Porque educación

“¿Por qué escribe usted?”, del poeta iquiqueño Óscar Hahn. Cito esta obra por lo interesante que significa, en palabras, el mundo que visualiza cada uno de nosotros. Independiente que para algunos estos versos sean un rugir existencialista, quieran o no, es un recurso literario que nos obliga a detenernos, reflexionar y continuar.

Por Gustavo Soto Bringas, Rector UNAP

Mismas acciones –guardando las proporciones– que he hecho estos días tras ser nombrado, con votación unánime, uno de los vicepresidentes de la Asociación de Universidades Regionales (AUR), periodo 2019 – 2022.

Agrupación que reúne a 22 universidades que tienen sus casas centrales en regiones, y que tienen un compromiso misional con el desarrollo de las comunidades y territorios en que se emplazan promoviendo el quehacer intelectual local, la inclusión, el desarrollo social, la cultura y el rescate de la identidad de los territorios, entre otros aspectos. Todo un desafío que bien sabemos los que hacemos patria en regiones, no es fácil de materializar, y por lo mismo el trabajo que se realiza desde la AUR adquiere revelancia para nuestras instituciones.

Primero quiero agradecer este voto gratificante de confianza y reconocimiento que mis pares me han otorgado. Confianza que espero transformar en acciones que permitan aportar al debate de mejorar la Universidad Regional; tanto en su trato con los 230 mil estudiantes como en los 30 mil docentes y académicos que apuestan y creen en proyectos educativos que muchas veces no cuentan con el financiamiento fijo que se requieren. Es un trabajo doble, por lo que es aún más valorado.

Por lo mismo y con todo el ánimo de insistir, me apego una vez más a las palabras de nuestro presidente Patricio Sanhueza, donde ha sido enfático en señalar que existe un modelo de desarrollo adverso para las universidades regionales, “porque tiene la anomalía de que debe desarrollarse en comunidades pequeñas”. A lo que agregaría como factor negativo, es que existe un fenómeno migratorio de los propios estudiantes de las comunas y ciudades extremas que prefieren trabajar en ciudades con mayor acceso a otros atractivos propios del mundo globalizado en que estamos. El llamado no es a dividir ni a etiquetar, sino más bien a lograr un sistema armónico que permita construir región.

Siguiendo esta lógica, si contestara la pregunta que Hahn sin querer nos invita a responder, diría, desde lo que hoy decidí construir como mi mundo: porque educación, porque perseverancia, porque política, porque jóvenes, porque amor, porque familia, porque unión, porque alegría, porque Región, porque compromiso. Desde esta reflexión, como escribí antes, el siguiente paso es continuar y no quedarse en la palabra. Construyamos región. Seamos pares, no superiores de mortales.

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