Crisis en Bielorrusia se agrava con la detención de la dirigente opositora Maria Kolesnikova

La dirigente opositora bielorrusa Maria Kolesnikova fue detenida hoy en el centro de la capital Minsk en medio de la tensa crisis que vive el país desde las recientes elecciones presidenciales sospechadas de fraude, informaron el diario económico Bdg Delovaya Gazeta y el digital Tut. (Télam)

Testigos citados por esos medios aseguraron que la activista fue capturada por individuos no identificados cuando se encontraba caminando cerca del Museo de Arte Nacional e introducida en un minibús de color azul oscuro que tenía escrita la palabra «Comunicación».

Maxim Znak, miembro del Consejo de Coordinación de la oposición, dijo que se enteró del hecho por parte del portavoz del Comité de Coordinación, reprodujo la agencia de noticias Europa Press.

Bielorrusia está inmersa en una grave crisis desde la proclamación del resultado de las elecciones de agosto, consideradas fraudulentas por la oposición y que han llevado a las mayores manifestaciones de la historia reciente del país.

En las últimas semanas, el Gobierno que preside Alexander Lukanshenko, apoyado por Rusia, intensificó la represión de las protestas con detenciones de decenas de manifestantes y también de periodistas y opositores.

Ayer, miles de personas salieron a las calles de Minsk y otras ciudades para reclamar por el presunto fraude.

Las protestas se vienen sucediendo desde los controvertidos comicios del 9 de agosto, en los que Lukashenko, en el poder desde 1994, se impuso con más del 80% de los votos, lo que fue rechazado por la oposición, cuya principal candidata, Svetlana Tijanovskaya, se exilió en Lituania para evitar ser detenida.

Según el escrutinio oficial, Lukashenko obtuvo el 80,1% de los votos, seguido de Tijanovskaya con el 10,12%. Los otros tres candidatos opositores reunieron juntos poco más del 4%.

La oposición denunció numerosas irregularidades electorales y por ello exige nuevas elecciones, opción que Lukashenko ha descartado en términos contundentes.

Tijanovskaya, la principal dirigente opositora, pidió el viernes pasado a Naciones Unidas enviar una misión de observación internacional a su país.

«El pueblo bielorruso necesita la ayuda de Naciones Unidas para detener las flagrantes violaciones de Derechos Humanos y la cínica falta de respeto de la dignidad humana», exclamó en una intervención virtual ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

Sin embargo, existen dos potenciales obstáculos para su reclamo: el consejo de la ONU solo puede autorizar el envío de una misión con el apoyo del Gobierno del país, es decir de Lukansenko, y, segundo, su aliado, Rusia, tiene poder de veto para frenar esa o cualquier otra resolución que moleste a Minsk.

El canciller bielorruso, Vladimir Makei, aseguró el último miércoles, durante una visita a Moscú, que su Gobierno evitó «una revolución» en Minsk.

Esta crítica situación llevó a Estados Unidos a advertir que está analizando imponer sanciones contra las autoridades de Bielorrusia responsables de reprimir las protestas que piden nuevas elecciones.

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