Emilio Meneses: “Las acusaciones de Agüero y la FACH fueron instrumentos para silenciarme y sacarme del camino”

El ex académico de la UC, acusado por el ex preso político de ser torturador en el Estadio Nacional, dice hoy que se montó una operación en su contra, que Felipe Agüero fue usado en ella y que el objetivo era evitar que siguiera criticando la millonaria compra de aviones F-16 a EEUU.

Por José Higuera V.

Hasta el 2001 el Doctor en Relaciones Internacionales de la Universidad de Oxford, Emilio Meneses Ciuffardi, llevaba adelante una brillante carrera académica, como profesor encargado de la Cátedra de Postgrado en Defensa del Instituto de Ciencia Política de la UC, que se financiaba mediante becas entregadas por el Ministerio de Defensa.

Sus opiniones eran requeridas por los medios, y participaba de importantes eventos de nivel académico internacional del área de la Seguridad y la Defensa en Chile y en el exterior.

Todo eso cambió a principios de 2001, cuando el catedrático y ex detenido político en el Estadio Nacional, Felipe Agüero, le denunció como uno de sus torturadores en ese recinto tras el golpe de Estado. A continuación, fue también acusado de ofrecer servicios de lobby a empresas fabricantes de aviones de combate.

Aunque Meneses insistió en su inocencia, se vio finalmente forzado a dejar sus actividades académicas, y hoy está dedicado a su profesión original de Ingeniero Agrónomo.

-¿Cómo se produce la primera denuncia, por tortura?

A principios del 2001 Felipe Agüero me acusó de haberle torturado en el Estadio Nacional, mediante una nota en un diario editado por un pariente de él y en cartas a la PUC. Fue el comienzo de una compleja operación en mi contra. Aún no hay una explicación lógica del porque decidió levantar esta acusación recién entonces, más de una década después de restaurada la democracia. El sabía que yo desarrollaba actividades académicas en la PUC desde mucho antes. Nada lo explica en términos de buscar beneficio, reparación o justicia. –

Pero usted estuvo en el Estadio Nacional interrogando detenidos ¿Cómo es que eso ocurre?

Olvidé postergar el SMO como estudiante y debí cumplir con esa obligación como aspirante en el curso CAOR de la Reserva Naval en el verano, sin interrumpir mis estudios de Veterinaria. En Marzo de 1973 egresé como Subteniente de reserva de la Armada. El 20 de Septiembre de ese mismo año debí acuartelarme, y el 22 de Septiembre se me destinó a un equipo destacado por la Armada en el Estadio Nacional. Nuestra tarea era interrogar a los detenidos, para clasificarlos y recoger su versión respecto de las circunstancias de su detención. Estuve allí hasta el 13 de Octubre, cuando se aceptó mi solicitud de licencia para reincorporarme a mis estudios de Veterinaria en la Universidad de Chile.

-¿Se aplicaban torturas en esos interrogatorios, que usted dice eran sólo para clasificar a los detenidos?

Interrogar, perfilar y clasificar a los detenidos era nuestra tarea. Nada más. Pero había otros equipos en el recinto del Estadio Nacional, pertenecientes a otras ramas de las FFAA, en otras actividades. El ambiente allí no era nada agradable, no sólo para los detenidos. Era evidente que otros equipos trataban con excesiva violencia a estos últimos. En ocasiones retuvimos con nosotros a algunos detenidos, para evitar que pasaran a manos de esos otros equipos, y tuvimos problemas con algunos jefes por eso. La verdad es que me sorprendió mucho que nos enviaran al estadio siendo oficiales de reserva, porque yo esperaba que nos pusieran a patrullar las calles o algo así.

-¿Por qué le sorprende tanto que le hayan enviado al Estadio Nacional?

Me sorprendió mucho cuando ocurrió. Pero hoy, después de analizarlo con la perspectiva que dan el tiempo y los años, me parece errado, por decir lo menos. Creo que los mandos que tomaron la decisión de enviar reservistas como nosotros a lugares como ese, a desarrollar tareas que tienen bien merecido el calificativo de irregulares, lo hicieron presionados por las demandas del momento, echaron mano a lo que la legislación les autorizaba, dejando fuera al cuerpo de oficiales de línea y al cuadro permanente. Recuerdo claramente que meses después, oficiales de línea me comentaron que mandar reservistas al Estadio fue un acto poco honorable y que seguramente iva a traer consecuencias que habría que lamentar. En esa perspectiva, los reservistas que fuimos enviados allí somos también víctimas.

Pero también hubo otra denuncia en su contra…

Si. El Jefe de la FACH de la época, General del Aire Patricio Ríos, molesto por mis críticas a la selección del F16, hizo llegar al rector de la PUC una acusación por escrito en mi contra. Me acusó de realizar actividades de lobby contrarias a la ética profesional, solicitando dinero a cambio de apoyar a los ofertantes estadounidenses de aviones de combate, y que además había revelado secretos militares de Chile. Aunque el oficial que el general envió como emisario rehusó dejar el documento acusatorio, alegando ordenes de su superior, la PUC inició una indagación formal que duró 9 meses, donde no se probó nada.

Pero usted prestó servicios a empresas…

Efectivamente, presté servicios como analista a algunas empresas, elaborando informes sobre las necesidades y requerimientos de Chile y las condiciones o escenarios para la compra de los aviones de combate. Al respecto, debo subrayar que elaboré esos informes sin entregar datos sensibles para la seguridad nacional. Pero nunca hice lobby, recomendando la compra de tal o cual aeronaves a las autoridades encargadas de tomar la decisión. Pueden acusarme de ser muy arrogante, lo que asumo, pero no de ser un vendido.

-¿Y todo lo que ocurrió fue producto de esa acusación, incluyendo el fin de su carrera académica?

La acusación del General Ríos fue avalada por el Coronel de la USAF Mark Meyer, que había sido jefe del Grupo Militar en la Embajada de EEUU, que dijo que yo había ofrecido hacer lobby en favor de los fabricantes de aviones estadounidenses. En esos mismos días un periodista, cuyo nombre no puedo mencionar, me advirtió que había una operación de asesinato de imagen en mi contra. Le pregunté cómo sabía él esto. Me dijo que la información provenía de un analista de “La Oficina”, el organismo del Ministerio de Interior precursor de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), con quien se había encontrado casualmente un par de meses antes. Al final terminó siendo la palabra del Jefe la FACH y un coronel de los EEUU, es decir dos personas con objetivos e intereses muy evidentes, contra la mía. Pero la investigación realizada por la PUC fue muy seria al revisar eso, y no encontró méritos que avalaran la acusación. Y por eso nunca se llegó a abrir un sumario en mi contra.

-¿Cuáles eran esos objetivos e intereses evidentes?

Querían que nada impidiese concretar la compra de los F-16 estadounidenses. Yo venía criticando la marcada preferencia por los aviones estadounidenses, especialmente en círculos de gobierno. Creo que mis críticas se tornaron particularmente molestas, porque a ellos les resultaba muy difícil rebatir mis argumentos. Yo advertía que comprar material estadounidense era entregarse a la manipulación de Washington, que ya estaba poniendo trabas y condiciones para la entrega del armamento que necesitarían los F-16, limitando nuestra independencia. Eso incomodaba al Gobierno y otras partes interesadas en concretar la compra de esos aviones. Como otros, El Ministro de Defensa Mario Fernández tenía una fijación ideológica con la idea de incrementar la influencia de EEUU en los asuntos de Chile, profundizando la dependencia militar. La acusación de Agüero y la FACH fueron instrumentos para silenciarme y sacarme del camino. Las autoridades políticas de ese momento, que antes me consultaban y pretendían ser amigas, tuvieron una conducta muy farisea. Me atacaron, dando por cierta la infundada acusación de lobby y comportándose como si no hubieran sabido desde antes que estuve en el Estadio Nacional en 1973.

¿Había mucha gente, ligada a la Concertación y sus gobiernos, que estaba en conocimiento de que usted estuvo en el Estadio Nacional, formando parte de un equipo de la Armada?

Muchos sabían, entre ellos Rodrigo Atria, que se incorporó como asesor al Ministerio de Defensa apenas se restableció la democracia en 1990 y que estuvo detenido en el Estadio Nacional. Me conoce desde el colegio y estuvo conmigo en el estadio. Fue fichado por nosotros e hicimos todo lo posible por ayudarle en la declaración que prestó. Se trata de un asesor que trabajó con todos los ministros de Defensa de la Concertación, y con quien muchas veces me encontré en debates públicos y académicos sobre los temas de esa cartera a lo largo de los años noventas. Otras personas, también ligadas a la Concertación y que también sabían desde antes que estuve en el Estadio Nacional, se comportaron como si recién se hubiesen enterado cuando Agüero me acusó. Es gente que habla mucho de los DDHH y la Justicia, pero que guardó silencio cuando la Concertación ascendió y promovió a autoridades militares que sí tuvieron participación en hechos repudiables. Es por eso que creo que, en buena medida, la reacción generada por la acusación de Agüero fue en realidad parte de una operación contra mía. Simplemente se trataba de acabar con Emilio Meneses.

¿Sugiere que el Sr. Agüero fue cómplice de un complot en su contra

No, yo no creo eso. Yo creo que él actuó inocentemente en esto, y que fue manipulado. Su experiencia en el Estadio Nacional fue evidentemente traumática, y es comprensible que me deteste aunque, insisto, yo no le torturé. –

Ok. Pero Felipe Agüero aún sostiene que usted le torturó…

Tiempo después de sucedido lo de su acusación y mi muy mala reacción frente a ella, Agüero le reconoció en privado a mis hijos que yo no lo torturé. Lo dijo en privado, en forma breve pero muy significativa. Yo creo que, así como yo he podido llegar a entender muchas cosas del pasado en la perspectiva que da el tiempo, me imagino que Agüero también ha llegado a comprender que, sin saberlo, fue usado por otros. A él yo le reconozco un gran valentía moral en el haber hablado con mis hijos, aunque ello haya resultado algo tardío.

-Usted dice que mucha gente sabía desde antes que estuvo en el Estadio Nacional, cuando era empleado como centro de detención en 1973. ¿Fue llamado por la Comisión de Verdad y Reconciliación o por otras instancias de investigación?

No, a la Comisión de Verdad y Reconciliación no me llamaron, pero si debí colaborar en varias oportunidades con la Justicia, en calidad de testigo, debido a mi presencia en el Estadio Nacional en las mismas fechas en que ocurrieron los hechos que se investigaban. En esa condición me llamaron desde varios tribunales de Primera y Segunda instancia, para prestar declaración.

-¿Qué ocurrió después que la PUC cerró la indagación?

Yo había dejado de hacer clases por propia iniciativa, con la idea de retomar mis actividades académicas una vez demostrada la falsedad de las acusaciones. Pero los medios e internet hervían con versiones que distorsionaban más y más los hechos, especialmente en relación a lo del Estadio Nacional, muchas veces tergiversando o descontextualizando cosas que yo mismo les había dicho. En la PUC pocos se atrevían a defenderme y muchos que antes parecían amigos me atacaron con una furia que aún no puedo explicarme. Fue algo increíble e inesperado, que llevó un decano de la PUC a expresar su sorpresa “ante tantos interesados en hacer leña del árbol caído”. Debo reconocer que yo compliqué la situación siguiendo malos consejos legales y demandando a Agüero por injurias. Eso mantuvo el caso abierto innecesariamente por meses, para finalmente perderlo. Un prestigioso abogado me explicó más tarde que ningún tribunal iba a fallar contra un preso político del régimen militar, y menos bajo un gobierno encabezado por un socialista.

-Pero usted no volvió a sus actividades académicas…

No. Aunque la PUC me encontró inocente de los cargos de lobby, la verdad es que la campaña de asesinato de imagen desarrollada en contra mía había logrado sus objetivos. Grupos de estudiantes seguían protestando en mi contra, generando muchas interferencias a la actividad académica de la universidad, y no se daban las condiciones para que yo volviera a las aulas. Yo tuve que reconocer eso. La PUC, que no podía despedirme, se allanó a pactar una salida con garantías, bajo las cuales yo renuncié a mi cargo de profesor en esa universidad. Fue algo muy doloroso para mí, pero no había otra opción. Lo he analizado con la perspectiva que dan el tiempo y la distancia, llegando a la conclusión de que era lo único posible en ese momento. Yo hice mi carrera académica exclusivamente en base a mis méritos. Muchos podrían quejarse de mi aparente arrogancia y celo, pero no cuestionar mi desempeño académico, donde siempre llamé negro al negro y blanco al blanco. Pero nada de eso sirvió en este país endogámico. Hice frente toda la operación de asesinato de imagen lanzada en mi contra sin contar con una red política, comunicacional o social de apoyo. Enfrenté una alianza fáctica de enormes proporciones, donde se mezclaron muy perversamente los fines de beneficio pecuniario de unos, los ajustes de cuentas de otros, el escándalo periodístico por un lado y el escarnio ideológico por otro. Pero no todo está dicho todavía…

-¿Tiene antecedentes a su favor que aún no ha revelado?

Durante los últimos diez años he estado estudiando e investigando lo que ocurrió, como ocurrió y quienes intervinieron; como creo que cualquier persona que haya vivido una situación similar lo haría. Lo he hecho en la medida de mis posibilidades y tiempo, y me he sorprendido de encontrar mucha gente dispuesta a ayudarme con alguna pieza de información.

-¿Está preparado para revelar algo de eso?

No todavía. Es una decisión que aún no he tomado. Lo estoy tomando con calma. No es un asunto de venganza, sino de poner al descubierto lo que se montó en mi contra y cuáles fueron las motivaciones. Eso es lo que más me importa. Los nombres de los que operaron son secundarios, aunque no necesariamente irrelevantes. Eventualmente podría ser necesario revelar nombres y el papel que jugaron en la operación.

-Usted sigue observando la Política Exterior y la Defensa. ¿Qué aspecto le llama más la atención?

En Política Exterior, me impresionó mucho la decisión del Presidente Ricardo Lagos de abstenerse en el Consejo de Seguridad de la ONU, cuando se votó la segunda invasión de Irak en el 2003. Lagos tomó esa decisión pese a las presiones que estaba recibiendo de EEUU y Gran Bretaña. Ese fue un hito que deberá quedar registrado en nuestra historia, porque retrató a Chile como un pequeño país con una gran dignidad y reflejó su nueva estatura estratégica. En Defensa hay razones para cierta satisfacción. Los medios son mayoritariamente modernos, adquiridos gracias, primero a la voluntad política y sentido de Estado, particularmente de la Administración Lagos; segundo, a la disponibilidad de material casi nuevo a una fracción de su costo y tercero, al alto flujo de recursos de la Ley del Cobre. Eso se ha financiado con menos del 2 por ciento del PIB. El Ministerio cuenta con una nueva estructura, más sólida y aún en desarrollo, con creciente participación de especialistas civiles, a cuyo diseño contribuí cuando se debatía en los años noventa. También hay un saludable Fondo de Contingencia Estratégica con más de US$4.000 millones, dentro de una economía que sigue creciendo, lo que da amplio espacio de maniobra frente a una eventual crisis. Pero esto se combina con otros aspectos negativos. Tenemos un solo modelo de avión de combate, con limitantes políticas y operacionales a las que se suma una falta de pilotos. Peor, lo último no se ha podido acotar debido a una inexplicable resistencia de la FACH, que se niega a crear un cuerpo de reserva con los pilotos de combate que se fueron a las aerolíneas. Parte de nuestras fuerzas navales, especialmente las fragatas anti-aéreas y las lanchas misileras, podrían quedar obsoletas y sin reemplazo a la vuelta de la década. A eso se podría sumar otras naves no obsoletas deban ser dadas de baja anticipadamente, debido a la falta de recursos para operarlas. En fin, nuestras fuerzas acorazadas no están debidamente protegidas para maniobrar adecuadamente en profundidad. Se privilegió la compra de un satélite de observación, un servicio que pudo ser prestado en forma más económica, completa e igualmente segura por empresas internacionales de imágenes satelitales, en lugar de adquirir un más útil y necesario satélite de comunicaciones. Esto es particularmente importante, porque la capacidad de compartir o diseminar la información y las ordenes en forma rápida y segura mediante comunicaciones satelitates es, en la defensa y la seguridad de hoy, tanto o más importante que la obtención misma de la información, que puede provenir de una variedad de fuentes.

-¿Cómo ve a las instituciones militares en materia de reclutamiento y personal? La reforma de la carrera militar, que viene siendo estudiada desde fines de los noventas, es urgente y no puede esperar más. La sociedad chilena ha cambiado mucho, y hoy las escuelas matrices compiten en desventaja con una oferta educacional muy ampliada y un mercado laboral que ofrece muchas oportunidades a los profesionales jóvenes. Es una competencia muy dura y, en su porfía por seguir recibiendo adolescentes recién salidos del colegio, las escuelas matrices han debido bajar sus parámetros de selección y aprobación, graduando a algunos oficiales que después han fallado en su desempeño. Urge una reforma que amplíe las vías de ingreso a la carrera militar, haciendo posible, por ejemplo, que ingresen jóvenes de mayor edad ya graduados de universidades. Es absurdo que la edad máxima de ingreso a la carrera militar siga siendo de 19 0 20 años. La reforma es también necesaria para darle proyección a la figura del Soldado Profesional, creada hace pocos años. Quienes tras el SMO se contratan como soldados profesionales, por periodos de cuatro años renovables dos veces, no tienen proyección salvo ser eternos cabos, lo que está desmotivando a quienes se interesaban en esa opción. Al mismo tiempo, me llama mucho la atención la falta de una reserva de personal, idealmente voluntaria, regularmente entrenada y en condiciones de ser desplegada eficazmente. Hoy hay muchos ciudadanos que tienen la edad, las condiciones físicas, el intelecto y la voluntad para contribuir y dedicar tiempo a la defensa como reservistas, pero no tienen como hacerlo, adonde ir a ofrecerse para recibir el entrenamiento que eso requeriría.

Pero en los últimos años ha habido una baja del interés en presentarse voluntariamente al SMO, forzando un regreso al sistema de sorteos y obligatoriedad…

Eso es resultado de la oferta de estímulos a la voluntariedad, que han hecho que el SMO parezca más un plan de capacitación que de preparación militar de reservas. Esto ha desincentivado a los que tienen interés en lo último. Los estímulos tampoco han atraído a los jóvenes que sólo buscan capacitarse, porque ellos prefieren los CFT civiles, que ofrecen mejores y más variadas alternativas de capacitación para la vida laboral. Eso hace necesario revisar el sistema de reclutamiento en general, ofreciendo nuevas vías de cumplimientos del SMO. Por ejemplo, permitir que los jóvenes puedan seguir estudios universitarios o técnicos y recibir una preparación militar, ya sea en paralelo a esos estudios o mediante periodos de acuartelamiento en verano. Los estímulos deberían consistir simplemente en becas de estudio en universidades y CFT, además de una remuneración imponible equivalente al sueldo mínimo. Otra posibilidad concurrente podría ser extender el SMO actual a dos años y graduar personas de mayor valer militar a un costo muy moderado, aumentando de pasada nuestras disminuidas fuerzas.Y el sistema también debería permitir la incorporación a la carrera militar, como oficiales o suboficiales, de aquellos jóvenes que, ya sea cumpliendo con el SMO en cualquiera de estas posibles modalidades o quizas un poco después, descubran que tienen una mayor vocación por lo castrense.

-Lo que usted plantea es un sistema de reclutamiento y carrera militar como los existentes en Norteamérica y Europa. ¿Cómo podría llegarse a algo así en Chile?

Lo primero es abrir un debate público respecto del tema, donde se deberían estudiar las necesidades de reclutamiento y comparar la experiencia alcanzada por las modalidades empleadas en otras latitudes. En ese debate deben participar las FFAA, porque su opinión es importante, pero la decisión final sobre las características e implementación de un eventual nuevo sistema de reclutamiento debe tomarla el Ejecutivo. Es cierto que en las ramas hay una fuerte oposición y desconfianza hacia las reservas, pero la decisión en este tema le corresponde al gobierno y a las fuerzas no les quedará nada más que acatar y dar cumplimiento a lo que éste determine. Extrañamente, la Concertación aceptó y toleró la consolidación de un sistema de oficiales de reserva extraídos del empresariado y otros sectores oligárquicos  sin valor militar real. Es curioso, porque eso atestigua una alianza entre los mandos de las FFAA y los poderes fácticos.

-¿Por qué dice usted que esos oficiales reservistas no tienen valor militar?

Por varias razones, pero destacaré que, por su edad y autoimagen, muchos de ellos no comprenden ni asumen el rol o deberes de la condición militar. La reserva CAOR-Yates, que se llama así porque el requisito básico oficial es tener una licencia de patrón para ese tipo de nave, fue creada en la Armada en el año 1991, bajo el primer gobierno de la Concertación que encabezaba don Patricio Aylwin, aunque la idea fue pronto copiada por las otras fuerzas. El objetivo principal no fue proveer a las instituciones con oficiales de reserva, sino a establecer un enlace entre las ramas y un sector social particular, que podríamos describir como la crema de cierta elite chilena. Es cosa de mirar los nombres y ocupación de esos reservistas y lo último salta a la vista. Sobre su poca conveniencia, está el caso emblemático de un empresario del retail y teniente de la reserva CAOR-Yates afecto al Cuerpo de Infantería de Marina (*), que sin ser llamado y por iniciativa propia se presentó armado y en tenida de combate a proteger uno de sus supermercados en Concepción, tras el terremoto del 27 de Febrero del 2010. Fue un caso flagrante de uso impropio del uniforme y de las atribuciones legales que le confiere el Estado, que merecía un castigo ejemplar, pero la Armada sólo le llamó la atención por escrito y con una anotación en la hoja de vida. Es por eso que, como especialista en temas de defensa y como reservista que por cumplir órdenes sufrió una muy mala experiencia, tengo una opinión muy crítica de la relación entre las ramas y estas reservas VIP, que extrañamente la Concertación aceptó y toleró durante sus cuatro administraciones.

-¿Qué opina de la gestión realizada por la administración Piñera?

Piñera y su entorno inmediato llegaron en una completa ignorancia y también con un evidente desinterés en el sector Defensa. Incluso olvidaron las promesas hechas a los ex uniformados durante la campaña eleccionaria. El nombramiento de Jaime Ravinet, sin desconocer sus méritos personales, es un muy buen indicio de eso. Distanciado de la Concertación y con más enemigos que partidarios en la Alianza, Ravinet se quedó sin margen de maniobra para concretar las realizaciones que tenía en mente. Conservó a los mismos asesores de los gobiernos anteriores, lo que generó la extraña sensación de que la Concertación gobernaba por un quinto periodo consecutivo en Defensa, como uno de esos asesores llegó a afirmar muy jactanciosamente en privado. Con esa decisión Ravinet ganó más enemigos en la Alianza, porque dejó fuera a un número de especialistas de la Derecha que podrían haberle ayudado. La llegada de Andrés Allamand no mejoró las cosas, porque se orientó principalmente a preparar su candidatura a la presidencia, privilegiando las relaciones públicas. Cierto, envió al Congreso un proyecto de ley destinado a reemplazar la Ley Reservada del Cobre (LRC), pero después de esperar 23 años a que eso ocurra, no es una gran novedad ni se puede considerar capital propio. Ya hubo otros intentos anteriores y no está claro que este, que ya está siendo cuestionado en el Senado por su poca transparencia y el muy limitado rol que asigna al Congreso, vaya a terminar en ley. El Fondo de Contingencia Estratégica, que consolidó los excedentes acumulados de la LRC, que hoy superarían los US$4.000 millones, fue trabajado por Ravinet, y a Allamand sólo le tocó ponerlo en vigencia. Rodrigo Hinzpeter, que recibió la cartera como premio por su fidelidad política al Presidente, tiene un horizonte poco promisorio, por decir lo menos. Dejó en su cargo anterior una situación poco clara, relacionada con la compra de equipos para el Plan Frontera Norte, que podría perseguirle hasta Defensa. No obstante, buenas sorpresas ocurren en todas partes, y podrían ocurrir una o dos si Hinzpeter se lo toma en serio, cambia sus prejuicios y aprende rápido en el poco más de un año que resta a esta administración.

(*) Nota del Editor: Se refiere al empresario Nicolás Ibañez Scott del Grupo D&S, propietario hasta hace algunos años de las cadenas de supermercados como Ekono, Líder y Almac. D&S fue adquirido en el 2009 por la cadena estadounidense de retail Walmart, dando origen a Walmart Chile. Los propietarios originales son aún socios minoritarios de la nueva firma, donde Felipe Ibáñez Scott oficia de presidente del Directorio y Nicolás Ibáñez Scott es uno de los directores. Este último es Teniente 1º (RN) de la Compañía de Reservistas de Yates de la Armada, y recibió en noviembre pasado la condecoración por “Servicios Distinguidos en la Reserva de las FFAA”, de manos del Ministro de Defensa Nacional, Rodrigo Hinzpeter.

7 Comentarios
  1. RAUL SANTA ANA dice

    NO HAY QUE DARLES TREGUA. TODOS LOS SÁDICOS COBARDES QUE TORTURARON A CHILENOS INOCENTES POR EL SIMPLE HECHO DE PENSAR DISTINTO, NO PUEDEN IRSE DE ESTE MUNDO SIN QUE SE HAGA JUSTICIA A SUS VÍCTIMAS.MUCHOS SIGUEN LIBRES Y SUS FAMILIAS, AMIGOS Y VECINOS NO SABEN LA BASURA CON QUE SE RELACIONEN. NI OLVIDO NI PERDÓN PARA ESTAS BESTIAS SUBHUMANAS QUE TORTURARON A NIÑOS DE HASTA 6 AÑOS COMO EL PEQUEÑO ANFRUNS. ESTAMOS LEJOS DE FUNAR A LA TOTALIDAD DE CRIMINALES. PORQUE SE HAN CAMUFLADO HASTA EN EL PARLAMENTO, LA EMPRESA PRIVADA O HAN HUIDO DEL PAÍS.NO SE TRATA DE VENGANZA, SE TRATA DE HACER PAGAR A TODOS AQUELLOS QUE PENSARON QUE POR CONTAR CON EL PODER ABSOLUTO EN UN DETERMINADO MOMENTO, QUEDARÍAN EN LA IMPUNIDAD. SI NO LOGRAMOS QUE LOS POLÍTICOS Y LOS MIEMBROS DEL PODER JUDICIAL SE PONGAN LOS PANTALONES PARA CASTIGAR A LOS CULPABLES DIRECTOS Y A LOS INSTIGADORES, ENTONCES SERÁ MISIÓN DE CADA CHILENO BIEN NACIDO BUSCAR LOS CAMINOS PARA DENUNCIAR A ESTA BASURA MAL NACIDA.

  2. Raúl Alvarez dice

    Que penoso comentario, de mi tocayo Don Raúl.

  3. Karen Samfelt dice

    Raúl Santa Ana… No se puede retribuír el odio con el odio, porque eso es entrar en un círculo vicioso… Lo que ocurrió en el Estadio Nacional y otros centros de detención es repudiable, y lo que se persigue con el establecimiento de las responsabilidades no es la venganza sino es impedir que se repitan esas cosas… Pero no debes olvidar las circunstancias en que se llegó a septiembre de 1973… El clíma de división y odio que reinaba entonces, y al cual no solo contribuyó la Derecha política y un sector del empresariado, sino también muchos desde dentro de la Unidad Popular, incluyendo a muchos que llegaron junto a Allende pero que no creían en la vía democrática, y que solo querían destruirlo todo para crear el “Chile nuevo”… Y peor aún, también esos que desde dentro de la UP cooperaron con la CIA para derribar a Allende… Si pensamos que este Meneses debe haber tenido poco más de 20 años cuando lo enviaron al Estadio Nacional, debemos considerar esas circunstancias, y si tenía la opción de decir “yo no quiero ir allí” o “yo no quiero hacer esto”…

  4. Jorge Morandé dice

    Pongamos las cosas en claro; todas las críticas de Emilio Meneses a la compra de los F-16 resultaron falsas, ninguna de sus negras predicciones se cumplió.También son erroneas las críticas que ahora desliza respecto de la operación de los aviones. Los F-16 han dado un excelente resultado en la FACH y configuran la capacidad de combate más moderna de Sudamérica (los SU-30 de Venezuela tienen un muy bajo nivel de mantenimiento y pésima operatividad)lo que avala lo adecudado de la decisión de adquirirlos.El avión a favor del cual Meneses hizo lobby y por el cual fue posiblemente muy bien recompensado, el Grippen de origen sueco, siendo una aeronave moderna y muy avanzada, era totalmente indacuado para las características geográficas de Chile.
    De tiempo en tiempo, Emilio Menese intenta «lavar» su imagen, especialmente al comienzo de una campaña presidencial. Y el argumento es siempre el mismo: el presunto «complot» que se tramó en su contra por sus críticas a las compras militares chilenas, lo que tampoco resiste análisis ya que nunca estuvo en posición de influir en serio en las decisiones del Ministerio de Defensa. En esta oportunidad, tampoco ha hecho una excepción.

  5. Karen Samfelt dice

    Jorge Morandé… Seamos claros respecto de que estamos hablando… El lobbysmo consiste esencialmente en un tráfico de influencia, dirigido hacía los responsables de tomar una decisión de compra en favor de uno entre varios oferentes… El lobbysmo opera siempre en forma suave y discreta, como un acto de seducción, no a la luz del día o a través de la prensa…
    Si recuerdas o revisas la prensa chilena entre los años 1997 y 2001, verás que, más que dedicado a seducir o comprar a las autoridades que decidirían que avión de combate se compraría, Emilio Meneses estaba trenzado en una discusión con ellas… Meneses las criticaba, dura y abiertamente, por su preferencia por las aeronaves estadounidenses. Eso es contrario a todo lo que marca la conducta de un lobbysta. Meneses debería ser clasificado como el anti-lobbysta, de acuerdo a lo que hacía…
    La discusión era bastante agria y la reacción de las autoridades dura… Es así como, entre el 1998 y 1999, el Ministerio de Defensa comenzó a advertir que retiraría el financiamiento para la Cátedra de Defensa del Instituto de Ciencia Política de la UC, que entregaba un magister con mención en Defensa a estudiantes que eran becados por el ministerio… La medida iba obviamente dirigida contra Meneses, que era el jefe de la mencionada cátedra… Había gente en el Instituto de Ciencia Política que inmediatamente planteo que había que sacar a Meneses, para no perder el importante ingreso financiero que se recibía. Pero nadie se atrevió a sacarlo, porque no había como justificarlo en términos académicos…
    La justificación para sacar a Meneses la proveyó el General Ríos después. Y lo que dice Meneses en la entrevista, respecto de que el oficial de la FACH que fue a acusarlo en Rectoría, por órdenes del general (que, debemos recordar, después obstruyo la investigación de casos de DDHH), rehusó dejar el documento acusatorio. Eso es grave, porque sin tener ese documento, la rectoría de la UC no debió haber abierto ninguna investigación contra Meneses. Cualquiera que quiera revisar el reglamento de la UC, que sigue siendo el mismo, verá que la investigación no correspondía.
    Siguiendo con la acusación de lobby realizada por el general, ella se basó por completo en los dichos del Coronel Meyer de la fuerza aérea de los EEUU, que había sido hasta un par de años antes jefe del grupo militar adscrito a la Embajada de los EEUU en Santiago. Dicho grupo tuvo una participación funesta en la preparación y ejecución del golpe de estado de Septiembre de 1973, así como en la desaparición de su connacional, el periodista Charles Horman. En suma, su función y rol en Chile no son de los más limpios, y dejaré que los lectores juzguen si ese grupo y sus miembros son dignos de confianza y credibilidad.
    La acusación del general Ríos también planteaba que Meneses había revelado información sensible para la seguridad nacional. Todos sabemos cómo se invoca la seguridad nacional para ocultar todo tipo de situaciones, incluyendo la corrupción en las compras de material bélico.

  6. Karen Samfelt dice

    Jorge Morandé… Veamos ahora el tema de los aviones. Ahí tenemos que precisar que a fines de 1997 la FACH había optado por el Gripen, que fue muy bien evaluado como avión de combate esencialmente defensivo, y que dado su menor precio también permitiría la compra de un mayor número de unidades. La FACH decidió entonces oficializar la decisión en Marzo de 1998, durante FIDAE.
    En ese lapso se desató una fuerte presión de EEUU, que incluyó visitas de personeros del Departamento de Estado y del Pentágono. Esa presión dio también lugar a presiones desde el gobierno hacia la FACH, que comenzó a vacilar y finalmente dejó sin efecto su decisión a favor del Gripen. Encima de eso vino el destape del escándalo de los muebles de ratán, que envolvió al jefe de la FACH, general Rojas Vender.
    Pero es interesante que, cediendo a las presiones del gobierno para optar por un avión estadounidense, la FACH volvió su mirada hacia fines de 1998 no hacía el F-16 sino hacía el F-18, encontrando de inmediato resistencia en el gobierno. Eso indica que el aparato a comprar debía no sólo ser estadounidense sino que también el F-16. Es muy sospecho, por decir lo menos, porque marca una preferencia en el nivel político por un fabricante y un modelo específico. Da la impresión de que las autoridades chilenas estaban ya vendidas a Lockheed Martin y su F-16.
    Esa preferencia se notó cuando, en el segundo semestre de 1999, el entonces ministro Edmundo Pérez Yoma intentó forzar a la FACH a comprar F-16 de segunda mano en EEUU. La decisión fue incluso anunciada en una conferencia de prensa en el ministerio, con ocasión de la visita del Secretario de la Defensa de los EEUU. La FACH sepultó la idea semanas después, emitiendo un informe muy negativo sobre el estado de los aviones ofrecidos, que iban a ser refaccionados por Lockheed Martin a un alto costo… Que iba a ser pagado por Chile, por supuesto…

  7. Ricardo Gorostiaga dice

    Creo que aquí la discusión no se centra en si Meneses tenía o no razón respecto a la superioridad de los Grippen por sobre los F-16, o si estos últimos nos hacían dependientes del gobierno norteamericano. Lo que debemos tener en cuenta es que se utilizó una estrategia comunicacional basada en mentiras, o por lo menos, hechos no comprobados ( y así certificados) para poder sacarlo de la discusión y así darle chipe libre al lobbismo gringo que nos calzó con los F-16, con una serie de restricciones que años después conocimos

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