Por qué hacer ejercicio también en invierno

Con las bajas temperaturas, cada vez apetece menos realizar ejercicio físico, siendo un error perder la rutina del mismo o directamente no realizarlo.

Ya están las navidades a la vuelta de la esquina y con todas las comidas y cenas que ello conlleva, el deporte y la actividad física no pueden dejarse a un lado en nuestras vidas. No solo los grandes deportistas con los mejores pronósticos deportivos en bet365 tienen que seguir manteniendo su forma física, sino que todo el mundo debería al menos conservar su rutina. Su práctica sigue siendo igual o más importante incluso que en otras estaciones del año como podría ser la primavera o el verano.

Muchas personas piensan que al ir abrigados y no tener que lucir cuerpo, no pasa nada por abandonar un par de meses las tareas físicas para después del frío volver a las rutinas de gimnasio o actividades deportivas al aire libre. Pero hay muchas razones para mantener o incluso aumentar todo este tipo de tareas que nos haga estar activos y no perezosos.

Lo primero que has de saber es que no hace falta realizar los ejercicios en la calle y menos si las temperaturas son muy extremas. Aunque hacer actividades físicas en temperaturas bajas conlleva una adaptación de nuestro cuerpo a ellas, consiguiendo una mejor circulación que a la larga nos servirá para evitar posibles problemas cardiovasculares, por ejemplo.

Además, estas adaptaciones nos ayudan a mejorar nuestra forma física de manera más rápida al desarrollar los músculos de modo más eficiente. Eso sí, siempre sin olvidar de la importancia de la hidratación en toda actividad física que hagamos independientemente de la estación en la que estemos.

Otro punto a favor dentro del aspecto saludable es la mejoría del sistema inmunológico, el cual produce mayor número de leucocitos y granulocitos al realizar ejercicios a bajas temperaturas. Gracias a este aumento, podremos combatir mejor las enfermedades típicas del invierno. Aunque siempre hay que tener mucho cuidado con no quedarse expuesto al frío durante mucho tiempo después de haber hecho una actividad física, pues el sudor nos puede jugar una mala pasada y ayudarnos a coger un resfriado u otra enfermedad. Por eso es muy importante abrigarse nada más terminar de hacer ejercicio.

Además, con todas las comidas y cenas que tenemos en estas fechas, habrá que utilizar toda esa energía ingerida en las mismas si no queremos perder completamente la forma y engordar, algo que nos costará mucho recuperar si hemos abandonado unos meses el deporte.

Mantener el metabolismo activo es fundamental para quemar todas esas calorías que nuestro cuerpo adquiere a través de los alimentos que comemos y más en invierno cuando nuestro metabolismo basal es inferior al de verano, lo que quiere decir que a lo largo del día quemamos menos calorías en esta estación del año.

Finalmente, pero no menos importante, otras razones también importantes para muchas personas son la liberación de endorfinas que nuestro cuerpo realiza al hacer ejercicio y la no pérdida de rutina del mismo, ya que recuperar una rutina perdida cuesta mucho más que mantenerla. Las endorfinas nos hacen estar con un mejor estado de ánimo, acercándonos a una sensación de bienestar muy positiva y alejándonos del estrés y las depresiones.

Fotografía: «AMAGER PARKRUN NO. 413 215» (Public Domain) by smtfhw

 

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