La Dina de Contreras espió a Jaime Guzmán

El Periodista tuvo acceso a una carpeta de la DINA, de los años 76 al 78, donde el organismo represivo que dirigió Manuel Contreras almacenó la información que obtuvo sobre el líder gremialista tras seguirlo, intervenir su teléfono e infiltrar su grupo íntimo. La tarea, encargada a la Brigada Purén, incluye un perfil político y humano del lider gremialista.

Por Francisco Martorell

El senador asesinado en 1991 y fundador de la Unión Demócrata Independiente libró una soterrada batalla en los 70 contra el entonces coronel Manuel Contreras Sepúlveda, director de la DINA.

Guzmán, quien militó en Patria y Libertad durante la Unidad Popular, dijo en 1989, ante un grupo de estudiantes universitarios que Contreras carecía de sentido moral y que, en los 70, el gobierno de Pinochet era una suerte de “caballo chúcaro” al que los civiles “trataban de controlar”.

Su disputa con Contreras, sin embargo, no era personal sino ideológica. Representaban mundos y sistemas distintos, ambos dentro de la estructura que había derrocado a Allende, pero diferenciados por el modelo de sociedad que pretendían construir.

El director de la DINA, consciente del peso de Jaime Guzmán en la derecha chilena, no escatimó esfuerzos para vigilar sus pasos, intervenir su teléfono, investigar a sus amistades y crear un perfil político de su principal adversario.

Lo que sigue a continuación, más de 30 años después de los hechos, es la revelación de documentos reservados de la DINA que hacen referencia a Jaime Guzmán Errázuriz.

 EL MEMO DE 1976

“Se puede decir, entrando en materia que Guzmán es un individuo brillante por su inteligencia y por la concepción tan clara de las debilidades de nuestro gobierno, lo que le permite jugar en forma maquiavélica con organismos, personas tanto en el nivel nacional como internacional, profundizando estos conceptos de política nacional, es un tablero de ajedrez para este individuo, donde maneja desde su-Excelencia el Presidente de la República aunque él crea lo contrario”, así iniciaba el memorandum secreto de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), del 3 de noviembre de 1976, su análisis sobre el fundador de la Unión Democrata Independiente (UDI).

El documento, entre otras cosas, trataba de establecer un organigrama de las organizaciones, tanto políticas como religiosas o medios de comunicación, que eran controladas por Guzmán y que, según el informe de la DINA, no perseguía “destruir a las Fuerzas Armadas que podría decirse que son el Estado, pero eso sí, desplazar al gobierno (vale decir general Pinochet y miembros de la Junta), para ubicarse ellos físicamente en ese puesto, desde luego con el apoyo de las Fuerzas Armadas”.

El grupo, que según la DINA, pretendía remover a Pinochet estaba liderado por Guzmán y el ex mandatario Jorge Alessandri, en ese entonces presidente del Consejo de Estado. Sus reuniones se efectuaban en el departamento de este último, en la céntrica calle Phillips o en la Viña Cousiño Macul lugar donde, según el informe, “concurre la élite de lo que dice llamarse aristocracia de Chile. Otros puntos de encuentro eran las oficinas de Enrique Campos Melendez, Alvaro Puga y Gastón Acuña, todas ellas en el edificio Diego Portales.

Los ámbitos de influencia de Guzmán, decía la DINA, era el ya nombrado Consejo de Estado que presidía Alessandri, la comisión de Reforma Constitucional, la Dirección Nacional de Comunicación Social (Dinacos), los canales 7, 9 y 13, los diarios El Mercurio y El Cronista, la Secretaría Nacional de la Juventud y de la Mujer, la agencia de noticias Orbe, Pro-Chile, el Partido Nacional y la DC, la Sofofa, la Sociedad Nacional de Agricultura, el Movimiento de Unidad Nacional, la UC, el Frente Juvenil de Unidad, el Poder Judicial, la Colonia Dignidad, la CIA y las Fuerzas Armadas. En estos tres últimos frentes, según el documento, el contacto se había producido a través de Federico Willoughby.

El informe concluía que el grupo, liderado por Guzmán y compuesto por periodistas, políticos y economistas, no eran “adeptos al Gobierno” aunque sí lo parecían, querían el control civil del aparato estatal y pretendían que las Fuerzas Armadas volvieran a sus cuarteles.

FACETAS DE JAIME

Tras el primer informe, algunos días después fue elaborado otro. Con fecha 17 de noviembre de 1976 y también secreto, el nuevo documento decía que habían intervenido el teléfono de Guzmán, el número era el 745885, lo que les permitía adelantarse a los hechos y saber, por ejemplo, cuál sería su participación en TV. Recomendaba, asimismo y dado “las jugadas del tablero del señor Guzmán con respecto al gobierno, una estricta vigilancia y control indirecto de sus actuaciones”.

Según este informe, la “intención presuntiva de Jaime Guzmán” era “establecer en el país una democracia selectiva en la que las FFAA apoyarían respaldarían un gobierno civil el que estaría constituido por el Estado con sus tres poderes clásicos, al que se le sumaría un cuarto poder que sería el de los medios de comunicación de masas”.

El esquema supuesto era que Guzmán sería el Presidente de un Poder Ejecutivo respaldado por las organizaciones civiles y en especial por el Movimiento de Unidad Nacional y con un Legislativo representado por partidos no marxistas y el Consejo de Estado. El Poder Judicial, por su parte y donde según la DINA Guzmán tenía excelentes relaciones con José María Eyzaguirre (“persona de su confianza”), estaría conformado por los entonces ministros de Corte.

Dentro de este informe y bajo el título “otros antecedentes de importancia” la DINA le dedicó un acápite especial al tema que llama “homosexualismo”. En el anexo A está escrito el nombre de iniciales R.L.V. y tras los dos puntos se lee: “(homosexual internacional), regalonea a A.F.T., íntimo de J. Guzmán y contacto con platas internacionales, financian ‘fundación Azul’, financiamiento de ellos”. En el punto B dice: “J.J.U.G, también homosexual reconocido, tiene contacto con Jaime Guzmán y G.I.SM.”.

Al documento secreto se le adjuntó la ficha del abogado de la UC, nacido el 28 de junio de 1946 y quien, de no haber sido asesinado en 1991 cuando era senador, tendría 64 años. En ella se recordaba que fue presidente del centro de estudiantes de la escuela de derecho de la Universidad Católica y que su memoria para recibirse versó sobre “La teoría de la Universidad”. Decía que estaba “muy vinculado” a los jesuitas pero que se creía que pertenecía al Opus Dei. “El servicio de Inteligencia Naval registra antecedentes como integrante del movimiento Patria y Libertad”, asegura la ficha de la DINA de Contreras.

Luego el organismo de Inteligencia amplió los informes sobre Guzmán y la responsabilidad de hacerlo recayó en la tristemente célebre Brigada de Inteligencia Purén, comandada por Eduardo Iturriaga, quien elaboró un informe que se denominó “Facetas de Jaime Guzmán Errázuriz”. La rúbrica de dicho documento, de seis hojas, era la del capitán Fernando Contreras Campos.

En ella se hablaba de su etapa universitaria, la relación política con el ex presidente Alessandri, el triunfo de Allende y la muerte de Schneider, el Gobierno de la Unidad Popular, el programa “A esta hora se improvisa”, el Once de Septiembre, sobre su “Presente y futuro” y culminaba con dos subtitulos: “está menos poderoso” y “extranjero… y raros”.

Sobre su etapa universitaria, resumidamente, daba cuenta del momento en que Guzmán se hace conocido en la UC y funda el gremialismo, ganando las elecciones tras un pacto con la JDC.

Respecto a su relación con Alessandri el informe sostiene que comienza gracias a la intervención de Jaime del Valle Alliende, profesor de Derecho Procesal, quien se desempeñó como subsecretario de Justicia del ex presidente. “Entra en contacto con Alessandri en las tertulias de calle Phillips. Don Jorge lo ‘cautiva’ (expresión de Guzmán) y se transforma en su más fiel y fanático admirador e imitador. Vease: manera de vestir, hablar, reaccionar, gustos, etc. La amistad entre ambos se va estrechando notablemente, lo acompañó en las giras presidenciales, lo acompañaba en las ‘tardes de ópera’, a Malloco (cuando don Jorge tenía su parcela), se transforma en el favorito, o más bien, ‘hijo espiritual de Alessandri. De hecho lo es: Alessandri así lo siente y Guzmán también”.

La brigada Purén, tras las escuchas telefónicas, concluye que Guzmán ha heredado del ex presidente todos sus contactos (“círculo social íntimo”) y que Alessandri, de una forma u otra, desea influir en Pinochet a través del joven gremialista. “De la época Alessandri, Jaime Guzmán se caracteriza por la ‘búsqueda misionera de adeptos entre los hijos de personajes de poder empresarial o periodístico…’ obviamente para llegar a los padres. Ej. Arturo Fontaine Talavera, Juan Carlos Sahli, Sergio Gutiérrez, etc. Entre ellos forma su grupo de ayudantes y admiradores. Les da retiros, tiene su depto. de Galvarino Gallardo, a disposición de los ‘jóvenes amigos’. Ver análisis de intercepciones telefónicas en anexo número 1”, señala el informe de Inteligencia.

EL PODER DE INFLUIR

La DINA destaca que la frase favorita de Jaime Guzmán en sus clases, o en el departamento de Derecho Político de la facultad, era que “la ciencia política enseña reiteradamente que el poder de influencia es mucho mayor que el poder de mando… pues se obtiene que el mando haga lo que a uno más le gusta que se haga”.

Ello, según el informe, justifica que el gremialista busque afanosamente a gente vinculada a los medios de comunicación y se relacione, según las escuchas telefónicas de esos años, con César Antonio Santis, Manfredo Mayol, Julio López Blanco, Jaime Celedón, Alejandro Magnet y Arturo Fontaine Aldunate.

Tras el triunfo de Allende, de acuerdo a lo recogido por la DINA, el personaje se aterrorizó. Y, si bien el informe lo define como “muy frío, sin sentimientos afectivos profundos, incluso ha sido durísimo con su madre (vida privada desordenada) y con su padre”, asegura que se descontroló tras el 4 de septiembre de 1970 y “participó activamente en el plan para evitar que Allende asumiera”.

“Si bien es cierto no estuvo cerca del general Viaux (por su repulsa por el nacionalismo) -escribieron en la brigada Purén de la DINA- sí participó activamente con sus grupos de fanáticos religiosos que estaban en el gremialismo de FEUC, y se reúnen en el depto. de Guzmán, en la Iglesia El Bosque o en las sedes del Opus Dei: Juan Luis Bulnes Cerda, Allan Leslie Cooper, los Izquierdo Menéndez, todos estos eran del grupo de Jaime Guzmán, alentados por él y pertenecientes a FEUC, y Gremiales… Guzmán, tenía ordenada (después del secuestro del ex comandante Schneider) la toma de la Universidad Católica y del canal 13 de TV, la toma estaba preparada y de los grupos los encabezaba precisamente Bulnes Cerda, (los de choque)”.

En los tiempos de Allende, según los agentes, Guzmán y Alessandri -que decía que en esa época se daban muy bien los nazis- se dan a la tarea de formar un grupo nacionalista y buscar a una persona, que no podía ser Jaime Guzmán, que personificara ese ideal con su dureza.

Así surgió Patria y Libertad y nació el político Pablo Rodríguez, quien decía tenía la imagen de “audacia y valor”.

Según la DINA, cuando Guzmán era consultado por qué se unió a Patria y Libertad respondía: “para derrotar al marxismo fui capaz de aliarme con el fascismo y esto último es el peligro que hay que derrotar hoy día”.

Si bien Guzmán, de acuerdo al documento, fue fundador de Patria y Libertad en 1971 y su primer jefe de la Juventud, integrando incluso la comisión política, combatió la posición “facista y militarista” de Rodríguez. Luego, desde el programa “A esta hora se improvisa” no defendió al nacionalismo, cuando éste fue atacado y negó varias veces ser militante del grupo ultraderechista. Según el informe era el propio Pablo Rodríguez quien llevaba a Guzmán en su auto al programa de TV.

El alejamiento de Guzmán, de acuerdo a la versión de la DINA, hizo que surgiera otra Comisión Política, vinculada a la embajada de EEUU y que funcionaba en una casa en Las Condes. Ella estaba integrada por Claudio Orrego Vicuña, Jorge Navarrete Martínez y Jaime Guzmán. También participaban, siempre según la DINA, José María Navasal, Alejandro Magnet y Enrique Campos Menéndez.

TRAS EL GOLPE

“Practicando su fórmula ‘más vale influir que tener el mando’, llegó a integrar el gabinete del Presidente de la República (como él señala) y a hacerle todos sus discursos… Se ríe señalando que ‘muchas veces si no todas, hago el discurso que le dicen al Presidente y el que éste responde”, dice el informe de la DINA sobre la actuación de Guzmán tras el golpe militar.

Su primera tarea en la Junta de Gobierno, según sus propias palabras, fue asesorar al general Gustavo Leigh y luego llegó a Pinochet. Cuando se produjo la pelea entre ambos, el ex senador de la UDI se quedó con el comandante en Jefe del Ejército.

Una vez en dictadura, ya en 1976, la DINA decía de Guzmán que tenía “un objetivo político absolutamente claro y aprobado en conocimiento de Frei: el encaminamiento prudente pero sostenido hacia formas más democráticas de gobierno con una apertura política amplia que incluya al sector democrático del PDC. Esto a cualquier precio pero con tino: aún cuando sea mediante la adulación indisponer a militares con aviadores (tema muy comentado en la DC)”.

La brigada Purén, que tenía infiltrado el círculo íntimo de Guzmán, señaló que el gremialista decía que había dos líneas de influencia en la Junta: “La de la Armada, continuar como hasta ahora, corrigiendo algunos aspectos de la política económica y flexibilizando elementalmente el frente interior. O la de Fuerza Aérea, que propugnaría una modificación del plan económico, restringiendo la actividad de los grupos monopólicos y reorientando la distribución del ingreso hacia sectores de menos recursos. Medida demagógica tendiente a perpetuar el militarismo pues trae la abolición de todos los partidos políticos”. Guzmán, según los agentes, pensaba que su línea (encaminamiento prudente hacia formas democráticas con exclusión del marxismo) tendría poderosos enemigos en el gobierno (entre ellos la DINA) y estima que ha perdido totalmente el apoyo del general Gustavo Leigh.

Y luego, el informe, cita una frase extractada de la intervención de su teléfono sobre la DINA: “qué saca con tener éxito con la OEA, suavizar imagen con el Consejo de Estado y cómo se puede explicar la idea de una democracia selectiva… si la DINA nos provoca hechos como los de Jaime Castillo y Eugenio Velasco… no puede haber democracia selectiva sin los sectores democráticos de la DC y la social democracia”.

Las mismas intervenciones, sin embargo, permitían a los agentes de Purén llegar a otras conclusiones. Fue así como, tras las escuchas y conocer que le pedía a Jaime Celedón que lo ayudara a repuntar su imagen, que la DINA percibió que Guzmán estaba “menos poderoso”. Ello se percibía porque el senador asesinado estaba activando sus relaciones en la UC, generando contacto con los medios de comunicación y, con la idea que detrás de cada trono hay una mujer, había comenzado a dictar clases a las esposas de los generales.

EL FIN DE CONTRERAS

Los seguimientos a Guzmán y la intervención de sus teléfonos continuaron durante los años siguientes, igual que la pugna soterrada con Contreras.

Si bien el senador asesinado tenía apoyo dentro de las Fuerzas Armadas, especialmente con los generales Covarrubias, Court, Vidal y Sergio Badiola, no fue hasta muy entrado 1978 y a raíz de las noticias sobre el caso Letelier (que debilitaron a Contreras), que Jaime Guzmán pudo respirar un poco más tranquilo.

Una de las cartas más difíciles, a juzgar por los documentos de la DINA que obran en poder de El Periodista, fue la que se jugaron los civiles que estaban en el régimen y que asesoraban a Pinochet en los últimos meses de 1977: la consulta del 4 de enero del año siguiente. Los sectores más duros, antes de que se realizara el oscuro acto electoral, veían en él una suerte de conspiración contra Pinochet.

De una conversación telefónica entre Jaime Guzmán y el ingeniero Eduardo Boetsch García Huidobro, quien a fines de 1960 dio vida al Movimiento Chile Libre para crear conciencia del peligro de la entronización de un régimen marxista-leninista en Chile, se desprende que consideraban que la “Consulta” produciría una apertura política. A la prensa, por esos días, había trascendido que Boetsch era el gestor de la idea, incluso fue consultado por ello por la periodista Carmen Gardeweg de la revista Ercilla, pero él lo desmintió y le dijo a Guzmán, según refiere la conversación intervenida, que le contestó a la profesional que “era el absurdo más grande, que ningún civil estuvo con el Presidente y con eso te saqué a ti de cualquier problema”.

La DINA sobre este tema informó: “respecto a la trascendencia política de los resultados de la consulta, Boetsch opina que el gobierno después de esta votación va a compartir el mandato con los civiles; ve también el parlamento, porque si la cosa es buena deberán abrirse los registros como primera etapa; señala, además, que tiene que dar la sensación que esto significa perder el miedo a la Democracia, porque ‘tal como están las cosas, tendríamos que optar o por el facismo o por el comunismo’”. A raíz de ello el informe de los hombres de Manuel Contreras concluía que la convocatoria a consulta nacional favorecía los “propósitos políticos” del equipo de Jaime Guzmán.

Cuatro días después de la consulta que, obviamente fue un respaldo mayoritario para Pinochet, Guzmán habló nuevamente por teléfono con Boetsch, donde le contó que tanto Alessandri como Enrique Ortúzar estaban felices con los resultados del acto del día 4 de enero. El ingeniero, por su parte, hizo mención a que Ricardo Claro estaba “contentísimo” y que lo había felicitado. “Para que te digo -le señaló Boetsch a Guzmán- dentro de la gente que está más o menos interiorizada hemos pasado a ser héroes nacionales”. Y agregó: “esto había tomado un caríz sumamente peligroso porque en realidad nos estaban presentando como conspiradores, vale decir que esta era una maniobra para sacar a Pinochet”.

Contreras debió tragar saliva y Guzmán, una vez más, mantuvo su influencia y el silencio. Recién en 1989, en una charla privada, el entonces candidato a senador por la UDI contó sus problemas con la Dina y el general Contreras, habían pasado más de 13 años de los hechos que relatan estos documentos.

Las palabras de Guzmán provocaron la ira de Contreras quien se querelló y el gremialista, además y por única vez, fue citado a declarar en una causa por violaciones a los Derechos Humanos, donde se investigaba la desaparición de los hermanos Andrónico Antequera (ver declaración).

Años más tarde, cuando la Justicia chilena procesaba al ex director de la Dina por la muerte de Orlando Letelier, la abogada Fabiola Letelier, hermana de la víctima, rescató las palabras que Guzmán, asesinado 4 años antes, había dicho en el pensionado universitario Cardenal Caro: Contreras era un sujeto inmoral.

Guzmán lo sabía.

2 Comentarios
  1. chileamedias dice

    Sr. Director:
    Después de saber que el ex ministro Francisco Javier Cuadra le entregó detalles de las rutinas del Senador Guzmán ese mismo lunes al General (r) Ballerino, y éste a su vez transmitió esa información al General (r) Ramírez Rurange, y después de leer las declaraciones de Villanueva, me pregunto si la Dine del Ejército pudo estar implicada en este crimen, como lo estuvo en otras acciones secretas de aquellos años, como la salida clandestina del país de Eugenio Berríos, quien era requerido por la justicia estadounidense en relación al crimen de Orlando Letelier.

  2. Gonzalo Chavez dice

    Guzman y Contreras, tal vez buscaban modelos distintos de entronizar la Dictadura, pero fueron las dos caras de una misma moneda. Contreras hacía el trabajo sucio, pero necesario para implementar las ideas políticas de ese Goebels versión chilensis que fue el ideologo del regimen delincuencial y genocida de Pinochet. Contreras no solo espió a Guzman, sino que a un número indeterminado de opositores y adictos a la Dictadura, ya en dependencias de la Colonia Dignidad se encontró material,acerca de, entre otros, de Guzman.
    De otra parte, la mediatica reaparición del caso Guzman, ya investigado y resuelto, resulta más que un volador de luces, es la forma de poner telón de fondo a la discusión de dos temas preclaros para la Derecha extremista a la que pertenecieron los dos sujetos del artículo, Contreras y Guzman. Ncesario es revivir estos temas cuando se discute laslimitaciones a la Justicia Militar y a la Ley antiterrorista del Terrorista Pinochet ( de ahí las apariciones de Cristi, Ulloa y Cardemil……era que no¡).
    Asimismo, el tal comandante «Ramiro», un resistido «lider» del Frente Patriotico, cuyo nivel político esta parejo con el de la sra. Cristi, busca por la vía de tirar datos a la chuña volver a Chile, ya que en Brasil esta preso en condiciones francamente malas, y por ello, tal vez, podría no ser tan cuestionable su dichos en la entrevista de Chilevisión. Sin embargo, es evidente, que el asesinato de Guzman no dió ni un sólo redito al Frente y demostró la falta absoluta de analisis político de quienes llevaron adelante esa acción.
    En fin, puros testaferros y embusteros, Norambuena, Cuadra, Contreras y Guzman………….todos con credibilidad igual a cero.

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