Próstata: El examen que se deja para marzo

saludTemor a enfrentar una realidad desconocida y prejuicios respecto del estudio al tacto, conllevan a riesgos evitables en el mal endémico de los hombres.

Por André Jouffé  Louis

Las cifras son elocuentes, según la Organización Mundial de la Salud, un 62 por ciento de los varones sufren de algún tipo de alteración a las vías urinarias pasados los 50 años de edad.

El índice de mortalidad por cáncer a la próstata, de acuerdo a The United States Cancer Statistics, por su parte, es de sólo un 15 por ciento y generalmente afecta a quienes no se examinaron a tiempo. A nivel mundial, sin embargo, es la principal causa de fallecimiento entre los hombres.

Pese a la recurrencia publicitaria y a estar incluido en el Auge, los chilenos son reticentes al control prostático cada dos años después de los 50 y anual, pasados los 60.

Para salir del paso, la mayoría accede al examen de sangre denominado antígeno prostático (APE). Sin embargo, Emilio Merhes, ex director del Departamento de Urología del hospital José Joaquín Aguirre, señala: “Éste es sólo un referente. Puede estar bajo, pero no significa necesariamente que no haya problemas. Por eso debe ser complementado con el examen al tacto”. El paso siguiente, una vez realizada la inspección y en caso de encontrarse alguna dureza, es la biopsia.

El especialista Rodolfo Salinas de Integramédica señala que es partidario de realizarla una vez que se hayan desechado todas las posibilidades de una infección u otro factor que provoque las molestias. ¿El motivo de su aprensión? “Las infecciones a las que a menudo conlleva este procedimiento, son frecuentes”.

El destacado urólogo Gonzalo Sáez Torres, por su parte, opina que la gente no debería de asustarse tanto de la biopsia ya que las posibilidades cancerígenas no superan un cuarto del total de casos analizados. Y si resultaran malignos, la intervención quirúrgica tampoco es algo de otro mundo. En lo personal, Sáez la prioriza sobre las quimios y radio terapias por las secuelas y efectos secundarios que provocan como, asimismo, que no garantizan la erradicación de la enfermedad (Susan Sontag escribió que tanto médicos como pacientes preferían usar este término antes de llamar al cáncer por su nombre).

NO OBSTANTE…

Si bien el procedimiento de la biopsia no es tan incómodo, dejando los prejuicios machistas a un lado, las secuelas inmediatas si lo son.

Aun cuando los especialistas minimizan las consecuencias, durante los primeros días se manifiestan hemorragias con presencia de coágulos, tanto por el recto como por el pene.

“A diferencia de las mujeres, los hombres no están acostumbrados a ver sangre en sus órganos reproductores de manera tal que se asustan fácilmente”, dijo en una oportunidad la sicóloga Pilar Sordo. Y tenía razón.

El otro factor común, es la obsesión que genera la enfermedad. La mayoría de los hombres se traumatiza por los efectos de disfunción sexual ocasionados por las intervenciones a la próstata. Un conocido empresario radial reconoce: “Cuando me hice la primera biopsia salió bien, pero como no quedé conforme, me sometí a una segunda y aparecieron resultados dudosos. De manera que solicité una tercera y sigo en la duda pese a lo que me señalan los doctores. Me lo paso metido en Google y ha sido para peor porque me enfrento a docenas de contradicciones que me abruman aún más”.

Más sabia es la doctora Verónica Kuhlman del Hospital Regional de Punta Arenas: “Hay que aceptar las cosas como son, no mirar tanto al pasado ni al futuro sino que enfocarse en el presente y generar energías positivas que son fundamentales”.

A su juicio no está demás ingerir dos veces al día una taza bien caliente con bicarbonato de sodio, comer harto ajo y masticar pepas de calabaza. Este último recurso es muy recomendado por los homeópatas.

El poeta y ex carabinero, Antonio Deza González, señala que pudo disminuir el tamaño de su tumor gracias al te verde mezclado con altas dosis de vitamina C.

En fin, opciones virtuales hay muchas para eludir el traumático proceso del examen al tacto. Y por eso, es una de las asignaturas masculinas mas propensas en ser pateadas para marzo.

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