El mundo es pequeño y nuestro

Ahora está internet que nos reúne en el conocimiento de casi todas las culturas y el neoliberalismo que nos sume en la depredación de casi todo nuestro mundo por las empresas transnacionales.

Escribe Elicura Chihuailaf, poeta

Quisiera decir pensando en el gran Ciro Alegría que escribió “El mundo es ancho y ajeno”. Ahora está internet que nos reúne en el conocimiento de casi todas las culturas y el neoliberalismo que nos sume en la depredación de casi todo nuestro mundo por las empresas transnacionales. El escritor peruano –que llegó exiliado a Chile en 1934–  sigue teniendo razón: “El mundo es ancho y ajeno”, aunque nuestras comunidades siguen resistiendo (“La Palabra reivindica nuestra Tierra”, me dicen).

Escribo mientras viajo en el TGV –el tren de alta velocidad– entre Marsella y París. Avanzamos en el intenso verdor, entre las colinas de la primavera en este hemisferio. Se suceden los pueblos con sus casas de piedra, los campos con sus arboledas y praderas resplandecientes de flores azules, blancas, amarillas. Y los ríos de agua y de polvo. El Sol y la Luna que germinan ahora en este lugar de nuestro planeta.

Vengo de participar en el 5to. Festival de Literatura Latinoamericana Colibris, por invitación de Pascal Jourdana, director de “La Marelle”, en Marsella (una antiquísima ciudad puerto habitada por el viento mistral del Mediterráneo). Entre las lecturas, las siempre sabrosas horas de la conversación, tuve la oportunidad de compartir con el querido cantor chileno Ángel Parra y con su compañera (nos habíamos encontrado hace hartos años atrás en Santiago, en una conversación con el pintor Osvaldo Guayasamín). Vemos un documental sobre Violeta, ella en París respondiendo en francés las preguntas de un periodista. “Me emociona siempre ver a mi mamá hablando en estas imágenes acerca de su trabajo”, me dice Ángel. Me conmovió el privilegio de ese instante.

Ahora llueve sobre los sembradíos de raps. Hojeo el pequeño libro “L’avant-garde du monde (La vanguardia del mundo)”: Eduardo Galeano, Rosario Castellanos, Wingston González, entre otros / otras, y algunos de mis poemas traducidos al francés por Mathieu Murua. Uno de mis vecinos en el tren me ofrece el diario “Aujourd’hui en France (Hoy día en Francia)”, leo: “La tournée très particulière de François Hollande (La jornada muy particular de F.H.)”. Me ha tocado la suerte de estar aquí el día en que un político socialista asume la presidencia de este país. Han pasado diecisiete años desde el término del gobierno de Mitterand. Frente a esta realidad muchos jóvenes y adultos manifiestan su cauteloso optimismo. La derecha –incluido su extremo– alcanzó un alto porcentaje. Los más conocedores / conocedoras de la política internacional piensan también en la frustración de los sueños de los “progresistas” en Chile con los gobiernos de Lagos y Bachelet, que heredaron de la dictadura pinochetista la constitución que no se dieron el trabajo de cambiar. Pero no es lo mismo –me dicen– “una derecha populista que un socialismo neoliberalista…”. En todo caso, Hollande ya ha anunciado una acción en pro de una nueva política de cooperación, la recuperación de puestos de trabajo y de la revaloración de la educación pública, entre otras intenciones y medidas. En buena hora…

Pienso en nuestro continente. Pienso en mi Gente. El 14 de mayo, la Comunidad Mapuche Autónoma Temucuicui, ante la resolución de la Corte de Apelaciones de Temuco que confirma dejar fuera al Ministerio Publico del Juicio Oral que se desarrolla en contra de nuestros hermanos, señaló –entre varios puntos– lo siguiente: “Valoramos positivamente la resolución tomada por la Corte de Apelaciones de Temuco, en dejar al Fiscal del Ministerio Público Miguel Ángel Velásquez fuera del Juicio Oral que se llevara a cabo en contra de nuestros integrantes”. “También nos llama poderosamente la atención, que los medios de comunicación, no den cobertura a esta resolución única en la historia de la reforma procesal penal, considerando el show que realizaron al momento de ser nuestros hermanos detenidos, acusados y presentados públicamente como verdaderos terroristas (…)”.

Pienso en mi hija Gabriela Millaray que me aguarda en la estación de trenes. Pienso en mis hijos / en mis hijas; pienso en Camila; pienso en mi mamá y en mis hermanos. Camino nuevamente por las calles de París.

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