Andrés Ampuero: Lo barato cuesta caro (fútbol chileno)

Se discuten las razones del mediocre estado competitivo y todas las hipótesis que leo y escucho del medio periodístico apuntan a causas originadas en el corto plazo, a mi parecer es una perspectiva miope.

Por Andrés Ampuero A.*

No es que los equipos chilenos destacaran demasiado internacionalmente, pero se las arreglaban para superar fases coperas. Recordemos que el mayor y único logro por clubes fue alcanzado por Colo Colo en 1991 con la obtención de la Copa Libertadores y un segundo lugar en 1973. Desde entonces otros planteles empujaron y destacaron fuera de las fronteras. Cobreloa, Unión Española, Universidad de Chile y Católica, por ejemplo, que competieron de igual a igual, disputando semifinales y finales.

Sin embargo, en la actualidad y hace más de una década la frase que más se lee y escucha: “Derrotados y fracaso de los equipos chilenos en el campo internacional”. Se discuten las razones del mediocre estado competitivo y todas las hipótesis que leo y escucho del medio periodístico apuntan a causas originadas en el corto plazo, a mi parecer es una perspectiva miope.

El fracaso se debe buscar más allá, específicamente hace más de 15 años, cuando las medidas tomadas por quienes lideraban la ANFP apuntaron a economizar en la inversión de los planteles y lo más grave en divisiones menores. Los ideólogos de tamaña estrategia no venían del fútbol, provenían de actividades ajenas a este deporte. El candidato apareció del mundo de la locomoción colectiva, Reinaldo Sánchez, que destacó luego de la obtención del Campeonato con Santiago Wanderers el 2001.  Sánchez (Choco Panda, como fue bautizado por sus detractores) levantó y lideró esa bandera ahorrativa, a partir del 24 de septiembre del 2001, cuando se hizo cargo de la ANFP. El empresario inició la campaña del ahorro y tuvo el apoyo inmediato de sus pares, que vieron una oportunidad única en mejorar sus utilidades en desmedro de invertir en sus instituciones.

La excusa impuesta para controlar los gastos en los equipos chilenos venía con una amenaza encubierta, la quiebra, como le ocurrió a Colo Colo. Había que provocar miedo para que resultara la maniobra, porque lo que escondía dicha estrategia era maquillar el objetivo real, obtener la mayor cantidad de utilidades e invertir lo menos posible. Suena coherente para la casi totalidad de empresas del mundo, sobre todo en épocas de crisis económicas, no obstante, para un negocio como el fútbol las medidas de esa naturaleza se deben tomar con precaución y meditándolo detenidamente, de lo contrario puede beneficiar en el corto, ya que en el largo pueden provocar una catástrofe. Lo que hoy vemos en el fútbol chileno y sus malos resultados a nivel internacional.

A poco andar la gestión, vimos bajar presupuestos: sueldos bajos, invertir lo justo y necesario en los planteles y en divisiones menores. Se congelaron los descensos y provocó que los equipos no invirtieran. Incluso en su idea de democratizar el fútbol se hizo participar a los equipos de la B internacionalmente, Osorno tuvo una mediocre campaña en lo que era en esa época la nueva Copa Sudamericana (2003). Tal fue el bochorno, que Fox Sports, canal que transmitía le hizo ver a Sánchez su descuerdo, ya que le quitaba importancia al torneo que se inauguraba. Al revisar el directorio de Sánchez uno se puede explicar las raíces de tales medidas. La mayor parte de los miembros del Directorio de Reinaldo Sánchez eran dirigentes de la serie B: Jorge Marinakis (Santiago Morning), José Abdala (Rangers), Sergio Tolosa (Osorno), Luis Villavicencio (Puerto Montt), Roberto Vivilla (Ovalle) y Piero Mosciatti (Fernández Vial).

Sus consecuencias se fueron viendo lentamente y delante de nuestros ojos, sin darnos cuenta. Cada fin de semana empezamos a ver instituciones con escaso poder competitivo con la llegada de jugadores baratos, al reducir los sueldos muchos destacados jugadores emigraron buscando mejores oportunidades económicas. La situación tuvo su mayor crisis cuando el Sindicato de Futbolistas, liderado por Carlos Soto, cansados del estilo de liderazgo de Reinaldo Sánchez convocó a uno de los más largos Paros de Actividad que ha sufrido el fútbol chileno, duró cerca de un mes.

Reinaldo Sánchez seguramente será recordado por los dueños y administradores de los clubes como el mejor presidente que ha pasado por Quilín, claro si creó un Canal del Fútbol que hoy arroja números tan positivos, que hoy los equipos se pelean sus ganancias. Lo lamentable de todo que fue a un costo muy alto.

Porque lo barato, definitivamente, cuesta caro, gracias Don Choco.

*Periodista y Comunicador Audiovisual.

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