Jesuitas llaman a detener inmediatamente la vulneración de derechos por parte del Estado hacia el Pueblo Mapuche

Un sacerdote de la Compañía de Jesus fue detenido esta mañana durante el desalojo de la municipalidad de Tirúa.

«La Compañía de Jesús en Chile rechaza la violencia y arbitrariedad en el actuar del Estado de Chile y de Carabineros durante el desalojo de las municipalidades en la región de la Araucanía, hoy en particular la Municipalidad de Tirúa (región del Biobío), que se encontraba ocupada pacíficamente» señala un comunicado dado a conocer esta mañana

La compañía informa que lleva más de 20 años trabajando en la zona de Tirúa, «estando con el Pueblo Mapuche, dejándonos enseñar por su cultura y compartiendo con ellos la fe liberadora del Cristo crucificado».

Informa que durante el desalojo de hoy de la municipalidad de Tirúa, fueron detenidos por Carabineros el sacerdote jesuita Carlos Bresciani y dos comuneros, «sin provocación previa».

«Nuestro compañero se trasladó esta mañana hasta la municipalidad porque los comuneros le pidieron su presencia ante el inminente desalojo de fuerzas policiales y el uso desproporcionado de la fuerza. El padre Carlos fue detenido injustamente, como lo han sido cientos y cientos de mapuche a lo largo de la historia. La violencia del Estado es el signo más claro de la ausencia de voluntad política para resolver los problemas de fondo de este Pueblo, como son sus derechos a la autodeterminación, el reconocimiento de su cultura y tradiciones, a su lengua, territorios, y otros. El P. Carlos es uno más, y la Compañía de Jesús solidariza con él, con los demás jesuitas de Tirúa, pero por sobre todo con el Pueblo Mapuche y sus legítimas demadas», señala el comunicado.

La compañía hace un llamado «a detener inmediatamente la vulneración de derechos por parte del Estado de Chile hacia el Pueblo Mapuche. También, a que las más altas autoridades entablen de manera urgente un diálogo político que permita una comprensión profunda de la problemática que se vive en la Araucanía, y que busque salidas auténticas y genuinas para quienes han sufrido marginación, usurpación de sus tierras y falta de reconocimiento legal. La violencia sólo conduce a más violencia; el dialogo, a la justicia y la paz».

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