La DINA espió a Jaime Guzmán

juzmanEl Periodista tuvo acceso a una carpeta de la DINA, de los años 76 al 78, donde el organismo represivo que dirigió Manuel Contreras almacenó la información que obtuvo sobre Jaime Guzmán Errázuriz. Hoy, al conocerse los seguimientos a Eduardo Frei, este documento vuelve a cobrar actualidad para mostrar el férreo control que rigió en el Chile de Pinochet para civiles, tanto adictos al régimen como opositores.

Jaime Guzmán Errázuriz, senador asesinado en 1991 y fundador de la Unión Demócrata Independiente libró una soterrada batalla en los 70 contra el entonces coronel Manuel Contreras Sepúlveda, director de la DINA.

El dirigente de derecha, quien militó en Patria y Libertad durante la Unidad Popular, dijo en 1989, ante un grupo de estudiantes universitarios que Contreras carecía de sentido moral y que, en los 70, el gobierno de Pinochet era una suerte de “caballo chúcaro” al que los civiles “trataban de controlar”.

Su disputa con Contreras, sin embargo, no era personal sino ideológica. Representaban mundos y sistemas distintos, ambos dentro de la estructura que había derrocado a Allende, pero diferenciados por el modelo de sociedad que pretendían construir.

El director de la DINA, consciente del peso de Jaime Guzmán en la derecha chilena, no escatimó esfuerzos para vigilar sus pasos, intervenir su teléfono, investigar a sus amistades y crear un perfil político de su principal adversario. Como lo hizo la CNI, años más tarde con Eduardo Frei Montalva, no dejó un lugar privado para el que sería senador en los 90.

Lo que sigue a continuación, más de 30 años después de los hechos, es la revelación de documentos reservados de la DINA que hacen referencia a Jaime Guzmán Errázuriz.

EL MEMO DE 1976

“Se puede decir, entrando en materia que Guzmán es un individuo brillante por su inteligencia y por la concepción tan clara de las debilidades de nuestro gobierno, lo que le permite jugar en forma maquiavélica con organismos, personas tanto en el nivel nacional como internacional, profundizando estos conceptos de política nacional, es un tablero de ajedrez para este individuo, donde maneja desde su-Excelencia el Presidente de la República aunque él crea lo contrario”, así iniciaba el memorándum secreto de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), del 3 de noviembre de 1976, su análisis sobre el fundador de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Jaime Guzmán Errázuriz, asesinado en 1991 por un comando del Frente Patriótico Manuel Rodríguez.

El documento, entre otras cosas, trataba de establecer un organigrama de las organizaciones, tanto políticas como religiosas o medios de comunicación, que eran controladas por Guzmán y que, según el informe de la DINA, no perseguía “destruir a las Fuerzas Armadas que podría decirse que son el Estado, pero eso sí, desplazar al gobierno (vale decir general Pinochet y miembros de la Junta), para ubicarse ellos físicamente en ese puesto, desde luego con el apoyo de las Fuerzas Armadas”.

El grupo, que según la DINA, pretendía remover a Pinochet estaba liderado por Guzmán y el ex mandatario Jorge Alessandri, en ese entonces presidente del Consejo de Estado. Sus reuniones se efectuaban en el departamento de Alessandri, en la céntrica calle Phillips o en la Viña Cousiño Macul lugar donde, según el informe, “concurre la élite de lo que dice llamarse aristocracia de Chile”. Otros puntos de encuentro eran las oficinas de Enrique Campos Meléndez, Álvaro Puga y Gastón Acuña, todas ellas en el edificio Diego Portales.

Los ámbitos de influencia de Guzmán, decía la DINA, era el ya nombrado Consejo de Estado que presidía Alessandri, la comisión de Reforma Constitucional, la Dirección Nacional de Comunicación (Dinaco), los canales 7, 9 y 13, los diarios El Mercurio y El Cronista, la Secretaría Nacional de la Juventud y de la Mujer, la agencia de noticias Orbe, Pro-Chile, el Partido Nacional y la DC, la Sofofa, la Sociedad Nacional de Agricultura, el Movimiento de Unidad Nacional, la UC, el Frente Juvenil de Unidad, el Poder Judicial, la Colonia Dignidad, la CIA y las Fuerzas Armadas. En estos tres últimos frentes, según el documento, el contacto se había producido a través de Federico Willoughby.

El informe concluía que el grupo, liderado por Guzmán y compuesto por periodistas, políticos y economistas, no eran “adeptos al Gobierno” aunque sí lo parecían, querían el control civil del aparato estatal y pretendían que las Fuerzas Armadas volvieran a sus cuarteles.

FACETAS DE JAIME

Tras el primer informe, algunos días después fue elaborado otro. Con fecha 17 de noviembre de 1976 y también secreto, el nuevo documento de la DINA decía que habían intervenido el teléfono de Guzmán, el número era el 745885, lo que les permitía adelantarse a los hechos y saber, por ejemplo, cuál sería su participación en TV. Recomendaba, asimismo y dado “las jugadas del tablero del señor Guzmán con respecto al gobierno, una estricta vigilancia y control indirecto de sus actuaciones”.

Según este informe la “intención presuntiva de Jaime Guzmán” era “establecer en el país una democracia selectiva en la que las FFAA respaldarían un gobierno civil el que estaría constituido por el Estado con sus tres poderes clásicos, al que se le sumaría un cuarto poder que sería el de los medios de comunicación de masas”.

El esquema supuesto era que Guzmán sería el Presidente, de un Poder Ejecutivo respaldado por las organizaciones civiles y en especial por el Movimiento de Unidad Nacional y con un Legislativo representado por partidos no marxistas y el Consejo de Estado. El Poder Judicial, por su parte y donde según la DINA Guzmán tenía excelentes relaciones con José María Eyzaguirre (“persona de su confianza”), estaría conformado por los entonces ministros de Corte.

Al documento secreto se le adjuntó la ficha del abogado de la UC, nacido el 28 de junio de 1946 y quien, de no haber sido asesinado en 1991 cuando era senador, tendría 63 años de edad. En ella se recordaba que fue presidente del centro de estudiantes de la escuela de derecho de la Universidad Católica y que su memoria para recibirse versó sobre “La teoría de la Universidad”. Decía que estaba “muy vinculado” a los jesuitas pero que se creía que pertenecía al Opus Dei. “El servicio de Inteligencia Naval registra antecedentes como integrante del movimiento Patria y Libertad”, asegura la ficha de la DINA de Contreras.

Dentro de este informe y bajo el título “otros antecedentes de importancia” la DINA le dedicó un acápite especial al tema “homosexualismo”. En el anexo A está escrito el nombre de Raimundo Larraín Valdés y tras los dos puntos se lee: “(homosexual internacional), regalonea a Arturo Fontaine T., íntimo de J. Guzmán y contacto con platas internacionales, financian ‘fundación Azul’, financiamiento de ellos”. En el punto B dice: “José Joaquín Ugarte Godoy, también homosexual reconocido, tiene contacto con Jaime Guzmán y Gonzalo Ibáñez Santa María”.

Luego el organismo de Inteligencia amplió los informes sobre Guzmán y la responsabilidad de hacerlo recayó en la tristemente célebre Brigada de Inteligencia Purén, comandada por Eduardo Iturriaga, quien elaboró un informe que se denominó “Facetas de Jaime Guzmán Errázuriz”. La rúbrica de dicho documento, de seis hojas, era la del capitán Fernando Contreras Campos.

En ella se hablaba de su etapa universitaria, la relación política con el ex presidente Alessandri, el triunfo de Allende y la muerte de Schneider, el Gobierno de la Unidad Popular, el programa “A esta hora se improvisa”, el Once de Septiembre, sobre su “Presente y futuro” y culminaba con dos subtítulos: “está menos poderoso” y “extranjero… y raros”. Sobre su etapa universitaria, resumidamente, daba cuenta del momento en que Guzmán se hace conocido en la UC y funda el gremialismo, ganando las elecciones tras un pacto con la JDC.

Respecto a su relación con Alessandri el informe sostiene que comienza gracias a la intervención de Jaime del Valle Alliende, profesor de Derecho Procesal, quien se desempeñó como subsecretario de Justicia del ex presidente. “Entra en contacto con Alessandri en las tertulias de calle Phillips. Don Jorge lo ‘cautiva’ (expresión de Guzmán) y se transforma en su más fiel y fanático admirador e imitador. Véase: manera de vestir, hablar, reaccionar, gustos, etc. La amistad entre ambos se va estrechando notablemente, lo acompañó en las giras presidenciales, lo acompañaba en las ‘tardes de ópera’, a Malloco (cuando don Jorge tenía su parcela), se transforma en el favorito, o más bien, ‘hijo espiritual’ de Alessandri. De hecho lo es: Alessandri así lo siente y Guzmán también”.

La brigada Purén, tras las escuchas telefónicas, concluye que Guzmán ha heredado del ex presidente todos sus contactos (“círculo social íntimo”) y que Alessandri, de una forma u otra, desea influir en Pinochet a través del joven gremialista. “De la época Alessandri, Jaime Guzmán se caracteriza por la ‘búsqueda misionera de adeptos entre los hijos de personajes de poder empresarial o periodístico…’ obviamente para llegar a los padres. Ej. Arturo Fontaine Talavera, Juan Carlos Sahli, Sergio Gutiérrez, etc. Entre ellos forma su grupo de ayudantes y admiradores. Les da retiros, tiene su depto. de Galvarino Gallardo, a disposición de los ‘jóvenes amigos’. Ver análisis de intercepciones telefónicas en anexo número 1”, señala el informe de Inteligencia.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.