Banco Central aprueba millonario monto para compra de activos de empresas chilenas

La implementación del programa especial por la pandemia considera 8 mil millones de dólares.

El Consejo del Banco Central, junto con mantener la TPM en 0,5% —que corresponde a la actual estimación de su mínimo técnico—, decidió ampliar el uso de instrumentos no convencionales, abriendo una segunda etapa de la FCIC (US$16 mil millones) para el fortalecimiento de los incentivos para la entrega de crédito bancario a pequeñas y medianas empresas, y a oferentes de crédito no bancarios, como implementar un programa especial de compra de activos, por un monto de hasta US$8 mil millones, en un plazo de seis meses.

De esta manera, a través de ambos programas, se movilizarán recursos adicionales por hasta 10% del PIB que permitirán ir al rescate de algunas grandes empresas, situación que se evaluará caso a caso y cuando ellas demuestren su viabildad financiera..

El monto inicial de compra de activos, las fechas específicas de la puesta en marcha, condiciones financieras y otros aspectos operacionales serán dados a conocer en los próximos días

El Consejo reiteró que mantendrá un elevado impulso monetario por un período prolongado de tiempo, de modo de asegurar el cumplimiento de sus objetivos.

El Consejo, además, mantendrá la TPM en su mínimo técnico durante todo el horizonte de proyección.

Señala que, en caso de que la evolución de la economía así lo requiera, seguirá evaluando opciones para intensificar dicho impulso y apoyar la estabilidad financiera, a través de instrumentos no convencionales.

Para el Central todas estas medidas obedecen a que «los efectos de la pandemia de Covid-19 se han seguido prolongando e intensificando, en particular por la necesidad de decretar cuarentenas en comunas del país que abarcan a casi la mitad de la población nacional».

Como se recordará, señaló el Consejo, «el Imacec de abril dio cuenta de una importante caída de la actividad, que se profundizará en mayo y junio dada la ampliación y duración de las medidas de contención decretadas en esos meses. El mercado del trabajo también está experimentando un importante deterioro, acompañado de caídas en diversos indicadores de consumo y expectativas en niveles marcadamente pesimistas. Por el lado de la inversión, destaca la sostenida baja de las importaciones de bienes de capital y expectativas empresariales que persisten notoriamente negativas. Con ello, las expectativas privadas de crecimiento durante este año se han corregido a la baja. En este contexto, el reciente Plan de Emergencia acordado por el Gobierno y la Comisión de Hacienda ampliada será un importante aporte para mitigar los negativos efectos económicos de la pandemia, tanto por las medidas consideradas como por su perspectiva de mediano plazo».

La magnitud de los apoyos fiscales y monetarios ha continuado apuntalando el desempeño de los mercados financieros mundiales, que de todos modos siguen mostrando altos niveles de volatilidad, como lo demuestran los movimientos de los últimos días. Comparado con la Reunión anterior, las bolsas y los premios por riesgo anotaron nuevas mejoras, un grupo importante de monedas se apreció frente al dólar y las salidas de capitales desde el mundo emergente tendieron a revertirse. Las tasas de interés de largo plazo se mantienen alrededor de valores mínimos. Los mercados financieros chilenos han seguido estas mismas tendencias, destacando la apreciación del peso.

Respecto del crédito, el crecimiento anual de las colocaciones comerciales ha seguido aumentando en Chile y sus tasas de interés promedio han bajado. Asimismo, se aprecia una mayor focalización del crédito hacia empresas de menor tamaño. Por su lado, el incremento de las colocaciones hipotecarias permanece estable, mientras que el de las de consumo sigue disminuyendo. La banca ha seguido utilizando los recursos de la Facilidad de Financiamiento Condicional al Incremento de Colocaciones (FCIC), habiendo retirado cerca del 83% de los recursos contemplados. Estos fondos han facilitado más de un millón de reprogramaciones de créditos y el otorgamiento de algo más de cien mil créditos Covid —con garantía estatal— para el financiamiento de capital de trabajo.

A mayo, la inflación anual bajó a 2,8% y el componente subyacente —IPC sin volátiles— se mantuvo algo por sobre 2,5%. Las presiones inflacionarias se han reducido significativamente ante el abrupto aumento de la brecha de actividad en el segundo trimestre, a la vez que las presiones cambiarias han cedido por la apreciación del peso desde sus máximos de unas semanas atrás. En este contexto, las diversas medidas de expectativas de inflación dan cuenta de retrocesos en la inflación esperada a un año. A dos años plazo, las expectativas medidas por la Encuesta de Operadores Financieros se ubicaron bajo 3% y en la Encuesta de Expectativas Económicas se mantuvieron en ese valor.

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