Organizaciones sociales, estudiantiles y gremiales lanzan nuevo referente para enfrentar crisis socio-sanitaria

El Colegio de Profesoras y Profesores, NO+AFP, ANEF, FECH, MODATIMA y UKAMAU lanzaron el nuevo espacio social de coordinación denominado La Unión de Organizaciones.

En conferencia de prensa un grupo de entidades lideradas por el colegio de Profesores presentaron hoy el referente denominado La Unión de Organizaciones y dieron a conocer un Manifiesto para enfrentar la actual crisis socio-sanitaria que vive el país.

El mismo plantea 3 elementos, una campaña para impedir la ley de Inteligencia que tramita el gobierno, exigir a los parlamentarios la aprobación de la ley de retiro 10% de fondos de los trabajadores desde la AFP y la realización de un plebiscito nacional para que el pueblo se pronuncie sobre los derechos sociales y el sistema democrático en Chile.

MANIFIESTO ANTE LA CRISIS SANITARIA, POLÍTICA, ECONÓMICA Y SOCIAL DE CHILE:

Transcurridos cuatro meses desde que llegó a Chile el virus Covid-19 la realidad sanitaria, económica y social de nuestro país hoy es alarmante. En lo sanitario, nuestro país tiene hoy de las peores cifras del mundo en materia de contagiados, enfermos críticos y fallecidos. A ello se agrega una severa crisis institucional, económica y social, probablemente una de las más profundas en la historia del país.

Y en este contexto de crisis, profunda y sistémica, contamos con un gobierno carente de toda sensibilidad para entender el momento y mucho menos para procurar resolver la grave situación en que nos encontramos. Un gobierno de empresarios, que han amasado sus fortunas principalmente en base a la especulación y el oportunismo y con un historial ético muy poco decoroso. Un grupo gobernante que ha supuesto que Chile es otra más de sus empresas y que los ciudadanos y ciudadanas somos sus empleados.

Una clase gobernante arrogante y prepotente que aún contando con un paupérrimo apoyo ciudadano no rectifican su estilo gerencial y vertical de gobernar. Pero la crítica ciudadana no toca solamente al grupo gobernante. Hay un duro cuestionamiento a la clase política en su conjunto, a la cual se le ve alejada de la realidad social, encapsulada en sus pequeñas rencillas, desconectada del sentir de la ciudadana y ciudadano común y por sobre todo manejada por los grandes intereses económicos. El cuestionamiento también alcanza a la elite empresarial, militar, eclesiástica y en general a todo lo que tenga el tufillo del poder. También los medios de comunicación tradicionales son cuestionados, se le percibe como condescendientes con el poder, sin autonomía, influenciados por el poder económico y alejados de su misión de comunicación social veraz y autónoma.

El pueblo ha venido perdiendo toda confianza en ellos y esto se agudizó exponencialmente al partir del 18 de octubre recién pasado. La ciudadanía manipulada sistemáticamente por los poderosos se cansó de décadas de mentiras y abusos. El pueblo despertó y comenzó a exigir sin matices la plena restitución de los derechos sociales arrebatados. La gente ha radicalizado su exigencia de respuesta concreta a todas las demandas postergadas por décadas y ya no acepta justificaciones que pretendan mantener el orden de cosas cuestionado.

Pero no se trata solo de demandas por derechos sociales. El despertar de Chile en Octubre es también en rechazo a un estilo de vida individualista, depredador, consumista y materialista. Es la expresión de la aspiración de una vida más humana, el renacer de la solidaridad, la fraternidad, el compañerismo; es el clamor de una sociedad donde todos tengamos iguales derechos y oportunidades, por sobre todo, que cada persona tenga el respeto y la dignidad que le corresponde por el solo hecho de haber nacido.

Desde octubre la gente ya no estuvo dispuesta a seguir obedeciendo la injusticia y la manipulación. Comenzó a tomar sus derechos, en especial el derecho de deliberar y decidir sobre su futuro. Miles de cabildos se activaron por todos los barrios de Chile; millones quisieron opinar y proponer como queremos vivir y el futuro que queremos construir. Inteligentes y razonables propuestas han surgido de esos miles de cabildos.

La gran mayoría de esos cabildos siguen plenamente activos y muchos de ellos se aplican hoy en organizar la hermosa solidaridad que se ha levantado para ayudar a la gente afectada por la crisis social.

Hoy la pandemia nos obliga a cuidarnos y distanciarnos físicamente. Pero eso no ha significado un distanciamiento humano. El anhelo de cambio que con tanta fuerza irrumpió desde octubre sigue plenamente vivo e incluso se ha fortalecido a la luz de evidenciarse aún más crudamente las groseras desigualdades que tiene nuestro país. Ese clamor tiene que ser alimentado porque es el anhelo de un pueblo que muestra vocación profunda de cambio, pero no un mero cambio de nombres, el clamor es por un nuevo sistema, por derribar y arrasar con el abuso, las injusticias y la deshumanización.

Hoy es el tiempo de unión del mundo social. Ya sabemos que las soluciones no vendrán de los responsables de esta profunda crisis, esa ingenuidad no la tenemos. Será el pueblo organizado el que va a empujar y generar los cambios. Por eso se hace indispensable la Unión de Organizaciones. Primeramente una unión para dar fortalecer el cuidado y protección del virus que debemos darnos entre nosotros mismos dada la insensibilidad y negligencia del gobierno. Pero además para reavivar el llamado que emerge desde lo profundo para saltar el muro que detiene el avance hacia una sociedad realmente justa, democrática y libertaria

La crisis ciertamente va generando una catástrofe social y lamentablemente no está exenta de tragedia, como lo prueban las decenas de miles de fallecidos y los cientos de miles de enfermos graves. Pero es también una oportunidad que tenemos como sociedad de transformar el injusto y abusivo sistema que se había instalado por décadas como la “normalidad”. Hoy es un tiempo de hacer aflorar la humanidad, la conciencia social, el anhelo de justicia, el respeto, el sentido de comunidad. Esa será nuestra fuerza como pueblo, la unión y solidaridad que tenemos que desarrollar y desplegar en este tiempo de emergencia. Es eso lo que queremos alentar y a lo que nos comprometemos.

Hoy se hace necesario dar cauce a esta fuerza contenida para alcanzar los cambios profundos que el país requiere y el pueblo demanda. Los sindicatos, las organizaciones y movimientos sociales en eso tienen una primerísima responsabilidad. Quienes suscribimos este manifiesto y que hemos estado convergiendo en ideas y acciones desde el estallido social, hemos conformado la UNIÓN DE ORGANIZACIONES con el propósito de ser una contribución en el logro de estos objetivos.

Doris González, Vocera Nacional del Movimiento UKAMAU
Mario Aguilar, Presidente Nacional Colegio de Profesoras y Profesores
Luis Mesina, Vocero Nacional Coordinadora No + AFP
José Pérez, Presidente Nacional ANEF
Rodrigo Mundaca, MODATIMA
Emilia Scheneider, Presidenta de la FECH

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