¿Petróleo negativo? Evidencia de un sistema en crisis

Este caso es muy didáctico puesto que el rubro transporte colapsó llevando posteriormente al energético, que contaminará al financiero (tanto por los préstamos del sector como por las inversiones en el mismo), que podría impactar al comercio al restringir el financiamiento... y así sucesivamente.

Por Camilo Aranda Colón, Ingeniero Comercial

Como muchos habrán visto en enormes titulares, ayer el petróleo se cotizó en valores negativos, es decir, que literalmente alguien pagaba para que se hicieran cargo del producto.

Ahora bien, esto no significa que suceda lo mismo en los mercados al detalle, pues esta rareza se debe simplemente a contratos derivados de futuros, donde una persona en el pasado se comprometió a comprar petróleo el día de hoy y ahora que esos contratos vencen (y los compradores deben disponer del producto) no tienen qué hacer con él porque nadie lo necesita. Y, además, no existen lugares para almacenarlo.

Siempre debemos recordar que como todos los productos, solo una fracción corresponde al valor del mismo, el resto son utilidades de los intermediarios, transporte, impuestos, almacenamiento y distribución.

El escenario es único de EEUU por ahora, puesto que también es ilegal sencillamente derramarlo en la tierra (de lo contrario el valor no sería negativo), pero es un reflejo de un problema sistémico.

El colapso de un mercado nunca es bueno, independiente de que estemos ubicados en un país que es importador neto del producto en cuestión. Sí, a Chile le favorecen enormemente las bajas de este commodity, pero por circunstancias naturales, no por un shock de esta envergadura.

Cuando uno analiza los principales mercados, como alimentos, recursos naturales, energía, transporte, finanzas, comercio, agricultura e industria (por nombrar algunos) se entiende que actúan en simbiosis, que en conjunto son parte de un ecosistema que permite el funcionamiento tanto del mercado como de la humanidad. Cuando uno falla, inevitablemente, impactará en otro. Este caso es muy didáctico puesto que el rubro transporte colapsó llevando posteriormente al energético, que contaminará al financiero (tanto por los préstamos del sector como por las inversiones en el mismo), que podría impactar al comercio al restringir el financiamiento… y así sucesivamente.

No debemos mirar las partes por separado, se miran siempre en conjunto.

La reflexión anterior es simplemente un ejemplo de que las interacciones son complejas, difíciles de entender y digerir, no es sencillo tomar decisiones una vez que se comprende la magnitud del problema.

Al final debemos ver esto como un problema sistémico, solo así notaremos que un titular tal vez sin importancia para un país tan pequeño sin intereses energéticos como el nuestro, es un elemento esencial para entender lo que vivimos y viviremos en el futuro una vez la emergencia médica se haya estabilizado.

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