del exceso.

¿Hasta cuándo?

Cuando el silencio vuelve a nuestras maculadas pampas, ¿cómo podemos mirarnos al espejo? ¿Qué puede significar el orgullo nacional cuando se le vende (o se le presta o se le regala) lo más sagrado a una tropa de ricachones que toman nuestra tierra como terreno de juego, como zona de safari, como telón publicitario, como basurero? Gente que distingue entre barján, duna longitudinal o transversal, que sea en Africa o en América, entre motor a chispa o por compresión, pero no saben la diferencia entre el Quechua y el Aymará ni han escuchado hablar de atacameños o diaguitas.

El rally pasa por La Serena, y llega a Valparaíso. ¡Fantástico! ¿Por qué no por el Valle del Elqui (que habría dicho Gabriela Mistral) y con la meta en Isla Negra? ¿Hasta cuándo vamos a admitir la desculturización , la ramplonería bulliciosa y la vulgaridad si límites?

Un deseo de año nuevo que puede convertirse en un proyecto colectivo, en una idea poderosa:

¡Que la versión 2014 de este circo exhibicionista de ebrios del poder que se creen dueños del mundo, sea el último que venga a manchar nuestra tierra y a pisotear nuestra dignidad!

Notas al pié

1 La decisión fue tomada en 2008, durante el primer mandato de Michelle Bachelet.

2 Declaración de 2013 del colegio de arqueólogos de Chile, que desde 2009 viene advirtiendo de destrucciones de sitios algunos de 4000 años: http://arkeopatias.wordpress.com/tag/colegio-de-arqueologos-de-chile/

También se ha pronunciado en este sentido el Consejo de Monumentos Nacionales y la Sociedad Chilena de Arqueología.

3 Otro ejemplo perfecto de esto es el Mall de Castro.

 

12 Comentarios
  1. Lola de la Luz dice

    Comentario firme y bien escrito. El Dakar es una verguenza para nuestros pueblos Latinoamericanos. Y un peligro real para nuestro patrimonio arqueológico. Además, se ataca a los pueblos que intentan defender sus territorios con toda la mole del aparato represor del estado chileno y argentino. Hasta cuando se va a permitir esta verguenza, este atentado, esta violencia en nuestro propio territorio soberano??

  2. Milena Melig dice

    Finalmente alguien que dice las cosas con fuerza y claridad respecto a este show indigno. Gracias por alzar la voz con inteligencia y altura de miras.

  3. Carlos Krom dice

    Un texto fuerte y argumentado. Felizmente hay intelectuales que denuncian este tipo de cosas absurdas de nuestro pais. Un pueblo que se cree maduro y desarrollado, que se deja invadir por un jueguito neocolonialista. «Lo que la digna Africa rechazó, nuestros países, de rodillas ante el dinero, lo han aceptado».

  4. Patricio Castillo dice

    El Dakar se acabó en Africa, no por la influencia de los intelectuales de l continente, sino porque se volvió peligroso para los señoritos del despilfarro como dice Daniel. No porque los arqueólogos hayan levantado la voz, sino porque los tuareds, o los combaientes diversos de esos paises los agarrraron a tiros, los asaltaron , les robaron los autos, y …les vendían carburante a precios absurdos que hacían daño al bolsilolo de los participantes. Por eso se acabó y no por otra cosa. Pero antes de morir, los organizadores de tan magno espectáculo, miraron para Chile y Argentina , buscando condiciones geográficas similares para continuar con el negocio. ¿Quien autorizó esto en Chile?… pues preguntenle a Bachelet.
    El poder del dinero es muchísimo mayor que el de 4500 años de historia pisoteada. Y a ¿quien le importa? Por supuesto, no a los chilenos ni a los aqrgentinos, y ahora lmos peruanos y aún…Evo Morales está pidiendo, que digo, rogando, que no se olviden de Bolivia, que ofrece circuitos maravillosos… por favor!! Urgente se necesitan, Tuaregs, combatientes Saharahuies, Talibanes, etc. lo que sea para parar esta masacre identitaria.

  5. hernan dice

    Muy de acuerdo. Espectáculo brutal, estúpido, vulgar, arrogante de exhibición del poder y la riqueza, sin cuidado alguno de lo que se destruye; revela mucho de quienes lo organizan, de los que participan, y de los que lo permiten (como acostumbran, por dinero).
    Es la vulgaridad de los que van a las dunas en moto, al mar en lanchas veloces, que atraviesan las calles a 100 X hora.
    En estos momentos japoneses, con apoyo oficial de su gobierno, mantienen 250 delfines en espera de faenarlos.

  6. hernan dice

    Se vende Chile país bonito con vista al mar. Tratar con…
    ¿Las radiaciones nucleares habrán afectado el cerebro de los nipones? La radioactividad de Fukushima ha contaminado el Pacífico norte hasta California. Si el suelo marino frente a California mostraba un 1% de criaturas muertas, hoy llega al 98% (Fuente, Global Research). De modo que, señor lector, si Ud. (o sus hijos) consume un atún del Pacífico norte, tiene probabilidades de presentar cáncer en algunos años más.

  7. Patricio Wang dice

    Felicitaciones por la fuerza del artículo y gracias por elevar una vez más la voz. ¿Predicar en el desierto? …Tal vez, pero sin la palabra el resto no tiene sentido. La comprensión de un problema es el primer paso para encontrar (y exigir) soluciones. Pero el segundo paso es esencial y es la acción…política, y para eso se necesitan políticos aguerridos dispuestas a ir a la pelea. Existen, los hemos visto, pero no abundan. Estoy de acuerdo con Patricio Castillo en que no fue solo por la influencia de los intelectuales que el Dakar tuvo que abandonar esa región. Pero a los talibanes no los quiero en ninguna parte porque la solución sería peor que el problema y eso no hay que olvidarlo nunca.

  8. Mariela Gonzàlez dice

    embriagados de poder, los señores Dakar y sus seguidores, incluyendo los mandatarios que acceden, conceden, suplican, ofrecen, son parte de la escoria depredadora que hacen piruetas sobre nuestra geografîa…la tierra y sus virtudes, en manos, ruedas, motores,despilfarro, poluciôn, etc etc etc….
    Nada por agregar, que por fin alguien como Daniel tenga la capacidad de sintetizar y expresar en nombre de nosotros, que somos espectadores de esta desgracia, y que desde ahora ya no podemos seguir hablando en voz baja…unamos fuerzas, escritos, gritos, porque nos va quedando poco espacio de resonancia y reverberaciôn…esto es parte del inmenso negociado ante la violaciôn de nuestro territorio y su legado..Muchas gracias Daniel por tû valioso aporte y claridad, un abrazo dispuesta a sumarme a la lista de personas concientes, que desean gritar y vociferar para detener esta atrocidad !!

  9. Patricio Castillo dice

    Ud. don Pato, siempre tan políticamente correcto. Con esa actitud nunca se remediará nada. Ya está claro que al poder solo se le puede oponer una fuerza equivalente. Dicho esto, entienda que los «talibanes» son una figura poética. Pero que quiere decir algo parecido a lo que el ché quería con su guerrilla.

  10. Daniel Ramírez dice

    Gracias por los comentarios y reacciones! Es importante no dejar pasar otro año sin hacer la pregunta a los responsables que autorizaron esto (sabemos quiénes son), si están dispuestos a seguir con este show indigno y al mismo tiempo decir que respetan y aman el país.
    Por cierto, estoy de acuerdo que no fueron las críticas hechas por los intelectuales africanos y europeos que terminaron con el Paris-Dakar; es verdad que fueron los terrorista que tuvieron la última palabra (por cierto nada que ver con los Talibanes, que no hay en esa región), jihadistas, combatientes sarahuies y de Al Qaida, efectivamente dieron el toque de gracia, con secuestros, atentados. No concuerdo con Patricio Castillo que eso sea deseable para nuestros países, aunque a veces, la cólera es explicable. Pero por qué no formas de resistencia ciudadana: boicots, bloqueo de rutas donde deben pasar los vehículos, construcción de fronteras simbólicas con control de pasaporte (se pueden inventar tantas cosas), bloqueo del abastecimiento en combustible, manifestaciones, sobre todo cuando hay presencie de la prensa, etc. Ahí se verá que no todo es tan bonito. Lamentablemente las redes sociales solo sirven para comunicarse entre convencidos. Las manifestaciones siguen siendo la forma de acción escuchada y eficaz.
    Las críticas de intelectuales, que citaba son sin embargo importantes, no me refiero solo a escritores, cineastas y filósofos, como ocurre a menudo, sino a arqueólogos, antropólogos, historiadores, sociólogos, ecologistas, educadores, políticos. Mientras más voces de gente que piensa se alcen, mejor será. Los países no le pertenecen solo a los empresarios, promotores de turismo y productores de televisión.
    La comparación que más me interesaba destacar es entre las absurdas tensiones entre Chile y Perú sobre la posesión de un mar que debiera ser compartido (y por supuesto con Bolivia), las vehemencias nacionalistas por asuntos limítrofes (que funcionan muy bien en personalidades limítrofes) que debería ser parte de la historia antigua, y el hecho que estas hordas pasan las fronteras con todo el candor que la plata les permite. No comentaré las lamentables declaraciones de Evo Morales, personaje que yo creía daría más valor a la dignidad del pueblo boliviano.

  11. hernan dice

    Entre las sbstancias tóxicas que contaminan el medio ambiente y matan la vida en el planeta, están las perfluoradas como PFAS, PFOS, etc. que se encuentran en textiles, empaques de comida, etc. elaboradas especialmente en la industria oriental (China) caracterizada por su desprecio absoluto de la ecología. Estas substancias se acumulan en hígado, cerebro, ocasionando cáncer e infertilidad ya en los fetos, duran años, afectan por ejemplo a los peces, a los osos polares que están próximos a la extinción.
    Defender la vida.

  12. Patricio Castillo dice

    Muy de acuerdo con lo que dice Daniel. Insisto una vez mas que los «talibanes » era una forma retórica y nada mas. Pero el resto de los citados , eran de verdad. Lo que es discutible es el resultado de acciones pacíficas que siempre terminan con el ya conocido apaleo, bombardeo, encarcelamiento etc, de los manifestantes.
    Incluso es cuestión de ver los resultados de las acciones emprendidas por green-peace por ej. que solo Poutintrata de «terrorista», y que el gobierno de Mitterrand hizo hundir uno de sus barcos, para darse cuenta que esas acciones no sirven para nada en ese contexto. El único lenguaje que entienden los del dakar y compañia, es la respuesta a tiros.Y claro. Los saharauies tendrían que ser atacameños y/u otros que se sientan patropeyados por esta orda crimrnal y prepotente.

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