Nunca nos preguntaron a los torturados si queríamos secreto por 50 años

Por Carlos Antonio Vergara, abogado y periodista, víctima de la Comisión de Prisión Política y Tortura número 26.145.

 

Fui torturado a los 17 años por la PDI en 1974, torturar a un menor de edad es uno de los más graves crímenes contra la humanidad. Posteriormente por Carabineros, sometido a tratos crueles humillantes y degradantes por la PDI de Valparaíso y un intento de homicidio por la Central Nacional de Informaciones. Todo ello está acreditado ante la justicia que dictó un fallo condenatorio civil contra el Estado de Chile en primera instancia.

Sé que hay casos peores que el mío. Yo solamente con dignidad intento hacerme cargo de mi propia humanidad.

Cuando se abrió la Comisión de Prisión Política y Tortura concurrí a ella con el único objetivo de que Chile supiera esta parte de nuestra historia reciente. Nunca lo hice para que el Estado de Chile ocultara esa información y supuestamente “me protegiera” ¿de qué? El daño ya estaba hecho.

Tengo secuelas de por vida. Sufro ataques de pánico cuando no puedo orinar, porque me hicieron la tortura de impedírmelo durante horas. Todo, a pesar de la terapia psicológica a la que me sometí por años por profesionales abnegados del Programa de Reparación y Atención Integral de la zona oriente del ministerio de Salud que cuentan con recursos económicos mezquinos para intentar sanar la miseria humana del régimen civil -militar. Tengo pesadillas persecutorias por las noches que han afectado la calidad de vida de mi esposa desde hace 30 años, entre otras secuelas físicas y psico somáticas.

Todos los estudios científicos a nivel mundial coinciden en que la verbalización de la violencia política sufrida ayuda a sanar esas heridas del alma que son imborrables.

Es cínico decir y argumentar que el silencio de 50 años protege a las víctimas para ocultar el acuerdo al que llegó el gobierno del ex Presidente Lagos con la Unión Demócrata Independiente cuando su gobierno estuvo a punto de caer por el caso de corrupción de sobresueldos conocido como MOP- Gate.

Es cierto, algunos y algunas preferirán olvidar. Eso se debe respetar. Pero la mínima deferencia habría sido preguntarnos. ¿Por qué no se hizo esa encuesta? Los ministerios del gobierno de la era Lagos gastaron miles de millones de pesos para encuestar cosas inocuas y superficiales. ¿No se les ocurrió?

La repuesta la debe dar el Presidente Ricardo Lagos a quien acompañé como reportero en el Palacio de La Moneda durante años durante su mandato a nombre de radio Universidad de Chile.

Lo anteriormente dicho no implica reconocer que la iniciativa del reconocimiento estatal de las atrocidades cometidas por la dictadura fue valorable, pero, por favor, no digan que el secreto se hizo para proteger a las víctimas. Las reglas de la lógica y la dialéctica que el ex Presidente Lagos debió estudiar en la escuela de Derecho de la Universidad de Chile no lo resisten y Chile está harto de falacias, de verdades a medias, de justicia en la medida de lo posible.

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